En el Día Mundial de los Océanos (se celebra cada 8 de junio) me parece importante recordar que el 36% del territorio de nuestra querida Argentina es mar. Del cual se conoce muy poco, pero su vida es abundante.
El mar nos da gran parte del oxígeno que respiramos, es fuente de alimento y de trabajo para muchos, y, como si fuera poco, regula la temperatura del planeta. Es decir que todos estamos íntimamente conectados a él, ya que nadie puede sobrevivir sin un océano saludable.
Hoy en nuestro país tenemos alrededor de un 10% de nuestro mar protegido y todavía queda un largo camino por recorrer. Pero como se necesita conocer para proteger, quería empezar por compartir la vida y la belleza de este fascinante lugar, que es Puerto Madryn, para que estemos orgullosos de lo que tenemos y empecemos a involucrarnos.
Puerto Madryn, un destino que excede lo turístico
En la Patagonia tenemos uno de los lugares más soñados del mundo, uno que todos los turistas quieren conocer gracias a sus paisajes, su vida marina, su vida silvestre y su gran biodiversidad.
Rodeado por un mar azul profundo, playas de canto rodado y costas acantiladas decoradas por mesetas patagónicas, este rincón de Chubut provee un paisaje perfecto desde cualquier punto de vista.
Puerto Madryn también es conocido como la capital del buceo de nuestro país, motivo por el cual es visitado por buceadores de todas partes del mundo, no sólo por sus naufragios históricos y sus coloridas estrellas de mar, peces, anémonas y crustáceos, sino también por ser un destino en el que se pueden observar diversos mamíferos marinos dentro y fuera del agua.
Si llegas en la temporada adecuada, podes ver ballenas, orcas, pingüinos, elefantes marinos, lobos marinos y hasta delfines desde el barco.
Yo llevo 10 años explorando el océano y comunicándolo alrededor del mundo, y, como argentina, a veces siento que a nivel nacional aún no reconocemos la totalidad de la belleza de Puerto Madryn ni su valor. Tal vez sea porque lamentablemente la Argentina aún vive muy de espaldas al mar, pero, para cualquier amante del océano y su vida marina, Puerto Madryn es un destino soñado y debería ser aún más reconocido. Déjenme contarles por qué:
Es uno de los mejores lugares del mundo para avistar ballenas
Su reconocida (y realmente hermosa) Península Valdés, además de ser nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está incluida en la lista de los "10 mejores puntos de avistamiento de ballenas en el mundo".
Si bien son varias las especies que visitan la zona, la ballena franca austral se lleva el protagonismo por su larga temporada de avistamiento: llega a las aguas del sur de la Argentina de mayo a diciembre para dar a luz a sus crías –y también para reproducirse–, y luego parte hacia las costas de Brasil y Uruguay.
Para una mejor experiencia, recomiendo ir entre septiembre y noviembre, porque el clima suele ser un poco más cálido. En esa época podés observarlas desde la costa o embarcarte para vivir una experiencia inolvidable.
Las orcas de los documentales están en nuestra país
Desde que empecé a explorar el océano creo que he visto pocos animales más perfectos que las orcas. Con su elegante combinación de colores blanco y negro estampados en la piel, su aleta dorsal bien alta, su forma de interactuar en familia, su inteligencia y sus excelentes estrategias de caza, las orcas cautivaron mi atención desde el primer día que decidí abrazar el océano y no soltarlo nunca más.
Las orcas de Península Valdés desarrollaron un comportamiento especial que no se ve en otros lados del mundo. Me refiero a un comportamiento depredador que es de los más fascinantes del reino animal y se llama "varamiento intencional". Se trata de una técnica de caza única en la que las orcas varan intencionadamente para capturar crías de lobos y elefantes marinos, para luego regresar al mar.
Este comportamiento aparece en muchísimos documentales de National Geographic y es la razón por la que fotógrafos y científicos de todo el planeta viajan a la Patagonia para observarlo.
Debido a las presas de las que se alimentan, en octubre y noviembre hay más posibilidades de ver a las orcas en Caleta Valdés, y en febrero y mediados de mayo, en Punta Norte. Sin embargo, como siempre, la naturaleza es impredecible y a mí me gusta pensar que le muestra y regala encuentros a los que están preparados para tenerlos.
Es un placer compartir el mar con los curiosos lobos marinos
Los lobos marinos son de los seres más curiosos de este planeta y hacer snorkel con ellos es una actividad muy divertida, porque ellos juegan, se acercan y muchas veces hasta quieren interactuar con vos.
La presencia de ellos suele ser casi constante durante el año y el frío del mar apenas se siente gracias al traje de neopreno de 7 milímetros que proporcionan los centros de buceo. La actividad clásica dura 45 minutos y, al terminar, a veces los lobitos te acompañan nadando hasta que subís al barco.
Nota de respeto ambiental: Creo que es importante aclarar que cuando uno comparte un momento con la vida marina en general, siempre debe ser respetuoso y no ser invasivo, es decir, no tocarlos ni ir directo a buscar la interacción con ellos. Distinto es si ellos eligen y quieren interactuar con vos. Hay que darles el espacio para elegir.
Los increíbles elefantes marinos
Entre agosto y marzo, más de 20.000 elefantes marinos llegan a Península Valdés para reproducirse, parir a sus crías y mudar de piel.
Pasan el 80% de su vida buceando y pueden hacerlo en profundidades de entre 200 y 1.000 metros bajo el mar, capturando entre 1.000 y 2.000 peces al día. Además, al igual que los lobos marinos, están adaptados tanto al mar como a la tierra.
¿Dónde pueden observarse? En Península Valdés o en Estancia la Antonieta.
Pinguilandia
Otro simpático y característico animal de la Patagonia que se puede encontrar fácilmente es el pingüino de magallanes. Tuve la suerte de ver pingüinos en la playa, saliendo de bucear y también desde el agua mientras remaba en mi stand-up paddle, pero el mejor lugar para verlos es la Reserva de Punta Tombo.
Punta Tombo es un área natural protegida a la que cada año llegan miles de pingüinos fieles a sus parejas para preparar sus nidos. Los pingüinos caminan libremente por la reserva, interactúan entre sí, duermen la siesta en sus nidos, se alimentan o se meten al mar.
Esta hermosa reserva –con su gama de colores marrones patagónicos, rocas rojas y mar turquesa–, es también una región elegida por guanacos, zorros y otras aves que conviven con los pingüinos.
Disfrutar de ver los delfines en su hábitat natural (como debe ser)
En diciembre, los delfines oscuros, también conocidos como “Fitz Roy”, entran en el Golfo Nuevo y permanecen allí durante 5 meses. Los delfines oscuros son una especie muy sociable y destacan por sus acrobacias naturales. De hecho, uno puede subirse a una excursión en un semirrígido y observar cómo realizan saltos de 4 o 5 metros de altura. Esa excursión suele durar unas tres horas y es un verdadero espectáculo de la naturaleza.
Sobre la autora
Martina Alvarez (@oceanomartina) es una documentalista, fotógrafa submarina y periodista ambiental argentina que dedicó los últimos diez años de su vida a explorar el océano y sus maravillas.
Colaboró con medios como National Geographic Latam, Lonely Planet, Surfing Latino y Bioguia, y fue una de las primeras latinas en filmar documentales para proteger a los tiburones alrededor del mundo.
También se enfoca en empoderar a las mujeres a través del océano, ya que –entre otras cosas– desarrolló un programa ambiental y social que se llama Women Of The Ocean. Cada día, a través de sus redes sociales, de su palabra y de sus acciones, busca acercar el mar a la gente y generar conciencia sobre la vida marina.
Agradecemos a Manuel González
Fotos: Gentileza Victoria Higa, @oceanomartina y Jesica Comas