Benjamín Vicuña sonríe, pide agua y arranca. Está promocionando la serie en la que debutó como host de entretenimiento, para la que se instaló un mes en una playa paradisíaca junto a sus hijos mayores. Su rol fue acompañar las desventuras de 4 parejas que se animaron a poner a prueba sus vínculos en La isla de las tentaciones (reality de Prime Video que conduce con Flor Peña). En tiempos de madurez, este año cumple 46 años, el actor chileno habla con Revista Gente sobre las nuevas formas de relacionarse y cómo se lleva con las traiciones y la venganza. "Primero vendría la tristeza y después sería operar desde la bronca", dice entre risas al hablar hipotéticamente e imaginar que es uno de los participantes que ve cómo su pareja lo engaña en la isla.
Lo cierto es que ahora él está en otra etapa. En pareja con Anita Espasandín, una empresaria separada, madre de dos hijos, de muy bajo perfil, a la que conoció en París. Una sorpresa para Benjamín que, si bien asegura que la quiere cuidar porque a ella no le gusta la exposición, no puede evitar sonrojarse cuando habla de ella. "Son curiosos los tiempos de Dios y cuando uno tiene cierta perspectiva se da cuenta de que está todo escrito", dice y confiesa que fue un reto interesante porque la vida le trajo a Anita cuando él ya no esperaba conocer a nadie . "Estoy muy tranquilo. Todo va muy bien y me gusta cómo va pasando todo", agrega sentado en un elegante sillón en el Four Seasons.
Más allá de su vínculo de idas y vueltas con la religión, el papá de 6 se considera creyente y piensa que además de la paternidad otro de los roles de su vida es el de llevar un mensaje esperanzador, luego de la muerte de su hija Blanca. Algo que hizo con su libro Blanca, la niña que quería volar y que continúa haciendo desde sus redes sociales. Sus hijos, dice, son sus grandes maestros y Bauti (el segundo de los cuatro hijos que tuvo con Pampita Ardohain) es hoy quien le enseña de música, de vínculos y actualiza su vocabulario. "El otro día me contó lo que quiere decir `selecta´, es el tiempo antes de ponerse de novio", revela sorprendido con el léxico que desconoce.
Sin esquivar las preguntas pero buscando la forma de salir airoso de los temas delicados, Benja asegura que no abriría su pareja, que no es una persona vengativa y que le han roto varias veces el corazón. También cuenta cómo están las cosas con la China Suárez (la madre de sus dos hijos menores: Magnolia y Amancio) e insinúa que su hijo mayor, Bauti, está en pareja. Aunque prefiere no dar más detalles para no escracharlo. Así en una cálida charla habla de su presente laboral: además de La isla de las tentaciones, hoy se estrena La voz ausente por Disney+; también es uno de los protagonistas de Felicidades, la exitosa obra de teatro, y está por estrenar una película. Y abre un poco de su intimidad con Anita, aunque deja claro que piensa resguardar este vínculo como no hizo con los otros.
-¿Te imaginás entrando a La isla de las tentaciones con Anita?
-No, difícil.
-En tu concepción más tradicional de familia, ¿te ves abriendo la pareja?
-No, a mí me interpela, me moviliza. Las parejas cuando vean el reality seguramente lo van a pensar. También aparecen temas como el lugar que le damos al amor en nuestras vidas, cómo duele, el lugar que le damos al sexo, a las tentaciones, en general, tiene una bajada... Es inevitable. En mi caso, es que... yo tengo 45 años.
-Tampoco sos tan grande...
-No, pero tampoco tengo esa necesidad. Estoy bien como estoy.
-O sea, ¿no la abrirías?
No.
-A veces pasa que con el tiempo las parejas repiensan sus vínculos.
-Yo creo que hay que abrirse al diálogo y a buscar la manera de encontrar cierta felicidad y paz. Tampoco me quiero hacer dueño de esa cuña de "no abriría". Creo que cada pareja tiene un mundo, tiene un universo y es un hecho. Y es un cuento en el que no sé si plantar bandera en algo. No tengo una posición, insisto, cada relación tiene una manera de ver las cosas, de enfrentarse a su entorno. Pero para mí hoy no es tema.
-¿Te rompieron el corazón alguna vez?
-A todos, que levante la mano a quién no. Todos hemos sufrido por amor, el que no ha sufrido por amor no ha pasado por este mundo. Uno viene a aprender en esta vida, y a mí me da mucha impresión de que tus hijos, a los que amás profundamente, te encantaría que estén en una nube de algodón... Pero en algún momento van a experimentar el amor y por ahí van a sufrir una desilusión, que les rompan el corazón. Y qué vas a hacer, hay que pasar por ahí. Y en mi caso mismo, creo que sí y en diferentes etapas. Me pasó a los 16 años, a los tantos y tantos. Es parte de la vida y de esos fracasos también uno aprende y después se valora más, se cuida más.
-¿Con los China Suárez están en buenos términos?
-Sí, todo bien. Hace poco cumplió años Amancio, 4 años. Es un niño hermoso, exquisito, mi chino de voz ronca y ojos de mar. Lo amo, es un chico muy dulce, me vuelve loco.
-¿Y Magnolia?
-Es hermosa, es una chica muy especial, atenta, divertida, inteligente, rápida, bella, son mis ojos.
-Ahora estás en una nueva relación.
-Sí.
-¿Cómo se está integrando con todo el clan?
-Súper bien, de forma orgánica, madura, muy bien.
-¿Tenías ganas de volver a apostar al amor?
-Sí, sí, ¿quién no? Pero es bonito, lo he escuchado mucho, el otro día se lo escuché a alguien, no sé si a Messi o a alguien: "los tiempos de Dios", ¿no? Son curiosos los tiempos de Dios, y cuando uno tiene cierta perspectiva se da cuenta de que está todo escrito. Pero estoy muy tranquilo, muy contento con cómo va pasando todo. Es un reto interesante cuando uno piensa que no y... es linda la vida, es hermosa.
-¿Está bueno para vos tener un vínculo con una persona fuera del medio? Siempre tuviste romances explosivos (Pampita, La China)
-No hay estrategia, no hay una manera fría a la hora de buscar. Creo que... me parece raro esto de estar filosofando del amor. Pero es lindo encontrar siempre a alguien, un compañero, es hermoso. Trato, y lo voy a hacer y lo voy a defender, tampoco puedo cerrar la puerta de la noche a la mañana porque va a ser brusco y va a quedar antinatural, pero intento no hablar mucho de alguien que por decisión, por oficio y por vida justamente no pertenece a esto. Entonces la quiero cuidar.
-La paternidad es algo que te atravesó un montón, ¿te imaginabas siendo este tipo de padre?
-Mirá, tengo una entrevista de los 20 años que me la mandó el otro día un amigo que la encontró como archivo, yo a los 20 años salía diciendo en una entrevista en Chile que quería tener 6 hijos. Son los que tuve, los que tengo hoy. Y me parece que, claro, llevo 18 años siendo padre, con todo lo que te puedas imaginar y sin dudas creo que es el gran rol de mi vida . Es lo que más me exige, lo que más me realiza, de lo que más aprendo. Creo que es lo que vine a aprender en la vida, sin duda, con todo, por supuesto, con lo que Blanca me enseña y me enseñó. Así que es algo que le doy un lugar, es lo más importante en mi vida.
-Hay algo muy lindo que tiene que ver con Blanca. De alguna manera pudiste convertir ese dolor en otra cosa, en arte, en encuentros y creo que eso te modificó.
-Mucho... poder transformar un dolor así en amor, transformar ese dolor en creación, en cosas que inspiran, también. Sin perder de vista que yo sé que en algún lugar hay muchas personas que viven lo que yo viví y es inevitable que me tengan como referente. Entonces, intento también darles lo mejor, entendiendo que todos tenemos derecho a sufrir, a deprimirnos, a padecer un dolor infinito. Pero lo que busco dentro de todo eso es tener un mensaje esperanzador para muchas personas, que sí que el dolor se transforma, que se debe y se puede convivir con eso.
-También poder nombrarlo.
-Sí, lo que pasa que el nombrarlo, yo te entiendo. Yo lo nombro todos los días en mi rutina. Sin embargo, es curioso porque me permito nombrarlo pero no deja de ser un lugar sagrado para mí. Entonces a veces me complica hablar de esto en un contexto que no es el adecuado. Me parece que es parte de nuestra realidad, de mi biografía y dialogo con esto a diario. Está muy presente y es así. Yo ahora estoy viviendo el éxito de Felicidades, una obra de teatro espectacular, salgo, hay cientos de personas pidiendo fotos y todo y entre esas cientos de personas viene una persona que me mira a los ojos y me dice: "Benja, gracias por el libro, me marcó la vida, me sirvió porque perdí a mi mamá". Y la verdad es que le da sentido a todo, son cosas que por dos segundos siento que me muestran mi misión.
-¿Sos creyente?
-Sí, eso hace que las cosas tengan un poco más de sentido. Da para una entrevista extensa: tengo un vínculo que va que viene con la religión pero que, finalmente, el que se enoja pierde, en casi todo, en realidad. En la política, en el arte, en los vínculos, incluso con las religiones. Así que me enojé, pero decidí volver porque es lo más grande que hay y es mi comunicación con algo eterno.
Benjamín y el desafío de ser padre de un adolescente
-El otro día contabas que a Bauti te cuesta despertarlo, ¿cómo es eso de ser padre de un adolescente?
-Lo llevo bien, como un súper desafío de mi hijo mayor que me va exigiendo estar a la altura. Él trae códigos nuevos. Intento ante todo el diálogo, el diálogo con él, con su entorno, pero lo que destaco son sus responsabilidades con el colegio y su felicidad, que tenga un compromiso con su felicidad, que pueda ser un chico feliz. Ahora estuvo en un intercambio en Londres, súper bonito, estuvo un mes y medio. Son pequeños ejercicios que empezás a ver a tus hijos volar y eso es súper lindo.
-¿A Bauti lo ves como un futuro actor?
-A Bauti lo veo hermoso, como un chico deportista, muy amigo de sus amigos, lo veo buscando una vocación que por ahí hoy no tiene clara, que por ahora no es la comunicación.
-¿Haciendo streaming?
-No le copa tanto el stream. Hicimos algunas cosas, me acompañó una vez a una entrevista de Criemos libres, un podcast de crianza. Es un pibe hermoso, tiene una lucidez, una nobleza, a mí me sirve y aprendo todos los días de él. Aprendo de nuevas tendencias de música (Milo J, Wos, buen trap, buena música urbana), cosas que comparto con él, hasta nuevas miradas, incluso esto de cómo hoy se vinculan. Él me decía que hay una etapa antes de ponerse de novio que se llama "Selecta", en un momento vas hablando y aprendiendo...
-¿Tiene novia?
-No lo quiero escrachar públicamente, pero anda por ahí y eso también es hermoso, el poder acompañarlo.
-¿Sentís que se parece a vos de adolescente?
-En algunas cosas sí, creo que todos los adolescentes se parecen. Sin dudas es la etapa más difícil. Es una etapa en que adoleces muchas cosas, una etapa de revelaciones, es una etapa de descompensación hormonal, de que lo más lindo aparentemente para muchos es el descubrimiento del primer amor, también de tu vocación... Hay ciertas cosas de enfrentamiento de los estándares, con lo que está establecido, con tus padres. Es difícil, lo estoy tratando de acompañar de la mejor manera, pero en un lugar secundario porque él es libre y es único y lo sabe.
-Es justo una etapa donde entran muchas variables en la vida de los chicos.
-Es una etapa delicada, entran la alimentación, la autoestima, el sexo. Es un mega desafío y también te da mucha preocupación porque sabés, yo mismo me acuerdo, es la etapa más revuelta, más vertiginosa de nuestras vidas y hay que estar ahí atajando.
-Decís 6 hijos, ¿uno más entra en la lógica?
-Lo que pasa es... ¿qué te puede decir?
-La otra vez leí que Pampita dijo que te veía con más hijos.
-Sí, no sé, lo que pasa es que soy cuidadoso porque hay tantos haters que si uno dice: "Sí", dicen: "Basta de traer niños al mundo" y si uno dice no: "Qué onda". Son decisiones privadas, íntimas.
-¿Te afecta el tema de los haters?
-No, a ver... sí, porque por culpa de gente así, no yo porque ya estoy curtido, soy grande, me chupa un huevo... Pero he hecho campañas de Unicef porque a un chico, justamente, a un adolescente le atacan a donde más le duele que tiene que ver con su físico, sus cosas, su pasado, su historia, su autoestima y se puede terminar suicidando. No es joda los haters, no es divertido. A mí que me jodan... Pero, en general, puta, me lo han preguntado otras veces, recibo mucho amor del público y es la razón por la que hago esto. Recibo amor, cariño, contención. Soy una persona querida, pero más allá de eso logro identificar eso y le tengo mucho respeto.
-Entonces, ¿no te imaginás teniendo otro hijo?
-Es algo que ni siquiera... Una decisión es, por ejemplo, a esta altura hacerse una vasectomía. Desde ese punto de vista, no estoy para una decisión así. Pero eso no quiere decir que uno saque una bandera y quiera decir algo. Me parece que son cosas que tienen que ver con la intimidad de cada persona.
-Y con la pareja que tengas.
-Claro, a eso me refiero, no es una decisión personal. Hay muchos factores.
-Hablabas de Felicidades, ¿cómo están llevando ese éxito?
-Es increíble, metimos 60 mil espectadores, un exitazo, una obra de Mariano Pensotti, espectacular. Trabajar con Adrián Suar, que es un amigo, un mega líder positivo, con Griselda Siciliani, con Jorgelina Aurzzi, con Peto Menahem, ha sido maravilloso, de verdad. Nos conocemos hace tiempo. Hoy se agradece mucho cuando encontrás un material que te pueda divertir, que genere lo que está generando esta obra, que el público acompañe. Son muchos factores que no siempre se manejan. Así que muy bien, gracias a Dios con mucho trabajo, estoy estrenando La isla de las tentaciones, La Voz ausente, de Disney+, con Gime Accardi, basada en una novela de Gabriel Rolón, estreno una película en el segundo semestre, así que con muchas cosas y muy contento.
-Sos un privilegiado en estos tiempos en los que está parada la industria.
-Sí, pero, ojo, algunas cosas, como por ejemplo, La Voz ausente se grabó hace casi 2 años. A ver valoro cada día, me pasó más con la pandemia que con la crisis actual... A partir de la pandemia agradezco el doble una oportunidad laboral, el éxito de un proyecto. Soy consciente de que estamos vivos y, después de la pandemia, te das cuenta de lo vulnerable y lo frágil que es todo. Cerraron los teatros, yo tengo teatros en Chile, 5 salas, y cerraron todos. Lo vivimos como una verdadera pesadilla, entonces esto de ver las salas llenas de público, la gente divirtiéndose, acompañando, me emociona. No lo puedo naturalizar, porque me parece tan maravilloso, un milagro, un fenómeno. Estoy feliz.
-¿Qué pasó con las salas en Chile?
-Perdimos casi todo, nos volvimos a armar ahora y, gracias a Dios, la gente se está volcando nuevamente a las salas con mucha fuerza. Pero sí, perdimos... El próximo año, en marzo, cumplo 20 años con este proyecto, emprendimiento, y la verdad que la pandemia nos llevó puestos de esos 20 años, 17, no sé cómo. Pero bueno acá estamos, el teatro no muere.
-Acá hay como un resurgir del teatro.
-Re, los espectáculos en vivo. Por la incertidumbre, la gente no sabe si ahorrar o no, ver a sus artistas, acompañar, estar en espectáculos en vivo, lo veo también en los conciertos, la gente está saliendo y es hermoso. Poder abrazar la vida, disfrutar, celebrar, estar en rito, estar con más gente, ojalá que pase en el cine. La verdad ha costado más, es lindo el rito de ir al cine, compartir... uno dice: la plata que gasto, pero después te la gastás tomándote un fernet. Para mí, yo voy a seguir defendiendo mi área que es la cultura, si podés ir al cine con tus hijos, disfrutar que los niños vean una película y estén 100% atentos, no mirar el teléfono, no contestar el timbre, estar ahí, me parece que es un momento único.
Vicuña y La isla de las tentaciones: su rol como host, los engaños y la venganza
A Benjamín le llegó una propuesta laboral que lo interpeló. "Parejas que ponen a prueba sus pactos, su libertad, su fidelidad, su vínculo en un programa de televisión", describe al hablar de La isla de las tentaciones. El paquete le cerró aún más cuando supo que la otra conductora era Flor Peña y que el rodaje era en México, en una playa paradisíaca. Pero lo que más le gustó del proyecto es que se trataba, en última instancia, del amor. "Es un programa muy bien hecho, de altísima calidad, que no deja indiferente a nadie porque provoca, interpela, moviliza. Se habla de relaciones monogámicas, relaciones abiertas, sexo, la sobrevaloración del sexo, los pactos entre parejas, todo está expuesto y todo en una puesta en escena espectacular que es una isla", dice.
Y adelanta: "Algunos salieron bien y otros directamente se van a lamentar eternamente de haber experimentado algo así. Pero lo interesante del formato es que hay un último capítulo que pasa varios meses después. Nosotros hacemos seguimiento desde que entraron a la isla hasta que salieron, algunos, en pareja, otros, rotos, otros, con nueva pareja y mostramos qué pasó varios varios meses después".
Y cuenta que, como la conducción no es tan exigente con los horarios, en ese tiempo aprovechó para disfrutar con sus hijos mayores. "Íbamos a pescar prácticamente todos los días, hacíamos fuego en casa, salíamos a andar en bicicleta, nos metíamos al mar", detalla.
-¿Habías conducido antes?
-Poco, hice dos documentales. Documentales crudos, políticos, uno que tiene que ver con la dictadura en Chile y el otro un documental del conflicto de Israel y Palestina. Esto es entretenimiento puro, pero no deja de ser un mega ejercicio porque no te deja indiferente. Más allá de que todos sabemos que un reality habla de personas encerradas, estas son parejas que exponen su vínculo a tentaciones y es ver si realmente pueden salir adelante o no, entonces es como una pequeña universidad de la vida.
-Siendo actor, habrás tenido muchas tentaciones a lo largo de tu carrera...
-No. Me parece que hay algo de mito. A mi trabajo yo lo defiendo porque lo amo profundamente. No me gustan los estereotipos, ni decir que es un lugar de "drogas, sexo y rock n roll" o bohemio. Se expone exactamente a los mismos conflictos de la humanidad entera. Les pasa a los doctores, a los abogados, a los contadores, a los periodistas. Y dentro de esas cosas existe la ambición, el ego, existe tener un buen o un mal jefe, la competencia y también puede existir la tentación. Es parte de lo que nos exige la vida, el día a día. Lo que pasa es que en este formato está exacerbado e iluminado, es llevar al extremo algo. Nadie podría vivir así en el día a día.
-¿Cómo fue eso de ver a los participantes enterarse de lo que hacía su pareja?
-Es duro acompañar a los chicos cuando ven lo que hacen sus parejas. Por momentos también es perverso, es antinatural ver hasta dónde... porque el amor duele. Vemos cómo a parejas que estaban seteadas para concursar y ganar un programa de estas características se las lleva puestas. La realidad supera la ficción.
-¿Empatizaste con alguno?
-Quizá no soy un host tan profesional, porque me generó empatía ver quizá sufrir a alguno y rechazo alguna actitud de otro participante. Empaticé básicamente con uno de los participantes, en particular, que tenía como una visión y una mirada súper lúcida de las cosas y de los vínculos, del amor, de dónde instalar la fidelidad, el amor propio, el amor por el otro. Agradecer y valorar cuando el otro es feliz y es libre. Quizá es mi propio prejuicio, pero uno quizá por ahí puede mirar con reparos este tipo de experimento pero por algo tienen el impacto social mundial que tienen, porque realmente son reflejos de la sociedad.
-Las nuevas generaciones vienen con otro tipo de pactos, ¿qué aprendiste de ellos?
-Muchas de las parejas son 20 años más jóvenes que yo y los veo con toda una apertura mental, con nuevas formas. Pero al final todo habla de lo mismo, tiene que ver con la condición humana, todo habla del amor, del deseo profundo de que alguien nos quiera, de las lealtades, de los compromisos, de los celos y cómo éstos movilizan, de la venganza, de a lo que puede llegar la venganza.
-¿Sos vengativo?
Yo... Va a sonar como autobombo pero tengo más fácil el perdón, lo tengo más a mano. Desde chico como que... te estoy sacando del terreno, lo pienso a muchas escalas, desde un pibe en un arranque de locura que te empujó y te pide perdón y me lo banco o jugando al fútbol, no se me traba la cadena en ese sentido. Lo mismo con la venganza, no me enrosco. Me parece que yo entiendo, aquí me pongo profundo, entiendo la acción, reacción, entiendo que algo te lastima y me puedas devolver, me pisás y te piso de vuelta. Lo que me parece perverso y patológico es cuando es algo premeditado y cuando es una venganza en plato frío, ahí me parece más enroscado.
-¿Te sentís cerrado viendo los nuevos códigos?
-Quise estar ahí, ver y no juzgar, que ya es un montón, y escuchar y sorprenderme como si estuviésemos en una comida en tu casa o como cuando hablo con mi hijo de las nuevas formas de vincularse. Obviamente hay ciertas cosas donde la experiencia, los años y lo que he vivido sirven para dar un consejo, para acompañar, para ayudar a perdonar o para entender que el amor tiene que ver con la felicidad del otro y también con dejar partir.
-Si estuvieses ahí y ves a tu pareja con alguien, ¿te vengarías?
Difícil que yo esté ahí. Eh, creo que... es difícil ponerse en ese lugar... Una de las particularidades del programa es ver lo que hizo el otro. Está el famoso dicho: "Ojos que no ven corazón que no siente". Acá son "ojos que ven", por lo mismo es súper difícil administrar esa rabia, o ese rencor, porque muchas de las parejas se auto imponen límites y contratos y algunos se rompen. Yo creo que como a los participantes, lo primero que te pasa es la tristeza, la bronca, el despecho... creo que primero va por el lado sentimental y después podría ser ya operar más desde un lugar de bronca.
Fotos: @adriandiazfoto
Arte de tapa: Darío Alvarellos
Retoque: Gustavo Ramírez
Agradecimientos: MYM Cueros