José María Muscari estuvo de invitado en un programa radial llamado Sola en los Bares en el que habló de cómo vive esta nueva etapa de su vida desde que adoptó a Lucio, el adolescente de 16 años que ingresó definitivamente a su vida en marzo de este año.
"El cambio más fundamental en mi existencia es la de pasar de ser un tipo absolutamente autónomo y donde lo más importante era yo, yo y yo, más allá de tener una madre, familia, una pareja, pero tenía la cosa personal por delante, a tener un hijo adolescente. E indefectiblemente mi vida cambió a partir de Lucio porque desde que está Lucio lo más importante para mí es Lucio, por ahora. En algún momento eso se va a aclimatar y va a empezar a ganar la pulseada nuevamente de lo personal, pero la prioridad es que él esté bien, que le vaya bien, que yo pueda estar para hacer las cuatro comidas, que pueda resolver su cotidianeidad", reflexionó el productor teatral en la charla con Karim González.
En ese sentido, remarcó que más allá de la edad de Lucio, él busca compartir mucho diariamente con su hijo: “Estoy solo con él. Está en casa, va a la escuela, va al gimnasio, a la vez tiene toda esa cosa espectacular de haber adoptado un adolescente que, a diferencia de un bebé o de adoptar un nene chiquito, tiene todas esas cosas de independencia que está buenísimo”.
“Por su existencia tiene muy desarrollada su independencia por lo cual no es una persona que las 24 horas depende de mí, pero no dejo de ser el padre, su referente y también de estar cumpliendo mis propias expectativas como padre. Yo no adopté un hijo para que se las arregle. No. Adopté un hijo para poder estar, para darle presencia, para darle amor, para encargarme de sus comidas, del psicólogo, de fútbol, de vóley, de generar una familia para que ese vínculo vaya rodando", agregó Muscari.
Al respecto, lo comparó con otros tipos de paternidad en esta etapa de la adolescencia y fue categórico: “No siento que sea distinto a lo que es tener un hijo biológico. Tiene la complejidad y la simpleza de tener un hijo que tiene 16 años (…) Yo solamente te puedo hablar de las cosas maravillosas que siento que fue adoptar a un hijo de 15 años (…) Yo no me veo en este momento de mi vida, a mis 47 años, cambiando pañales. No podría".
Por otra parte, aseguró que, aunque el vínculo de padre e hijo lo construyen día a día, es algo que fluye desde el primer día: "Nuestra relación fluyó desde el primer día. Fluye todo lo que puede fluir con un adolescente que sabemos que les hincha estar con adultos. Pero ahí tenemos algo muy a favor porque como hace relativamente poco que estamos juntos tampoco ninguno de los dos tiene necesidad de tanta distancia. Entonces compartimos varias actividades que quizás, en una familia común, con hijos adolescentes no ocurre (…) También hay momentos del día, de la semana, en que no tiene ganas de hablar, cierra la puerta, se pone con la play, con música del Duki y ya. Eso me parece súper normal de su edad".