El corazón inquieto de Carlos Saúl Menem (1930-2021), el caudillo riojano que dirigió el destino del país durante dos mandatos, entre 1989 y 1999, parece ser un viejo mito sostenido por la prensa del corazón. Pero lo cierto es que varias de las propias protagonistas, como Graciela Alfano, por ejemplo, admitieron romances con él mientras el por entonces Jefe de Estado estaba casado con Zulema Fátima Yoma (81).
Como la exprimera dama ha contado, las “acciones machistas” e infidelidades del "Turco” (uno de sus apodos) en pleno fulgor de la "pizza con champagne" de los 90’s no conmovían a nadie. Es que sus traiciones y sus abiertos coqueteos fueron el desencadenante de las muchas peleas que tuvo el mandatario con su incondicional mujer y madre de sus dos hijos, Zulemita y Carlitos Menem Jr.
El matrimonio entre Carlos y Zulema fue tóxico y sobrevivió a todo. Desde el romance que el político tuvo en Formosa desde 1981 con la maestra Martha Meza, de cuya relación nació Carlos Nahir (hijo extramatrimonial que reconocería legalmente un cuarto de siglo después) hasta supuestas agresiones físicas y el escandaloso episodio en el que en 1990 la expulsó de la Quinta de Olivos con sus hijos.
En esa época, gran parte de la prensa minimizaba la violencia y el machismo que regían en la relación, situación que también era de orden institucional, como cuando se dimensiona la denuncia de Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández. Claro que en una época sin redes sociales ni mensajería instantánea, y en la que aún no estaba normalizado que las mujeres alzaran la voz, situaciones como estas ni se filtraron ni tuvieron la suficiente amplificación.
Hoy sería completamente imposible que las revistas publiquen alguna aventura amorosa de un presidente avergonzando a la primera dama, como ha sucedido durante el menemato. Tiempo atrás, la periodista y exlegisladora Norma Morandini cuestionaba cómo que fue nadie se escandalizara por la expulsión de Zulema de la residencia presidencial. Mucho más si se tiene en cuenta que Menem era el presidente de un país católico.
El día en que Menem echó de Olivos a Zulema y a sus hijos
Uno de los mayores escándalos presidenciales de la historia fue cuando por orden de su esposo, Zulema fue expulsada de la quinta presidencial. En la tarde del 12 de junio de 1990, la primera dama intentó reingresar a la residencia de Olivos, rodeada de fotógrafos, cronistas con micrófonos y cámaras de televisión.
Sin embargo, su intento fue en vano, ya que el jefe de la Casa Militar, el brigadier Andrés Antonietti, siguiendo órdenes de Menem, le impidió el acceso. Antonietti había desplegado fuerzas policiales en la quinta y se había armado con un aerosol paralizante, preparado para neutralizar cualquier resistencia física de la primera dama.
Ella intentó resistirse a la expulsión, pero su hijo, Carlos Junior, la convenció de lo contrario al notar una ambulancia estacionada en la entrada. Le advirtió que su padre podría haber dado instrucciones para internarla en un psiquiátrico si causaba algún alboroto. La advertencia no era descabellada, ya que la amenaza había sido mencionada en más de una discusión matrimonial. Además, en un intento de crear una imagen de inestabilidad emocional, se le llegó a atribuir la afirmación de que su esposo había colocado un cocodrilo en la piscina con la intención de matarla.
Carlos Menem justificó el desalojo de Zulema Yoma de la residencia presidencial de Olivos de dos maneras: una pública y otra privada, revelando motivaciones tanto personales como políticas.
Menem declaró públicamente: "Entre la Patria y la familia, elijo la Patria", dijo Menem en una búsqueda de presentar su decisión como un acto de sacrificio personal por el bien del país. Pero además, tenía otras razones: Carlos acusó a Zulema de intentar condicionarlo políticamente, señalando su disconformidad con algunas de sus declaraciones públicas y relaciones.
Recordemos que por entonces, en el contexto del contrabando de armas, Zulema había declarado que “hay muchos delincuentes en este gobierno”. Tras el hecho, el jefe de estado le reprochó en un telegrama: “Resulta inaceptable tu pertinaz interferencia”.
Antes de viajar a Italia al Mundial de Fútbol, Menem instruyó a Antonietti para que tenga todo bajo control: “Cuando vuelva quiero que todo esté solucionado. Esta casa es mía”. Claro que el mandatario necesitó un atajo. Para formalizar el desalojo, Menem firmó el decreto 1026, que establecía que el acceso y uso de la residencia presidencial quedaban a su entera discreción.
En la edición 712 de mayo de 1990, la revista “Somos”, dirigida por su amigo Constancio Vigil, anunció en un destacado titular en la portada: “Menem se separa de Zulema”. El 16 de mayo, Menem abandonó la residencia de Olivos y se mudó al departamento de su secretario privado, Miguel Ángel Vicco, decidido a regresar solo cuando no tuviera que enfrentar a su esposa ni escuchar su voz.
En lugar de analizar las implicancias políticas de lo que había pasado, los medios seguían enfocados en los detalles morbosos del desalojo, la presencia policial en la residencia, la resistencia de Zulema y la amenaza de internación psiquiátrica. Poco después, la mujer nacida en Nonogasta, la Rioja, hablo de un "machismo recalcitrante". El escandaloso episodio puso fin a 24 años de matrimonio, a lo que sobrevivieron a pesar de las peleas, infidelidades e intermitentes separaciones.
En el verano de 1984, la pareja atravesó su primera separación. Para escapar de una agresión física por parte de su esposo, Zulema buscó refugio en la casa del jefe de la Policía de La Rioja, Héctor García Rey, donde juntos presentaron la denuncia correspondiente. Mientras tanto, Menem se encontraba de vacaciones en Mar del Plata, y días después recibió informes de que García Rey estaba pernoctando en la residencia gubernamental.
"Está loco, me va a matar": de la violencia física al divorcio
Los escritores Gabriela Cerrutti, en su libro El Jefe, y Alejandro Margulis, en Junior. Vida y muerte de Carlos Saúl Menem (h), documentan con detalle las agresiones físicas que Zulema sufría, casi desde el inicio de su matrimonio, y que dejaban huellas visibles en su cuerpo.
Cerrutti cita un episodio del 3 de mayo, cuarenta días antes del desalojo, cuando Zulema le confió a su secretario, Jorge Mazzucheli, el estado en que se encontraba tras una noche de violencia. "Estoy muy mal, me pegó, me pegó toda la noche", le dijo mientras le mostraba un rasguño en el pecho y moretones en los brazos. La conversación culminó con una frase inquietante: "Está loco, me va a matar".
Por su parte, Alejandro Margulis cita en su libro a Gustavo Brizuela, el obstetra que asistió a Zulema cuando, tres meses después de casarse, perdió a su hijo debido a un síndrome respiratorio, para describir un episodio de violencia. Según Brizuela, en una ocasión encontró a Zulema con el rostro amoratado por los golpes.
Confrontado, Menem intentó justificar lo ocurrido preguntando si los médicos no recomendaban "darle un chirlo a los chicos cuando se ponen nerviosos". Brizuela, indignado, le respondió que aquello no eran chirlos, sino puñetazos, y que "no es de hombres pegarle a una mujer". El intercambio dejó en evidencia la gravedad de las agresiones y la retorcida lógica que intentaba justificarlas.
Zulema solicitó el divorcio en 1991, alegando "injurias graves e infidelidad", y lo obtuvo cuatro años después por "mutuo consentimiento". Sin embargo, ese divorcio no puso fin a la relación marcada por una mezcla de religión, amor, rencor, traición, política, violencia y maltrato.
El otro escándalo: el aborto
El matrimonio de Menem y Yoma tuvo dos hijos nacidos en La Rioja: Carlos Saúl Facundo (Junior) en 1968 y Zulema Eva en 1970. Entre estos nacimientos, Zulema quedó embarazada nuevamente y, junto con su esposo, decidió interrumpir el embarazo, un hecho que cuestionó la coherencia de Menem con sus declaraciones públicas sobre el aborto y sus principios éticos, además de su postura respecto a los derechos reproductivos de las mujeres.
En un giro irónico, el 8 de diciembre de 1998, Menem estableció el Día del Niño Por Nacer, justo cuando se autorizaba judicialmente la interrupción del embarazo en casos de violación. Un año después, Zulema reveló que Menem había apoyado un aborto en su familia.
Aunque se declaró “antiabortista” y evitó confirmar o desmentir la revelación, su postura se vio enfrentada a la realidad cuando la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo fue sancionada el 30 de diciembre de 2020. Menem, que estaba gravemente enfermo, no pudo influir en la votación y falleció diez días antes de la promulgación de la ley.
Zulema estuvo junto a Menem en sus últimos días y lo acompañó cuando falleció el 14 de febrero de 2021 a los 90 años. En sus últimos tiempos, volvieron a convivir en la residencia de Echeverría al 3500, en Belgrano, y hasta surgieron rumores de un posible nuevo casamiento, que jamás se concretó.
Los supuestos romances de Carlos Menem, entre los admitidos y los rumores
La lista de sus supuestos romances era larga e incluyó nombres como Graciela Alfano, Amalia "Yuyito" González, Alejandra Pradón, Adriana Salgueiro, Thelma Stefani ("la Marilyn argentina" se suicidó en 1986 al tirarse desde un piso 21; se habló de una relación oculta con el por entonces gobernador de La Rioja), Mónica Guido y María Julia Alsogaray, entre otras.
Gracias a su increíble carisma y en actitud "jeque", las fiestas era un terreno en el que se movía como pez en el agua. Como anfitrión, según señaló Intrusos tiempo atrás, le habría derivado a Moria Casán las invitaciones a las "mesazas" de diez personas que celebraban en Olivos.
A continuación, los rumores que lo vincularon con mujeres de la política y principalmente del espectáculo, por las que el expresidente tenía especial debilidad.
María Julia Alsogaray
Amalia "Yuyito" González
Siempre se rumoreó sobre un posible vínculo amoroso entre Amalia Yuyito González y Carlos Menem. Tanto es así que compartieron sus famosas cenas en Olivos repletas de figuras del espectáculo curadas por Moria, como queda registrado en esta, una de las pocas imágenes.
Respecto a si su padre había sido pareja de la actual novia de Milei, Zulemita Menem, su hija, contó recientemente: "No, no sé. Mi papá estaba casado". Además, al responder si había algún "punto en común" entre el líder libertario y su padre, la empresaria expresó: "¡Así parece! Perdón Presidente, pero mi papá siempre lleva la delantera".
En una de esas cenas VIP en Olivos, según señaló Débora D'Amato, "una noche Mónica Guido ingresó como si estuviera en su casa y se llamaron con apodos. Ella a él le decía Arequito (por su ciudad de origen) y ella a él, Anillaco".
Luisa Albinoni
También se lo vinculó con Luisa Albinoni. A pesar de los rumores, la ex vedette le explicó hace un mes a Mirtha Legrand si había estado en pareja con el ex Jefe de Estado. “No, y lo voy a contar bien porque ahí hubo una confusión”, señaló la artista sin vueltas.
Graciela Alfano: uno de los romances con el que el presidente le fue infiel a Zulema
En una entrevista en 2013, Graciela Alfano admitió haber tenido también una relación sentimental con Menem mientras era presidente. Tal como recuperó la icónica actriz, fue "un hombre que vivió como quiso. Fue un gran seductor. Y fue feliz, que es lo más importante".
"Él me decía: 'Tengo la banda presidencial, así que soy alto, rubio y de ojos azules'. Y yo le respondía: 'Vos sos presidente hace dos minutos, pero yo soy Graciela Alfano hace veinte años. El poder lo tengo yo'. Yo estaba casada con Quique (Enrique Capozzolo), que era funcionario en la Secretaría de Turismo. Pero él se enamoró mucho de mí. A tal punto, que cuando se separó de Zulema Yoma me pidió que fuera a vivir a la Quinta de Olivos con él. Yo no quise dar ese paso", contó Alfano.
Para culminar, Alfano aclaró sobre su vínculo con el exmandatario: "La relación se fue enfriando porque, al no haber querido aceptar su propuesta, la cosa no pudo prosperar... Y yo me enteré que él tenía relaciones con otras mujeres, también".
Fotos: archivo Grupo Atlántida