María Vázquez y Adolfo Cambiaso conforman una de las parejas más sólidas del mundo de la moda y el deporte. Juntos combinan a la perfección y llevan adelante hace más de 20 años una numerosa familia. Es que, tras casarse en 2001, después de 6 años de noviazgo, tuvieron 3 hijos: Mía, Adolfo y Myla.
Lo cierto es que pese a tantos años de matrimonio, María sigue acompañando a Adolfo en cada partido de su equipo de polo, La Dolfina. Muestra de ello es el video que la top model subió en las últimas horas mostrando el detrás de escena de su esposo luego de un entrenamiento. "Siempre innovando", añadió ella sobre esas imágenes de Adolfo prácticando crioterapia.
“Te veo bien”, le dijo María a su esposo, quien con cara de concentración y luego de hacer una seña con sus manos, dio a entender que se encontraba en óptimas condiciones. “Moderna tu pelopincho”, acotó ella con humor. “El trabajo lo hace perfectamente bien”, indicó el reconocido deportista desde la diminuta pileta inflable en la que se encontraba semisumergido con agua a bajísimas temperaturas.
Y como en una de sus esquinas, se veía el inflable algo inclinado, la modelo añadió: “Estoy viendo que estás medio con la goma baja”. “Bueno, estamos tratando de organizar el lugar de spa, el spa de lujo”, añadió el polista, quien también reconoció entre risas: “Estoy cagado de frío”.
“Crioterapia campera”, escribió María sobre ese video que subió a sus historias de Instagram. Es que, a juzgar por lo que ella mostró en sus redes, su esposo se somete a ese tratamiento luego de cada partido o entrenamiento con el fin de eliminar determinadas lesiones cutáneas superficiales.
La fuerte revelación de María Vázquez sobre su carrera
Tiempo atrás, durante una entrevista acerca de su vida privada y su familia, María Vázquez reveló por qué decidió alejarse de las pasarelas y sorprendió con sus dichos. "Más que dejarlo todo por amor, fue una elección", aseguró la famosa modelo en una nota para La Nación.
Y remarcó: "Cuando tuve a mis hijos decidí que la prioridad era la familia. Hacía los trabajos que podía y con los tiempos que podía, pero cualquier propuesta me demandaba una continuidad y era imposible ir y venir teniendo chicos".
"Vivimos en el exterior (en los Estados Unidos, Inglaterra y España) y las distancias son complicadas y los chicos necesitaban una rutina dentro de la vida desordenada que teníamos. Tuve oportunidades que me hubiese gustado aceptar, pero la familia era lo más importante y había que encararla juntos", explicó María.
