Luis Pérez Companc, heredero de una de las fortunas más grandes de la Argentina estimada en 4.200 millones de dólares, acaba de agregar una joya a su impresionante colección de autos. No es un vehículo cualquiera ya que en el frente tiene el emblema de Ferrari.
Se trata de una Ferrari 499P Modificata, la versión modificada del prototipo con el que la marca italiana ganó las dos últimas ediciones de las 24 Horas de Le Mans. Por este ejemplar el empresario argentino desembolsó la friolera de cinco millones de euros. Para algunos, una locura; para Luis, una extensión natural de la pasión que ha marcado su vida y la de su familia.
La historia comienza con Goyo, el patriarca que, con su reciente partida a los 89 años, dejó más que un imperio empresarial; dejó un legado de velocidad y adrenalina que Luis y sus hermanos, Jorge y Pablo, han continuado con fervor. Pero Luis, a diferencia de otros millonarios, no se conforma con mirar los autos en un garaje. Él los lleva al límite, al igual que su vida.
Eso le ha permitido competir durante varios años en el Mundial de Rally y el Mundial de Resistencia, torneo que tiene a Le Mans como carrera emblema. Con su participación en diferentes eventos ha demostrando que el dinero puede comprar velocidad, pero no el talento para controlarla.
El Ferrari 499P Modificata no es solo otro coche en la colección de Luis. Este monstruo, pintado en el rojo Ferrari de siempre pero con los colores argentinos que ondean en su chasis, es una máquina construida para romper límites.
Con un corazón híbrido que combina 707 caballos de fuerza, y un empuje adicional de 163 CV en modo Push-to-Pass, esta bestia puede desencadenar hasta 870 caballos durante siete segundos de pura adrenalina.
Pero lo que realmente distingue a este auto es su exclusividad. No solo es una versión modificada del coche que llevó a Ferrari a la victoria en Le Mans, sino que también forma parte del programa Sport Prototipi Clienti, un club de multimillonarios adictos a la velocidad que se reúnen en los mejores circuitos del mundo en eventos organizados por la casa de Maranello.
Ahí, Luis podrá desafiar las leyes de la física en su 499P Modificata, lejos de las restricciones técnicas del Mundial de Resistencia, explorando hasta el último rincón del potencial de su nueva adquisición.
Debido a la tecnología que tiene esta bestia deberán pasar varios años para que Pérez Companc pueda traerla a la Argentina. Mientras tanto podrá disfrutar de ellas en eses eventos organizados por Ferrari, que también se hace cargo de la puesta en pista y mantenimiento.
El 499P Modificata se une a otros dos ejemplares únicos y que también pueden ser conducidos en eventos especiales: una Ferrari FXX K-Evo y una F2004 de Fórmula 1, nada más y nada menos.
Sin embargo, estas Ferrari no son la punta del iceberg en la colección de autos de los Pérez Companc, que el propio Goyo inició comprando algunas reliquias de Ford. Se habla de más de cien autos. Algunos de esos ejemplares se han exhibido en distintas ediciones de Autoclásica, la muestra que anualmente se realiza en los jardines del Hipódromo de San Isidro. Allí se han mostrado el F.1 además de un Ford Model K Touring de 1906 hasta una de las tres Ferrari 340/375 MM Berlinetta Pininfarina que existen en el planeta.
La vida de Luis Pérez Companc es una carrera que no muestra signos de desaceleración. Como presidente del directorio de Molinos Río de la Plata, Molinos Agro y Pecom, ha sabido dirigir con mano firme las naves insignia del grupo familiar, llevando su legado empresarial a lo más alto. Pero es en el rugido de un motor, en la vibración del volante y en la tensión de una carrera donde realmente se encuentra su alma.
La Ferrari 499P Modificata es solo la última página en un libro que aún tiene muchas historias por contar. Con cada aceleración, Luis Pérez Companc demuestra que lleva impresa el sello indeleble de su familia: una pasión inextinguible por los autos y un legado que sigue rodando a toda velocidad.