El duro relato de Estefanía Pasquini, la mujer de Alberto Cormillot, sobre la frágil salud de su padre: "Tengo miedo de que no me reconozca" – GENTE Online
 

El duro relato de Estefanía Pasquini, la mujer de Alberto Cormillot, sobre la frágil salud de su padre: "Tengo miedo de que no me reconozca"

La nutricionista de "Cuestión de peso" habló con Revista Gente sobre cómo atraviesa el complejo estado de salud de su padre, quien el próximo lunes será operado por un cáncer de piel y padece Alzheimer.
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Estefanía Pasquini abrió su corazón con una publicación en redes sociales donde contó el grave estado de salud de su padre. La nutricionista de Cuestión de peso (etrece) y esposa de Alberto Cormillot relató que su padre, exgerente de un banco, tiene Alzheimer y cáncer. En diálogo con Revista Gente, Estefi cuenta cómo evoluciona su salud y cuál es su mayor miedo.

Un domingo en Florida, Estefi (37) se hace masajes mientras Alberto (86) charla con la periodista y Emilio (3), el hijo de la pareja, juega con el fotógrafo.

"Un montón de veces le digo a Alberto: `Mirá, mi mamá me dijo tantas veces lo de la edad, lo de la edad´, y ahora estoy re triste. Mi papá, de 72 años, tiene Alzheimer. Y mi mamá no puede disfrutar hoy nada de lo que podría estar disfrutando", dice la nutricionista que no recibió el aval de sus padres cuando les contó que planeaba tener una familia con un hombre 48 años mayor.

Según cuenta, si bien el diagnóstico de Alzheimer lo tenían hace 3 años, fue este año cuando empezó a avanzar más. "Entre que empezó a avanzar y todo fueron 3 años, lo que pasa es que en el último tiempo avanza rápido", dice y asegura que lo ve perdido, aunque todavía los reconoce.

"El otro día Romina, la neuróloga, le hizo hacer como algo para que anote cosas y, dentro de lo que se acordaba y anotó, puso que a las personas que más amaba en el mundo eran a Emilio, a mi mamá y a mí. Como que hay cosas que yo digo que pese a que todo olvides todo, uno siente y se acuerda con el corazón también", relata Estefi.

Y suma Cormillot, al lado de ella: "Juega mucho con Emilio, son dos chicos".

Con lo que coincide su mujer: "Es una conexión única la que tienen. Es increíble como pasa de esa mirada perdida total, de que le estás hablando y está en otra... A mirarlo a Emilio, a mí , y es la mirada de siempre, con brillo en los ojos, como de:`Yo sé lo que siento por ustedes´".

Sobre la posibilidad de recibir algún tratamiento, la pareja explica que no hay mucho para hacer y que tampoco él está dispuesto.

Según cuenta Estefi, su padre es el que más juega con Emilio.

"Hoy se está descubriendo mucho, es muy posible que en unos años cambie", dice Cormillot.

Sobre la estrecha relación que tiene con su padre, la nutricionista destaca cómo la acompañó en uno de los momentos más difíciles de su vida.

"Me pasa que lo estoy acompañando a los médicos, a todos lados. Y, más allá de que es mi viejo, y es muy importante estar con él, mi papá pasó todo el tratamiento de fertilización conmigo. Era la pandemia, no se podía salir y yo no quería que Alberto saliera, porque estábamos trabajando desde casa, no lo iba a hacer salir. Mi papá era el que cada vez que yo salía y le decía que no había crecido el óvulo, que no había nada, se ponía triste conmigo", recuerda.

Era él quien la alentaba y le decía: "Vamos a poder".

Estefi subraya lo importante que es para ella que su padre sepa todo lo que significó para ella que la acompañara, no solo en toda su vida sino en ese momento que fue tan difícil. "Entonces yo digo: `No puedo no estar en este momento, tengo que estar como sea con él´", sostiene.

Para llegar a Emilio la pareja se sometió a varios tratamientos y cuando parecía que era imposible llegó.

De qué y cuándo lo operan al padre de Estefanía Pasquini

Además de estar atravesando la enfermedad neurológica, este año descubrieron que su padre también tenía cáncer. Algo que terminó de abatir a la nutricionista, quien es hija única.

Al respecto, cuenta: "El cáncer estaba muy avanzado, es un melanoma. Lo que pasa es que pensamos que estaba más complicado porque tenía 15 milímetros de profundidad, cuando arriba de 4 es de riesgo. Por suerte no hizo metástasis. Ahora, el primero de octubre lo operan. Le tienen que sacar más del lugar donde tenía el lunar y el ganglio centinela".

Según cuenta, a la operación le sigue un tratamiento.

Una de las cosas que más lamenta Estefi es que su padre no haya viajado. Según dice, los dos tuvieron una vida muy austera y él decidió jubilarse apenas cumplió 65 para disfrutar y dedicarse a alquilar los departamentos que fueron comprando y hacer temporada en la costa.

"Mi papá tenía un cargo alto en un banco, era gerente, y cuando le llegó la hora se jubiló porque tenían propiedades, en la costa también, se quería encargar de eso. Le parecía que se podía relajar y hacer algo tranquilo. Pero dejó de hacer cosas de trabajo formal y llegó la enfermedad", relata.

Estefi se entristece cuando cuenta que sus padres por fin podrían empezar a viajar y a disfrutar y ahora ya no pueden. "Lo que nos dicen es que no lo podemos andar sacando de lugares porque se confunde más todavía. Tiene que estar en un entorno conocido. Está muy perdido, o sea, nos reconoce todo, pero le terminás de decir una cosa y al ratito te la vuelve a preguntar, es continúo", detalla.

Y asegura que siente que su padre no disfrutó todo lo que podría haber disfrutado, aunque tampoco está segura de si él tenía como meta viajar porque tuvo la posibilidad de hacerlo y no lo hizo.

Ahora está enfocada en el hoy y en disfrutar el tiempo con su padre. "Creo que si pasa algún día que no me reconozca me va a matar", dice.

Estefi y Alberto posaron para Revista Gente.

Qué decía la carta que compartió Estefanía Pasquini sobre su papá

Mi papá tiene Alzheimer. Hace pocas semanas también nos dieron el diagnóstico de cáncer. Si ya tenía terror de perderlo, porque cada día lo pierdo más, con este diagnóstico enloquecí. Me dormía llorando y me despertaba llorando, ese miedo de no saber cuál de los dos me lo sacaba antes.

Se me vinieron muchas cosas a la cabeza, propias de todos los que convivimos con una enfermedad crónica, como ¿por qué a él? No se lo merece, no se lo merece mi mamá, no se lo merece mi hijo... Nunca nos preguntamos y ¿por qué no a mí? Muchas veces pensamos esto le pasa a los demás, será que nosotros hoy tenemos que ser esos ‘demás’ de otras personas.

Es muy difícil ver cómo esa persona que amás desde el día uno deja de ser esa persona y se va convirtiendo en otra que no tiene nada que ver. Es difícil pensar hasta cuándo vamos a disfrutar de él o él va a disfrutar de nosotros recordándonos.

Hoy me di cuenta de que pese a sus olvidos, cuando nos mira con esa mirada que ya no es de él, en sus ojos perdidos aparece el brillo y el amor, porque el amor y el corazón no paran de sentir, o al menos eso veo yo hoy. Y me enojo tanto cuando veo a la gente que se pelea con sus papás, porque yo daría lo que no tengo por volver a tener a mi papá con el que compartía todo, gracias a Dios yo nunca voy a decir que no lo disfruté, porque si algo hice fue disfrutarlo y lo seguiré haciendo.

La vida es esto... con buenas y malas. Si te quedás tirado porque muchas veces dan ganas de eso, acordate de que se pasa rápido y no hay tiempo que perder. Apúrate para vivir más de eso que te hace bien. No pierdas el tiempo peleando con lo que está pasando porque perdés tiempo en disfrutar lo que sí sigue estando. Me encantaría que mi papá nunca se olvide de todo lo que es para mí, para mi hijo, para mi mamá: es una parte enorme de nuestro corazón.

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