Estefanía Pasquini se ha convertido en toda una personalidad. Con gracia, dice que le gustaría presentarse primero a ella y decir que Alberto Cormillot (86) es su esposo y no viceversa como le suele ocurrir. Improvisa a cámara: "Hola, soy Estefanía Pasquini y él es mi marido".
La nutricionista de 37 años se sumó junto al mediático doctor al panel de Cuestión de peso y su voz pasó de ser pasiva a activa. De a poco, va entendiendo cuál es su nuevo rol y cómo manejarse mejor en las redes sociales.
Sin embargo, cuenta, a Revista GENTE, que hay temas que la hacen reaccionar y que no se arrepiente si la meta es defender a su familia.
Meses atrás trascendió una frase que dijo Tamara Pettinato sobre la decisión de Cormillot de ser padre después de los 80. Y a Estefi, escorpiana de sol y alma, no le gustó. Tomó el guante y contestó con uno de los temas que afectan a la familia del exSumo: la salud mental de Felipe Pettinato, quien está internado en una clínica luego de prender fuego su departamento y provocar la muerte de un amigo.
"Una cosa es que vos digas que no te gusta y es totalmente aceptable que no te guste", dice sentada en el living de su casa mientras abraza a Cormillot. Y suma: "Pero ella dijo que no era correcto tener un bebé a la edad de él con una chica como yo".
Eso, el argumento de que no era correcto, fue lo que sacó su leona interior y la hizo contestar. "Yo dije: `Pará, ¿qué correcto ni incorrecto?, mi hijo es lo más correcto del mundo. La quería destrozar porque se metió con mi marido y con mi hijo, con lo que más amo de mi mundo", sostiene.
Es que el camino para llegar a Emilio no fue sencillo: hicieron varios tratamientos y parecía que se acababan las chances. "Pensamos que el problema lo iba a tener él y eran mis óvulos", detalla y suma: "No sabés todo lo que hicimos para que Emilio esté hoy acá".
Estefanía Pasquini y su reflexión sobre su cruce con Tamara Pettinato
"Sé que actué de impulsiva y no medí que podía tener ese alcance", dice al reflexionar sobre la frase que le dedicó a la periodista y que causó revuelo.
Para ella no es fácil aún dimensionar que su voz no queda en sus redes. "Lo que me pasa es que todavía siento que estoy posteando algo en Instagram y lo ven mis amigas y no es así", sostiene.
Y reconstruye: "Ella dijo que le tendría que pedir perdón a su hermano. Pero por qué se mete con mi familia. Fueron dos cosas que dije. A esta piba no le entra una bala porque cuando digo: `Qué mal está eso´, me refiero a todo lo que hicieron por detrás, todo lo que quisieron tapar, no me refería a lo que haga un pibe con una patología".
Para Estefi las cosas van y vuelven y a la gente que hace mal, las cosas le regresan. "Hasta ahora siempre fue así", subraya.
Y más allá de que no le gusta haber quedado en el ojo del huracán, asegura que si llegara a pasar lo mismo actuaría de la misma forma
"Si me llega a pasar algo así lo vuelvo a hacer porque con mi hijo y mi marido no", repite cual guerrera.
El cruce de Estefanía Pasquini y Renée Cormillot: cómo quedaron las cosas
Los Cormillot lograron una unión familiar luego de la separación de sus padres. Las cosas de Monika habitan la casa de Alberto. Él se quedó con varias de sus posiciones tras su muerte, hace 7 años, y tuvo que hacerse cargo de las finanzas de la clínica, tarea que cumplió su exmujer durante varias décadas.
"Cuando se murió la llamé a la contadora y le pregunté hacía cuantos años que trabajaba. Hacía 25 años y nunca habíamos hablado", relata Alberto quien esta sentado al lado de su actual mujer.
Monika también se encargaba de mantenerlos unidos. Cuando vivía, Alberto comía 4 veces por semana con ella y sus hijos. "Era la jefa del clan, manejaba todo: la familia, los chicos, era el eje".
Si bien los encuentros siguieron con menos periodicidad: se juntaban una vez por semana, después de la pandemia fue más difícil reencontrarse. También, según dio a entender Renée, la hija mayor de Alberto, de 56 años, hubo algo con el nacimiento de Emilio que le afectó.
"En realidad fue el de Emita, la hija de Adrián, el que le costó", aclara Estefi.
Ella quería ser madre, hizo varios tratamientos pero ninguno funcionó. Algo que, al parecer, aún la llena de dolor.
Estefi y Alberto quisieron que fuera una de las madrinas de Emilio, pero ella no quiso. "Creímos que era una forma de integrarla", dice Estefi, mientras abraza a Alberto.
"Mi hijo Adrián, de 50, lo adora a Emilio. Él es un tipo muy lúcido, es mucho más inteligente que yo, lo que no tiene es la persistencia, pero es muy lúcido, observador y en esto estuvimos muy unidos para procurar apagar el incendio", cuenta Alberto.
Después de que Renée hablara con América tv y expusiera los problemas que había con su madrastra, los medios hicieron eco de eso. Algo con lo que Cormillot no está para na habituado.
"Hablé con Renée, con mi hijo y con Estefi. En un momento dado las dos estaban muy desreguladas y yo difícilmente me desregulo, cuánto más quilombo hay es cuando más me regulo", dice.
En la charla, el padre le dijo que era una pelea imposible de ganar y que había que parar, tanto a ella como a Estefi. Les dijo: "Lo que están haciendo es aparecer en los medios lesionándose ustedes, y metiéndome a mí en el medio que siempre he sido muy cuidadoso de mi imagen".
Ahora bromea con un posible encuentro familiar: "No creo que haya por un tiempo".
Estefi asegura que todo el asunto le sorprendió mucho.
"Me entristeció porque es algo familiar, con la familia no, hablar por afuera, no. Te juntás, lo hablás, te reputeas si te tenés que putearte, pero lo hacés adentro", dice y asegura que antes de las declaraciones de Renée, quien aseguró que ella estaba obsesionada con la herencia, nunca habían discutido.
"A veces Alberto me dice: `¿Por qué no podés olvidarte un tema?´y para mí hasta que no se habla y no nos entendemos las personas que estamos envueltas en el quilombo no puedo parar, soy re insistente con eso. Me gusta que quede todo claro, porque cuando no las resolvés bien en cualquier momento saltan otra vez con otra cosa", agrega la nutricionista.
Hoy todos trabajan en la clínica, pero casi no se cruzan. Alberto, Adrián y Estefi están en sus consultorios y Renée va cada tanto. El gerente, que es de mucha confianza de Cormillot, fue el encargado de hablar con todas las partes.
"Yo no les pido que se quieran, si no se quieren que no se quieran, si no se aceptan que no se acepten pero lo que no puede es trascender y transformarse en una cosa pública", concluye Alberto.
Y revela que por ahora quedo el compromiso de no hablar más del tema.
Fotos: Chris Beliera
Retoque y portada: Gustavo Ramírez y Darío Alvarellos
