Sentada con ropa colorida y dos rodetes, Gimena Accardi se autodefine: "Soy fría, curiosa, empiezo y nunca termino las cosas, soy puntual y exigente en el trabajo". Hace más de veinte años que está en los medios pero -siente- recién ahora la gente sabe quién es realmente. "En el stream es donde soy yo", sostiene mientras recuerda una de las últimas transmisiones, en la que le hicieron un compilado donde mostraba su costado más "Tana Ferro" (el personaje ácido de Valeria Bertuccelli en la película Un novio para mi mujer).
"Estaba súper 'venida' y me desquité", cuenta a Revista GENTE entre risas.
Con 39 años, Gimena está en un gran momento: hace poco se estrenó Porno y Helado (Prime Video) y meses atrás La voz ausente (Disney+), donde comparte pantalla con Benjamín Vicuña e interpreta a una policía; también está en teatro con En otras palabras, obra que dirige Nico Vázquez, su pareja, y protagoniza con Andrés Gil en el Metropolitan; y los lunes es una de las conductoras (con Homero Pettinato y Toto Kirzner) de Cuando Eric conoció a Milton en Olga.
Esos 39 años en la vida de Gimena no son como los de la mayoría de las personas. Su mamá murió de un cáncer fulminante cuando ella tenía 18 años, y en pandemia, a los 35, despidió a su padre después de que pasara cincuenta y cinco días internado en el Sanatorio Finochietto, por las complicaciones del coronavirus. Antes perdió un embarazo después del tercer mes y tuvo que acompañar a su marido en uno de los momentos más tristes, cuando murió Santiago, su hermano, de forma sorpresiva en Punta Cana, a los 27 años. A todas estas pérdidas, se le suma un hecho absolutamente traumático: el derrumbe del edificio donde estaban hospedados en Miami, minutos después de que salieran del estacionamiento subterráneo en 2021.
"Tengo casi 40 años y he pasado por de todo", dice.
-Alguna vez dijiste que sentís la presencia de tus papás, ¿sos creyente?
-Creo en el más allá, creo que cuando alguien muere, sin duda, queda en otro plano y que uno puede, así y todo, tener conexiones, tal vez, a través de los sueños o a través de algunas señales. A mis papás los siento muy presentes aunque no estén físicamente. Aprendí con el tiempo, desde muy chica, cuando perdí a mi mamá, a poder conectar con eso. Sea cierto o no, sea real o no, a mí me ayuda ese proceso, y tengo razones varias para creerlo. Me sirve pensar eso.
-Leía por ahí que no sos de llorar, pero con la obra [En otras palabras] pareciera que estás llorando por todo lo que no hiciste antes.
-Ahora lloro un montón porque lloro en el teatro sin parar, como que hago una catarsis y digo: "Lloro en esta obra por todos los años que no lloré en mi vida". Me cuesta llorar, viste esa gente que te dice: "Ya lloré hoy", como que necesita llorar todos los días o una vez por semana. Yo estoy meses sin llorar. Y ahora por primera vez me está pasando esto de llorar en la obra de teatro mucho y conectar con esa emoción. Me recontra sirve, por algo estoy haciendo esta obra. Evidentemente necesitaba largar esta emoción que en general tengo mucho más frenada. Me avergüenza mucho llorar adelante de la gente, en eso soy muy cerrada.
-Además en los últimos años te pasaron cosas muy fuertes.
-Sí. Igual cuando me pasan las cosas que me pasan para llorar, lloro. Toco fondo, hago el duelo que tengo que hacer pero después rápidamente recompongo y puedo estar meses sin llorar.
-¿Qué lugar ocupa Nico en esos momentos? ¿Es un sostén emocional para vos?
-Sí, obvio.
Gimena Accardi cuenta qué es lo que más la seduce de un hombre
Gimena y Nico se conocieron trabajando en Casi Ángeles, fue un amor que traspasó la pantalla: hace diecisiete años que están juntos. Son, para muchos, una de esas parejas a imitar. Se muestran unidos, se apoyan, se acompañan en los momentos más difíciles y hasta se divierten trabajando juntos. Nunca protagonizaron escándalos y su día a día puede verse en redes sociales, donde no dudan en dedicarse mensajes de amor.
Gimena afirma que, aunque lo intentara, no encuentra cosas malas para decir de Nico, a la vez que destaca su humor. "La clave es salir con un comediante", dice entre risas cuando piensa cuál es el secreto para mantener una relación tan duradera.
-Con Nico llevan casi dos décadas juntos...
-Sí, empecé de muy chica con él. Los dos éramos muy jóvenes, pero yo más, tenía 22. Nos fuimos a vivir juntos al toque, rapidísimo, con lo cual ya enseguida formamos familia, convivencia, mascotas. Y sí, es mucho tiempo, pero de mucho amor, de una pareja muy consolidada. Somos muy de acompañarnos en este trabajo, que no es fácil, pero también nadie mejor que nosotros que laburamos de esto para entendernos y acompañarnos.
-Hay como una idea de ustedes como la pareja ideal: ¿Qué nos podés contar de malo, para hacer caer el mito?
-Es un halago y lo agradezco (dice entre risas). Siempre digo: "Prefiero no generar tanta expectativa, gracias, pero somos como cualquier otra pareja". Y sí, entiendo que estamos juntos hace muchos años y que por ahí eso es más difícil de ver en el medio, lo que nos hace como distintos. "Ah bueno hace mucho que están juntos", piensan. Pero no, malo, la verdad es que somos (suspira mientras piensa)... convivimos bien, para mí es clave, convivimos bien desde el primer momento; laburamos muy bien juntos cuando tenemos que laburar juntos, de hecho laburamos bastante juntos... Cosas malas...
-¿Es desordenado?
-No... encima es re ordenando, no sabés lo que es. Un placer. Estoy pensando... qué cosas te podría decir malas...
-¿Te come el dulce de leche?
-No, pobre, yo le como a él. Compra todo y dice: "¿Dónde está el chocolate". "Mi amor, me lo comí yo". Yo me como todo, pobre, no le dejo nada. Ay, ¡no sé! Dejame pensar, no sé. Estoy pensando en cosas cotidianas que me jodan...
-Entonces la balanza es positiva siempre.
-Es re positiva.
-Y en esto de trabajar juntos, ¿Cómo manejan las tensiones puertas adentro?
-Nosotros nos conocimos trabajando juntos, con lo cual es muy normal. Trabajamos juntos en el teatro, en la televisión, condujimos juntos, en ficciones... Es algo a lo cual estamos muy acostumbrados: ya tenemos nuestro mecanismo para laburar. Este año, que él dirigió la obra al cien por ciento -porque con las otras codirigía y actuaba-, fue un proceso re lindo. Yo pensé que iba a resultar más difícil. Pensé que íbamos a tener más peleitas pero no, porque él la verdad es que hizo un laburo muy amoroso y muy exacto, muy preciso y muy exigente a la hora de pedirnos lo que quería. Y era importante escucharlo para ir por ese camino para que el resultado sea la obra de teatro que es. ¡Es buenísima!
-¿O sea que no hubo peleas?
-Las veces que nos hemos peleado laburando quedó en el laburo. ¿Viste como las discusiones de compañeros en la cancha, que después salen y todo bien? O nos ha pasado al revés, de llegar peleados al laburo y, en escena arriba del escenario, amigarnos, a ese nivel. Pero lo resolvemos rápido. No es que estamos peleados muchos días, la pelea es corta. Nos peleamos poco y cuando peleamos es bastante cortito el tiempo de pelea porque a mí me da fiaca estar peleada. Me quita energía.
-En la obra encarnás a una mujer que está muchos años en pareja y que tiene que acompañar en una dura enfermedad. ¿Te puso a pensar en la vejez con Nico?
-Los que vienen a la obra en pareja salen como amando y valorando más justamente a su pareja. Es esto de sentir que uno nunca sabe qué va a pasar pero cuando uno ama está siempre ahí dispuesto a ayudar al otro, a sostenerlo, a acompañarlo en lo que sea, en la enfermedad o en pase lo que pase. El amor todo lo puede y una de las cosas que puede es eso, acompañar en la enfermedad. Y el que no viene en pareja se va con ganas de tener ese vínculo. Siento que el mensaje de la obra es un poco lo lindo de no estar solo y de tener un vínculo amoroso, más allá de que sea pareja o no, puede ser un amigo, un hermano, un familiar, no importa... Vivir la vida de a dos o en compañía de alguien es mucho más lindo que vivirla solo.
-En estos diecisiete años con Nico, ¿hubo momentos de dudas o de querer explorar otras cosas?
-Tenemos una relación muy amorosa donde uno puede hacer siempre. Digamos desde un trabajo hasta una salida o lo que fuera, no hay mambo. "Che, voy a hacer esto", "Buenísimo". Es apoyarnos en las decisiones. Nunca me sentí: "Che, estoy ahogada, necesito explorar esto". No me ha pasado, todavía no.
-¿Cuál es la clave para mantenerse juntos?
-El humor, fundamentalmente, salir con un comediante para mí es bárbaro. A mí el humor es algo que me seduce mucho, y me encanta que el humor sea algo importante en nuestra pareja. Es un vínculo que es muy desde del humor y desde el amor, por supuesto. Pero no siento que haya demasiadas claves, o te encontrás o no te encontrás. Nunca lo pensé como: "Bueno... a ver qué hay que hacer para que esto funcione". No sé, simplemente funciona. No hay mucha vuelta en nuestro caso.
-¿Cuántas veces ya viste Rocky (Nico Vázquez se pondrá en la piel del boxeador en su próxima obra teatral)?
-Mileeeees, miles y en este último tiempo ni te digo. Me voy a dormir con Rocky, me levanto con Rocky, olvidate. Vimos la biografía, el detrás de escena, todo. No paramos con Rocky. Me volví experta.
-Sos la "Adriana" de Nico...
-Sí... yo soy su Adrianne. Nico es muy fanático de Rocky de toda la vida. Cuando lo conocí ya era híper fanático de Rocky: él, su familia, su hermano, sobre todo con Santi compartían mucho Rocky. Todo el tiempo hacían referencias de las películas y yo no había visto ni una. Hace unos años atrás dije: "Bueno gordi, voy a ver todas las Rocky así entiendo tus chistes y tus referencias porque a veces...". Entonces me las vi todas y descubrí que eran peliculones, que el boxeo era una excusa, pero que en realidad la historia habla de amor y de resiliencia, de un tipo laburador que lucha por su sueño a pesar de que nadie confía en él... Tiene todo un mensaje espectacular.
Gimena Accardi y su pasión desconocida: la astrología
Gimena habla de signos con soltura, como quien sabe. Es que tiempo atrás se interesó tanto en la posición de los astros que estudió astrología. Aunque, según dice, como buena geminiana sólo duró en la carrera un año. "Todo lo empiezo y no lo termino", cuenta entre risas. También dice que conocer su carta natal fue una forma de entenderse.
En su caso se mezclan dos elementos diferentes. "Soy sol en géminis (aire), con ascendente en capricornio (tierra) y luna en virgo (tierra)".
-¿Cómo te llevás con los signos?
-Me llevo bien. Estudiar astrología un año me sirvió para tener la base de los signos y también para entenderme un poco más a mí. Entender por qué uno reacciona como reacciona o hace las cosas que hace. Esa carta astral me sirvió para entender más a fondo mi personalidad y entenderme también a mí y saber por dónde ir cuando me agarra la capricorniana.
-¿Qué más me podés contar de esa carta?
-Soy full geminiana, que es lo que me permite la comunicación, el desarrollo artístico, la curiosidad, el juego, lo lúdico, el humor. Todo eso me fascina y me identifica claramente con géminis. Pero también soy una persona claramente con el ascendente en capricornio, que es lo que me hace ser muy exigente a la hora de trabajar, muy puntual, como que me rige un reloj, muy autosuficiente... Todo lo puedo sola, cumplo la meta pero nunca me siento conforme, siempre siento que puedo dar un poquito más. Eso también me identifica. Y la luna en virgo, todo lo que es el orden, la limpieza, la listita, los check, tener todo... Ayyy, una neurótica.
-O sea que te define cien por ciento.
-Sí, en un cien por ciento. Me entendí perfectamente y dije: "Claro, soy esto".
-¿Y se la hiciste a Nico?
-A todos, a mis amigos, amigas, familiares, a Nico, obvio, sí. Es muy linda la astrología, es una gran herramienta.
-¿Y son compatibles con Nico?
-Re. Somos los dos geminianos de sol, pero nuestros ascendentes y lunas son como polos opuestos. Matchean muy bien, porque es lo que nos hace muy parecidos en un montón de cosas y muy distintos en otras. Yo aprendo de él y él, de mí, y es encontrar ese equilibrio al ser muy distintos en muchas cosas. Él es ascendente en cáncer, todo familia, amor, casa, y luna en tauro, también: la comida, el hogar, la tierra, mucho más terrenal... Sí, pero matcheamos bien.
-Por eso tienen tantas escenas en casa que muestran en redes.
-Sí, él es re casero y muy de la familia, del amor, y súper sensible. Yo, mucho más carpicorniana, más fría, como que en eso estamos ahí los dos equilibrándonos constantemente.
"En el stream es donde soy más yo"
Lo que empezó como un pasatiempo se convirtió en un trabajo a tiempo completo. En 2023, Gime fue a un programa "de prueba" en Soñé que volaba, en Olga, con Migue Granados, y no lo dejó nunca más. "El primer día me dijeron: `Pará, ¿te podés quedar toda la semana´?. `Bueno, sí´, y después fue: `¿Todo el mes?´, y ya quedé, joda que te joda, casi todo el año", cuenta. Ella había ido a reemplazar a Sofi Morandi, que estaba grabando, pero en ese camino descubrió un nuevo espacio para habitar.
-Venís de un año a pura versatilidad: streaming, series, teatro...
-Este fue un año particularmente de muchos trabajos muy buenos, que me dieron mucha felicidad y que fueron muy distintos a la vez. Porque de repente estoy en el stream, en el teatro haciendo un drama, un policial en La voz ausente y una comedia como Porno y helado... Como que fueron las cuatro cosas en el mismo año, aunque las series de grabaron antes. Pero quedó todo junto en estos meses y para mí es un placer como actriz poder mostrar las distintas aristas. Porque a mí me gusta hacer todo: me encanta el drama, la comedia y me encanta el stream, todas las áreas. Y poder mostrar ese abanico.
-¿Con qué te sentís más cómoda?
-La que es mucho más Gimena es la del stream. Ahí soy yo hablando dos horas como Gimena sin ningún tipo de personaje. Sin duda eso es lo más parecido a mí. Tampoco es cien por ciento Gimena porque así y todo uno está más cuidadoso con lo que dice, con el mensaje que tiene que dar como persona frente a una cámara, comunicadora, por así decirlo, pero sí el stream es donde más soy yo.
-¿Cómo fue meterte en ese nuevo mundo?
-Este año me habían propuesto también quedarme en Soñé que volaba, pero ya tenía el teatro y tenía mucho trabajo y no iba a poder trabajar de lunes a lunes. Justo se dio la oportunidad de que Olga incorporó estos programas semanales que están a la tarde, a mí me toca los lunes, así que me cerraba bien con el teatro y pude volver.
-Es un espacio donde podés mostrar tu costado más "Tana Ferro"...
-Ay sí, jaja. Ayer nos reíamos porque yo estaba súper "venida", entonces fue todo el programa con hostilidad total: "No se metan con las mujeres venidas que somos... locas". Es que uno ahí en vivo va diciendo cosas, pero después cuando te arman el resumen parece más delirante todo. Me divierto mucho, la verdad, es muy divertido el espacio.
-Te encontraste con algo que no esperabas hacer.
-Total... Conduje en televisión y soy geminiana, o sea que la comunicación y todo eso es muy parte de mí, como te dije. Y el humor... me encanta el humor y en la vida me manejo muy así también. Pero nunca me imaginé estar, ni la propuesta, como que me tomó bastante de sorpresa. Y después sentirme ahí siendo lo más yo posible fue lindo. Me encontré también con mucha gente que me decía: "Ah, sí, te re tenía como actriz pero no pensé que eras así". Y como esas cosas y uno piensa a veces que la gente te recontra conoce porque hace veinticinco años que laburás en el medio... Pero claro en realidad lo que conoce son tus personajes o te ve a vos en alguna entrevista, pero en la entrevista por ahí lo que estás haciendo es contestando preguntas y tal pero no estás vos genuinamente hablando dos horas sin parar. Entonces eso me pareció fuerte, el: "Ah mirá vos... no pensé que eras así".
-Incluso coconduciste con Nati Jota el Cris Morena Day, ¿Cómo fue esa experiencia?
-Un revival total, esto año volvió todo. Estuvo buenísimo, fue hermoso. A muchos de los chicos los sigo viendo pero a otros no, aunque tenemos la mejor relación. Cuando nos encontramos ahí fue como: "Uy, ¡hace cuánto que no nos vemos, qué lindo!". En el after tuve más tiempo de charlar con todos, bailar, joder, brindar. Nos volvimos a sentir todos adolescentes. Era como: "Somos nosotros, boludo". Fueron tantos años juntos habiendo vivido tantas experiencias fuertes, siendo tan jóvenes. Fueron programas muy vistos hasta el día de hoy, exitazos con los que no podías caminar por la calle. Era muy fuerte lo que se vivía y éramos muy chicos. Y ver que a todos nos quedaron esos recuerdos hermosos, después de tantos años, fue re lindo.
-¿Hay alguna anécdota especial que recuerdes de esa época?
-Hay, claro... Antes de cerrar la primera temporada de Casi Ángeles, yo me tenía que ir como un mes a filmar una película en Israel. Me acerqué a Cris Morena y le dije: "Yo lo re quiero hacer pero me tengo que ir en el medio de las grabaciones porque tengo este contrato..." "Bueno, dale, después vemos cómo lo solucionamos", me contestó. A Malvina (el personaje que encarnó en la ficción) la pisa un camión, en el capítulo 30, y queda toda como una momia vendada de pies a cabeza. Por supuesto no era yo, era una doble, de la que sólo veías los ojos y después yo le hacía el audio. Es muy gracioso porque la piba filmó un montón de tiempo como una momia y no era yo, que estaba en Israel filmando. Así lo resolvió Cris. Pero hay millones de anécdotas, nos divertíamos mucho. Era un equipazo.
-Recordás el pasado con alegría, ¿Qué te queda pendiente para adelante?
-Sabés que yo nunca miro mucho al futuro. No sé, siempre dejé que me sorprenda la vida, como que me di cuenta de que la vida es tan... que va a hacer lo que se le cante las pelotas. Prefiero vivir muy a fondo el presente y disfrutarlo, y no pensar tanto. Por ejemplo, con mi laburo no soy una persona ambiciosa, con deseos a futuro sobre mi carrera. Nunca me pasó eso de decir: "Ay tengo el sueño de que me dirija tal...". Voy fluyendo. Deseo siempre tener salud, poder trabajar de lo que me gusta, tener amor, el amor de mi pareja, el amor de mis amigos, eso siempre. Los tres deseos de cumpleaños siempre rondan en eso, pero no flasheo algo mucho, no lo tengo pensando, la verdad. No pienso demasiado en el futuro.
De la revolución rolinga a la milanga con Leo Messi
Después de la hilarante primera temporada de Porno y helado, Martín Piroyansky lo hizo otra vez. En la segunda entrega aparece un nuevo personaje, el de Gimena , quien secuestra al líder de la banda y planta bandera ante la necesidad de revivir una tribu casi extinta: los rolingas.
Gimena está presentando la segunda temporada de Porno y helado (Prime Video), en donde se pone en la piel de una auténtica rolinga que quiere hacer una revolución. "Fui rolinga durante toda mi adolescencia, así que fue un look que usé muchísimo. Fue un revival a los noventa, a esa época. Eso ya me divirtió de por sí", cuenta a Revista Gente.
En un galpón puede verse a Gimena, con el clásico flequillo stone, aritos largos, chaleco de jean y zapatillas toppers haciendo una coreografía de "Satisfaction", el hit de los Rolling Stones. Abajo se lee: "Por cuestiones de derechos no se puede reproducir el tema" mientras ella aletea en una escena hilarante sin música.
"Soy una seductora, estafadora, que quiere reclutar gente porque tiene un plan macabro, rarísimo y delirante, como toda la serie, y se armó un mundo ahí desde la locación... todos los actores que están en esa granja, es un delirio hermoso", adelanta Accardi.
-¿Qué tiene de particular esta temporada?
-Un tremendo upgrade de realización, producción, estética y visual. Está con una cosa mucho más espectacular. Al haberse aprobado su humor en la primera temporada fue como: "Okey, a ver si este delirio funciona". Sí, funcionó. En la segunda pusieron el pie en el acelerador y es un delirio absoluto, los chistes son espectaculares. Es mucho más graciosa que la primera y visualmente se ve increíble.
-¿Habías visto la primera temporada? Es un humor bastante particular.
-Yo soy fanática de la primera y me reí muchísimo. Al que le gusta este humor siento que la disfruta y la pasa increíble, al que no, no. Pero al que sí es completamente fanático. Siento que es para exprimirlo y que los chicos pueden seguir haciendo temporadas infinitas. Tiene tela para cortar, es espectacular.
-¿Es tu tipo de humor?
-Sí, cien por ciento. Fui muy fan de la primera temporada. A mí me hace reír mucho Piro y su cabeza y su humor.
Gimena también habla del vínculo con los Messi, a los que define como personas "como uno", y se ríe al imaginar que el título de la nota los va a nombrar y la van a criticar por eso.
-Mucha gente tiene intriga por las imágenes que circulan de la relación que tienen vos y Nico con Leo Messi y Antonela Roccuzzo.
-No ven nada, no subimos nada. Hay bastantes pocas fotos dando vueltas, tenemos fotos de hace bastantes años. Intentamos ser respetuosos de eso y no alardear del vínculo porque no lo necesitamos nosotros y ellos, muchísimo menos. Puedo decir que son como cualquiera de nosotros. Muy simples, muy amorosos, muy respetuosos, son full familia, mate, peli, tranqui, como cualquiera de nosotros. Y su vida también... intentan hacerla lo más simple posible pudiendo tener algo tipo ¡wow!
-¿Es verdad que comieron una milanga en una caja de cartón?
-Así es. Pedimos un delivery de milanesas con papas fritas en Barcelona. En realidad, no lo pedimos nosotros, la pidió el mismísimo Leo.
-¿Te acordás cómo fue el primer encuentro?
-Yo no soy muy cholula y no era cholula de él. Fui en plan: "Vamos a pasar el rato". Fui muy tranqui y me sorprendió la tranquilidad y la simpleza con la que viven el día a día. Uno nunca sabe a dónde está llegando y me esperaba algo... y no, re tranqui, todo espectacular.
Fotos: Gentileza Prime Video
Arte de tapa: Darío Alvarellos
Arte de portada: Gustavo Ramírez
