A fines de abril se volvió viral. En los medios el título de “la mujer de 60 años” rebotaba con fuerza. ¿Por qué tanto espamento? Porque acababa de ser consagrada para competir por el título de Miss Universo Argentina. Tan simple como eso. Lo cierto es que Alejandra Rodríguez se encuentra por estas horas invadida por una absoluta emoción de cara a lo que va a ser uno de los hitos de su vida, aunque reconoce que es algo con lo que se topó de sorpresa.
La consagrada Miss Buenos Aires recibe a Revista GENTE en la escuela de modelos de Francy Lezcano, su mentora, a la que, hace poquitos meses, ingreso para dar sus primeros pasos en este mundo. Es una tarde bien otoñal en la que se propone posar con vestidos de alta costura, incluido el que la consagró y la llevó a la fama.
Actualmente Alejandra transita una doble cuenta regresiva. La primera, por un lado, terminará cuando este 20 de mayo ingrese a un hotel porteño para "concentrar" junto a su equipo y el resto de las concursantes de todo el país. “No sé si puedo decir en dónde vamos a estar”, comenta. La otra meta apunta directamente al 25 de mayo, cuando compita con el objetivo de convertirse en Miss Universo Argentina 2024.
“Mi infancia fue linda, una época viví con mis abuelos y en otra con mis papás. Era re traga. Fui abanderada muchas veces. En esa épica se usaba el cuadro de honor. Para mí, no estar ahí era como que me complicaba la vida. Siempre mi promedio estuvo arriba de 9. Pero bueno: antes me ponía la banda en el acto escolar y ahora la banda de Miss”, lanza entre risas.
“En mi adolescencia era muy común presentarse a un certamen de belleza. Yo los miraba por la tele y era como una fantasía, pero no para cumplirla. En ese momento era muy tímida. Me hubiera dado una terrible vergüenza hacerlo. Me decían que tenía que ser modelo y no quería saber nada. En mi círculo social y familiar el mandato era tener un título. Y eso hice. Estudié Periodismo en la Universidad de La Plata”, cuenta.
Una de mis referentes a la hora de hablar de modelos es Michelle Pfeiffer, hoy tremenda actriz. Diosa, fina, delicada. Tiene todos los ingredientes”
–¿Ejerciste?
-Al poco tiempo ingresé a trabajar en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, pero no era la tarea de buscar la noticia o trabajar en un medio, sino que una labor más de comunicación institucional. Como era tímida, lo de la exposición me costaba. Por eso te digo lo de la timidez.
-¿Y cómo lo manejaste?
-Casi a los 30 años me puse a estudiar Derecho. Me recibí cuando a los 36. ¿Podés creer que me costaba conseguir trabajo porque para le mercado “ya era grande”? Finalmente me pude insertar. Trabaje como abogada de forma particular en el área de Derecho de familia, luego en una fiscalía descentralizada en Brandsen y en paralelo me sume al sector de Legal y técnica del Ministerio de Salud bonaerense. Ahora asesoro legalmente a un hospital de acá.
-Cámara de Diputados, periodismo, abogacía… ¿Cuándo apareció la modelo?
-Yo soy de esas personas que se cansan de hacer siempre lo mismo. Quería tener otra perspectiva de la vida para cuando me jubile. Venía viendo en qué me podía meter. Necesitaba un cambio. Es bueno reinventarse. En esa línea llega la modelo. Tengo una amiga que se llama Rosana y a los 50 participó en un concurso con Francy. Me contó, me insistió bastante para que me anote y finalmente acepté. Me inscribí en enero y empecé con la preparación.
-¿Tenías algún tipo de experiencia como modelo?
-Ninguna.
-Es increíble.
-Tal cual. Por eso también mi historia llama la atención: una mujer común que estaba trabajando en profesiones comunes y saltó a la fama de un día para otro.
-Tus vecinos deben estar como locos con todo esto, ¿no?
-Re. Pensá que me presenté sin expectativas. Gano y al otro día me estaban llamando de Arriba argentinos (eltrece) para hacerme una entrevista. Los vecinos me tocaban el timbre para saludarme. Fue una revolución porque no se lo esperaban. La repercusión también me sorprendió a mí.
-¿Cómo te ves para este 25 de mayo, el Día D, compitiendo para Miss Universo Argentina?
-Por eso también mi historia llama la atención: una mujer común que estaba trabajando y salta a la fama de un día para otro.. Sé que hay una chica de 40 y que el resto anda, promedio, en los 30 años. Me animo a competir contra chicas de 30 y
Luchar en contra de los mandatos
“En mi adolescencia sentía que si era modelo iba a defraudar a mi familia. Pero ese miedo sólo se encontraba en mi cabeza. Recuerdo que un día, a los 30 años, mientras hablaba con mi papá, en un momento me lanzó: ‘Sos una tonta, Ale. Vos tendrías que haber sido modelo’. Y yo le contesté: ‘¡Ahora me lo venís a decir!”. Quedó dando vuelta la idea desde entonces”, recuerda frente al grabador de GENTE.
-¿En qué consiste la preparación para ser una Miss?
-En clases de oratoria, protocolo, maquillaje, más encarar, en paralelo, un proyecto social. Buscamos tener un mensaje inspirador para otras personas. Una de las cosas en las que yo busqué trabajar fue la inserción laboral para personas que son expulsadas del sistema por la edad. Te quedás sin trabajo a los 45 y es muy difícil.
Me defino como una persona positiva, alegre a la que le encanta salir con sus amigas. Me gusta viajar y estar en contacto con la naturaleza”
-Es cierto que hay un reloj que corre, pero ¿se pueden revisar nuevas búsquedas laborales, verdad?
-Exacto. Yo siempre hablo de distintos ejes. Por un lado el estereotipo, que es cómo está físicamente alguien, y te lleva a un prejuicio: una persona no puede realizar determinada tarea por parecer mayor. Y finalmente, el resultado es la discriminación. Pasa con la apariencia física, una discapacidad o sobrepeso. El tema de la edad siempre estuvo latente, pero nunca se puso tan en debate.
-En este mensaje de mujer empoderada, ¿no haber sido madre fue una decisión?
-Soy divorciada hace muchos años. Me casé de grande, pero por cuestiones de la vida no fui mamá. Intenté y no quedé.
-¿Te frustró no haber podido serlo?
-No. Yo soy de otra época, cuando el mandato era ser mamá, pero a la distancia me di cuenta de que no sé hasta donde quería materializarlo yo. Que era más por la famosa frase de que una mujer se realiza siendo madre. Hay que aceptar lo que a cada uno le toca.
Cuando en una pareja la mujer es más grande que el hombre, hay prejuicio. Sos la veterana que sale con el joven. Esa mirada se viene modificando, pero aún persiste. Tenemos que sacarnos ese estereotipo de la persona vieja"
-¿Cómo transitaste ese tiempo habiendo estado fuera del mandato?
-Lo viví de la forma más normal posible. Lo que sí, ahora que estuve dando muchas entrevistas me decían en chiste “vos estás así porque no tenes hijos”. ¡Otro prejuicio!
-¿Estás soltera?
-Sí. Y ya que estamos, el de los vínculos es otro tema interesante. Cuando en una pareja la mujer es más grande que el hombre, hay prejuicio. Sos la veterana que sale con el joven. Esa mirada se viene modificando, pero aún persiste. Tenemos que sacarnos ese estereotipo de la persona vieja.
-Pase lo que pase, ¿cómo te ves después de la competencia?
-Éste fue un antes y un después en mi vida. Me sirvió para animarme a hacer cosas diferentes. Así que creo que voy a seguir en esto. Me gustaría trabajar en el modelaje y en algún programa de viajes y turismo. Volvería a eso que quedó en el tintero desde chica, perdido en un baúl.
-¿Y con tu trabajo?
-Podría combinar ambas cosas. Tengo las tardes y los fines de semana libres.
Fotos: Diego García
Portada y retoque digital: Gustavo Ramírez
Video: Cande Petech y Mailén Ascui
Make up: Yanina Belén
Producción: Francy Lezcano
Agradecemos a: Marcela Giacobbe Alta Costura, Nia Indumentaria y a todo el equipo de la Escuela de Modelos Francy Lezcano