Días atrás Marina Calabró y Rolando Barbano quedaron al descubierto cuando intentaban pasar unas vacaciones desconectados de las redes sociales y los medios. La pareja viajó a Río de Janeiro para disfrutar de un fin de semana de playa, y si bien no postearon ninguna fotografía, varios seguidores en modo "paparazzis" se encargaron de filtras imágenes en las que aparecían muy enamorados y a los besos.
Con esta escapada, oficialmente se confirmó la reconciliación de la periodista y el cronista de policiales. Ella no quiso ponerle título a su relación, pero en su programa de radio volvió a hablar de él, le cuenta algunas cosas a sus oyentes e incluso lee sus mensajes al aire.
En medio de una emisión esta semana, expresó: "Hoy yo estoy pensando en que me voy a cenar con Rolando y eso me da vida... Saber que cuanto termina Telenoche nos vemos, me da vida. Mi felicidad es saber que lo veo a Rolando esta noche y a mis gatitos", confesó ilusionada.
Por si quedaban dudas de que nuevamente están juntos, en las últimas horas tuvieron un picante ida y vuelta en Instagram. Calabró publicó unas fotos presumiendo su look para el programa que hace en La Nación+ y el primero en reaccionar fue el cronista.
"Qué bomba que sos, mi amor", le puso seguido de varios emojis. Marina le contestó: "Te amo, Rolando", y Rolando despejó cualquier duda de que están enbamorados, al escribir también: "Te amo, Marina", lo que por supuesto provocó comentarios de sus seguidores.
Marina Calabró confesó cómo le afecta el qué dirán
Marina Calabró le propuso a los oyentes de su programa de radio que le contaran lo que sentían cuando se enteraban lo que opinaba el resto de la gente sobre cada uno. Fue entonces que Horacio Cabak sin vueltas le preguntó cómo manejaba ella esto del qué dirán y la periodista le contestó: "Mirá, medio que me acostumbré... No me voy a hacer la canchera y decirte 'no me entran las balas', siempre alguna te entra. Pero la verdad que he curtido la piel, tengo el cuero recontra duro con respecto a como lo tenía cinco años atrás", se sinceró.
Su colega le recordó que le había dado un consejo para que no le afecten las críticas y tenía que ver con no dejar que nadie conociera su debilidad o no hablar públicamente de su talón de Aquiles. "Muy incrédula, muy buena, no, no… No hay amigos acá", tiró. Acto seguido, Calabró siguió: "No es que no me importe nada. Hay opiniones que me importan más que otras y es verdad que cuando dan en la tecla, puede llegar a molestar", sostuvo.
También consideró: "También las opiniones de afuera es tan arbitraria, infundada, prejuiciosa, que no te podés hacer cargo de todo. En ese sentido, vengo curtiendo la piel. Todavía algunas balas te entran, pero comparado a años atrás, vengo mejor. Cuando has pasado varias tormentas mediáticas la piel se va curtiendo", bromeó.
Asimismo, Calabró contó que cuando le tocó trabajar con Jorge Rial admiraba que no le afectaban los comentarios del resto. "Con el tiempo lo fui entendiendo. Y claro, porque si reparás en todos, vivís en una calentura... una cosa es decir que no la sufro, y otra es no sufrirla en serio. Pero bueno, tengo cincuenta, quizás en los 78 ya no me importa nada", cerró entre risas.