El diagnóstico de cáncer de Kate Middleton causó conmoción en la realeza y en el mundo entero. Tras confirmar la noticia, la princesa de Gales decidió vivir a puertas cerradas todo el proceso de su enfermedad, incluyendo el tratamiento preventivo.
Muchas teorías circulaban en redes sociales sobre su salud, hasta que el 15 de junio reapareció en el evento Tropping The Colour, acompañada por el príncipe William y por sus tres hijos, y se llevó todas las miradas.
Desde entonces, pasó un mes para volverla a ver en escena. La Casa Real Británica anunció su asistencia al Campeonato de Wimbledon en el que se disputaban Carlos Alcaraz y Novak Djokovik, y este 14 de julio fue la encargada de entregar el trofeo al ganador, convirtiéndose en la gran protagonista de la ceremonia.
Este domingo Kate llegó con su cara sonriente, saludando a todos los presentes de forma muy amable, y acompañada por su hija Carlota. A su arribo, la princesa de Gales recibió una gran ovación y se mostró muy agradecida por el gesto de los asistentes.
Con un ánimo de tranquilidad, cercana, y emocionada, Middleton le dió la mano a las dos figuras que vivieron un partido que generó gran expectativa. Hay que recordar que la princesa es una gran aficionada de este deporte, por lo que su participación en este evento fue más que especial.
De la ausencia del príncipe William al look de Kate Middleton y su hija, Charlotte
El príncipe William no asistió al evento y su ausencia no pasó desapercibida. Pero esto, era algo que ya estaba previsto, y el verdadero motivo de su faltazo, es que el heredero al trono británico viajaría este domingo a Berlín para vivir en primera fila la final de la Eurocopa de futbol.
"Tenemos la esperanza de que la Princesa de Gales pueda presentar los trofeos como patrona del Club, pero su salud y recuperación son la prioridad. No sabemos lo que no sabemos. Todo lo que he dicho es que trabajaremos con ella y le daremos la mayor flexibilidad posible", habían expresado los organizadores del evento días previos.
Para muchos, la actitud con la que se mostró la princesa de Gales demostraría lo mucho que ha evolucionado en su tratamiento, sin embargo, hasta el momento no ha dado más información sobre su actual estado de salud.
Lo cierto, es que Kate vibró con su look para este domingo, ya que lució un vestido con un llamativo tono violeta de manga corta, y con un largo hasta el tobillo, muy acorde con su figura dentro de la realeza.
De acuerdo a medios europeos, se trata de un diseño de la firma Safiyaa, que estaría valorado en unos 1600 euros. A esto le sumó un bolso de fuero en beige, zapatos stilettos y accesorios delicados en dorado.
Mientras que, su hija Charlotte optó por un vestido azul marino con lunares y volantes en los hombros y la falda por encima de la rodilla.