La marca Bugatti, reconocida mundialmente por sus hiperdeportivos de lujo, ha dado un paso audaz en su evolución con la presentación de su primer modelo híbrido, el Bugatti Tourbillon. Este superdeportivo, que se ofrece a un precio de 4 millones de dólares, no solo promete redefinir los estándares de la industria automotriz, sino que también establece un hito en la historia de la compañía.
El Bugatti Tourbillon, cuyo nombre rinde homenaje al mecanismo de relojería que contrarresta los efectos de la gravedad, es un verdadero testimonio del compromiso de Bugatti con la excelencia mecánica. Equipado con un motor V6 de 8.3 litros que genera 1.000 caballos de fuerza y tres impulsores eléctricos adicionales que aportan otros 800 CV, este vehículo alcanza una impresionante potencia total de 1.800 CV.
Las cifras de rendimiento del Tourbillon son simplemente espectaculares. Capaz de alcanzar una velocidad máxima de 445 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en apenas 2 segundos. Para los entusiastas de la velocidad, estos números son un sueño hecho realidad. La aceleración de 0 a 200 km/h se logra en menos de 5 segundos, mientras que alcanzar los 300 km/h toma menos de 10 segundos y los 400 km/h se logran en menos de 25 segundos.
El diseño del Tourbillon no solo es una obra de arte visual sino también una maravilla aerodinámica. Con una menor superficie frontal comparado con su predecesor, el Bugatti Chiron, el nuevo hypercar de Bugatti presenta una cabina más estrecha y asientos colocados más bajos, lo que permite una reducción significativa en la altura total del vehículo sin sacrificar espacio interior.
Inspirado en el icónico Bugatti Type 57SC Atlantic de 1934, el Tourbillon presenta curvas marcadas y un chasis de carbono con piezas impresas en 3D, manteniendo su peso por debajo de las dos toneladas. Este diseño permite una mayor eficiencia y rendimiento en altas velocidades.
En un mundo donde las pantallas grandes son la norma, Bugatti ha optado por lo contrario con el Tourbillon. Este modelo presenta una pantalla reducida y retráctil, y sus instrumentos -incluyendo cuentarrevoluciones, velocímetro y termómetros- son de titanio, zafiro y rubí, fabricados por relojeros suizos. Esta atención al detalle y la elección de materiales subrayan el enfoque de Bugatti en la artesanía y la precisión.
Aunque la autonomía en modo eléctrico del Tourbillon es de solo 60 kilómetros, esta característica complementa su motor de combustión para ofrecer un rendimiento óptimo en todas las condiciones de conducción.
La producción del Bugatti Tourbillon será limitada a 250 unidades, con las primeras entregas previstas para 2026.