Tras culminar sus vacaciones de verano el fin de semana, Máxima Zorreguieta retomó su agenda institucional con una visita a la región de Walcheren, en la provincia de Zelanda. Y, como era de esperarse, la monarca deslumbró con un sofisticado look ideal para el día y la noche.
Fiel a su estilo, la Reina de Países Bajos volvió a su esencia con un estilismo recargado, de los que a ella le gustan. Y adelantó, además, un detalle clave en los básicos imprescindibles en los armarios de todo fashionista para esta primavera-verano.
Las claves del look primaveral de Máxima Zorreguieta: un básico para esta temporada
Máxima Zorreguieta lució un elegante vestido azul grisáceo de encaje con transparencias, que acompañó con un tocado tipo turbante, también de encaje. Un tejido que se proclama como un básico en las prendas impresindibles para esta temporada.
Respecto al estilismo, ya lo supimos ver en la monarca hace un par de años atrás en 2019, durante su primer viaje de Estado a la India desde que Guillermo de Orange accedió al trono. Algo que coincide con la nueva filosofía estética de la Reina por fomentar la moda circular.
Se trata de un diseño firmado por Natan, una de sus casa predilectas y que además es especialista en este tipo de trabajos con encaje.
En cuanto al modelo, el vestido es de corte midi, con la cintura marcada y un original escote asimétrico que juega con transparencias y volantes de tul. Sin embargo, el detalle estuvo puesto en aquella lazada en uno de sus hombros, que otorgaba un mayor efecto de sofisticación.
Según se sabe, en este tipo de visitas regionales, a Máxima le gusta llevar tocado, como manda el protocolo holandés, de ahí que haya cubierto el moño con el que recogió su cabellera con un turbante hecho con el mismo tejido del vestido.
La Reina completó su estilismo con una cartera en color nude de Sophie Habsburg, y unos salones de Gianvito Rossi en el mismo tono.
En esta ocasión, Zorreguieta hizo una pequeña variante en los accesorios, respecto a su estilismo en India, optando por unos nuevos pendientes de diamantes de los que cuelgan unas calcedonias, un anillo de aguamarina en talla esmeralda, varias pulseras de diamantes y un hilo en blanco y rojo, con el tradicional ojo de Nácar griego, del que no se separa.