En su búsqueda personal, Juliana Awada (50) se convenció de que el primer paso para acercarse al bienestar era "frenar un poco y escucharnos. Detenernos en los detalles que tantas veces quedan como telón de fondo en ese ida y vuelta". Por eso, en su primer libro, Raíces, el camino a una vida simple auténtica y natural, la exprimera dama comparte desde su experiencia cómo es posible alcanzar un bienestar sostenible.
A partir de descubrir su intolerancia al gluten, sin llegar a la celiaquía, “e intestino permeable”, Awada hizo un profundo cambio de hábitos que la ayudaron a sentirse mejor. ¿Algunos de ellos? El ayuno nocturno, tomar agua con limón apenas se levanta y mantener una alimentación consciente a partir de la cosecha de frutas y vegetales en su propia huerta. Algo que la llevó a interesarse en la cocina saludable.
Entre sus hábitos para mejorar su calidad de vida, la esposa del expresidente Mauricio Macri (65) empezó a preparar su propia leche de almendras, infusiones antioxidantes (como el matcha latte, por ejemplo) e invertir gran parte de su tiempo en la cosecha de la tierra.
La huerta en la que cultiva Juliana Awada: “Amor a la tierra”
“Es sumamente gratificante cosechar lo que uno siembra, y consumirlo es una alegría enorme. La huerta es pura energía, nos renueva y nos invita a conectarnos con nuestra vida interior”, explica. Como sabemos, su huerta es uno de sus lugares en el mundo. Y producir los alimentos le abre la posibilidad de ir un paso más allá en la búsqueda del bienestar.
En ese camino, Awada empezó a experimentar con recetas saludables que ya se han convertido en un clásico en la mesa del clan Macri. A continuación, en primera persona, una selección de fórmulas de su autoría, desde platos salados (sopa de calabaza, noodles con vegetales y alcauciles grillados) a deliciosa pattiserie (como tarta de frambuesas y su carrot cake favorita).
Juliana Awada: las mejores recetas saladas que prepara y sirve en su mesa
Hummus de garbanzos
Esta es una receta típica libanesa que podemos acompañar con pan de pita o alguna verdura cruda como rabanito, zanahoria o pepino. Para prepararlo, la noche anterior tenemos que dejar los garbanzos en remojo.
Al día siguiente, después de colarlos, los hervimos durante una hora y media hasta que estén bien tiernos. Para digerirlos mejor, podemos agregar alga kombu o una cucharadita de bicarbonato de sodio. El alga kombu tiene ácido glutámico, que ablanda las fibras de las legumbres sin alterar el sabor y además aporta minerales.
Una vez listos, hay que guardar un poco del agua de la cocción (la vamos a usar más adelante) y sacarles la piel con mucha paciencia. Por último, los procesamos agregándoles jugo de un limón, sal y pimienta, dos cucharadas de pasta de sésamo o tahini.
A medida que vamos integrando todo en la procesadora incorporamos de a poco parte del líquido que quedó de la cocción, hasta lograr la consistencia adecuada. Emplatamos y agregamos oliva, sal y pimienta. Espolvorear con pimentón o semillas de sésamo.
Receta con alcauciles, grillados o en ensaladas
Hacia el final del invierno y el inicio de la primavera es la época de esta flor de la cocina mediterránea que llegó a nuestro país gracias a la influencia italiana. Crecen sobre un tallo grueso, y la sustancia que les otorga ese sabor amargo tan particular es la cynarina.
Elegirlos y limpiarlos son dos tareas que requieren precisión: es preferible seleccionar los ejemplares medianos o chicos, con hojas cerradas y firmes. Si el alcaucil está blando, está pasado.
Ingredientes:
- Alcauciles (cantidad a gusto según los comensales)
- Sal y pimienta
- Romero
- Aceite de coco
Preparación:
Lo primero que tenemos que hacer para limpiarlo es retirar las hojas externas hasta que veamos aparecer su interior más amarillento: la base del corazón. Luego, sobre una tabla, hacemos un corte desde la línea amarilla hacia arriba, para retirar todas las hojas duras que resten.
De esa forma quedará expuesta una zona más blanca, cuyo centro presenta pequeños “pelitos” que se esconden debajo de unos pétalos color violáceo. Hay que retirarlos ahuecando con una cuchara para que el centro quede vacío.
Del tallo solo vamos a dejar la extensión de un puño aproximadamente, y a continuación con un cuchillo iremos pelando en forma vertical su parte externa y la base del corazón que aún puede tener restos de hojas. Así nos queda listo para cocinar.
Hervimos los alcauciles enteros hasta que estén apenas blandos. Dejamos enfriar y los cortamos al medio. Calentamos una sartén con aceite a fuego medio y cocinamos los alcauciles de ambos lados hasta que estén dorados, con unas ramitas de romero. Condimentamos con sal marina y pimienta negra recién molida.
Una vez grillados, se pueden incorporar a una ensalada. Necesitamos que estén a temperatura ambiente, los cortamos a la mitad y les agregamos un poquito de rúcula y queso parmesano. Condimentamos con sal, oliva y pimienta a gusto.
Milanesas y pollo al horno, dos clásicos de la mesa de los Macri
El plato que en casa no falla nunca son las milanesas. Tengo unos trucos para prepararlas: las dejo macerando toda la noche en huevo, perejil, sal y pimienta. También agrego un chorrito de crema de leche. Después, las rebozo con pan rallado que compro en la panadería, bien fresco. Cuando están listas, las sirvo con puré.
El pollo al horno es otro de los favoritos: primero lo trozo y le agrego sal, pimienta, aceite de oliva, mostaza y algunas hierbas de la huerta. Lo dejo alrededor de una hora y media en el horno, y lo voy dando vuelta varias veces. En general lo acompaño con arroz blanco o papas al horno.
Noodles con vegetales
Esta alternativa es ideal para los que quieren disfrutar de un plato de pastas en su versión sin harina. Podemos prepararlos en distintas variedades según el corte que les demos a las verduras: muy delgadas, con un cuchillo, con mandolina o el pelador de vegetales tradicional que tenemos en casa.
Los fideos de zucchini con pesto de albahaca son famosos en casa y son una opción para ofrecer un plato caliente, apto para celíacos y vegetarianos. Conocidos como zoodles, por la mezcla del término italiano “zucchini” y “noodle” en inglés, el secreto de esta pasta vegetal es la cocción: no se hierven, se cocinan en una sartén o wok antiadherente, con un poquito de aceite de coco, unos minutos hasta que se ablanden.
Spaghettis de zucchini con pesto de albahaca y un secreto: el aceite de coco
El zucchini se adapta a distintos cortes según el tipo de pasta que deseemos preparar. En este caso usé un rallador especial para lograr la forma de los espaguetis.
Calentamos aceite de coco en una sartén grande a fuego medio-fuerte. Agregamos los espaguetis (aproximadamente de a dos zucchinis a la vez) y cocinamos por unos minutos hasta que estén apenas dorados.
Es importante que no se pasen de cocción para que no se ablanden mucho. Se comen al dente. Mezclamos con pesto de albahaca y servimos. Uso aceite de coco neutro para cocinar porque no se altera con la cocción.
Sopa de calabaza
Cortamos y pelamos la calabaza, agregamos un poco de curry o cúrcuma. Colocamos los trozos en una fuente con aceite de coco y los horneamos hasta que estén bien cocidos. En paralelo, vamos preparando un caldito de verduras para utilizar el líquido más adelante.
Una vez que las calabazas están bien blanditas, las sacamos del horno y las llevamos a la licuadora. Mientras licuamos, vamos incorporando el caldo hasta lograr la densidad que más nos guste.
Luego pasamos la sopa a una olla para calentar y le agregamos un poquito de jengibre y leche de coco. Cuando servimos, sal y pimienta a gusto. Como topping, podemos sumar leche de coco, eneldo y semillas de zapallo tostadas.
Los dulces favoritos de Awada, que ya son un clásico en su cocina
Tarta de frambuesas con frutos rojos de la Patagonia
Las frambuesas, además de ser ricas en vitaminas C y E, tienen gran cantidad de agua y fibra. También aportan calcio, potasio, magnesio y hierro.
Los frutos rojos en general son ideales para disfrutar su sabor al natural, o como complemento para yogures y cereales. Se pueden congelar para disfrutarlos más tarde.
Para la masa:
- 300 gramos de harina
- 90 gramos de azúcar impalpable
- 1 pizca de sal
- 200 gramos de manteca bien fría
- Ralladura de 1 limón
- 1 yema
- 20 ml de agua
Para el relleno:
- 1 pote de dulce de leche
- 200 ml de crema para batir
- 1 cucharada de azúcar impalpable
- 1 tapita de extracto de vainilla
- frambuesas c/n
Preparación:
Para la masa, arenar los ingredientes secos con la manteca cortada en cubos. Podés hacerlo con las manos o con la procesadora. El arenado consiste en desgranar la manteca con los ingredientes secos logrando que se rompa la manteca y se forme una especie de arena mojada.
Luego agregar los ingredientes líquidos y unir hasta formar una masa. No hay que amasar. Dejar el bollo enfilmado descansando 30 minutos en la heladera para que la masa se relaje. Luego, estirar la masa y forrar una tartera enmantecada y enharinada.
Pincharla con un tenedor y esta vez ponerla en el freezer durante 30 minutos más. Así la masa se horneará bien fría y no se bajarán los bordes. Hornear a 170 grados hasta que esté doradita.
Una vez fría, desmoldarla con cuidado y ponerla sobre un plato. Rellenar con dulce de leche. Por arriba crema batida con el azúcar y vainilla. Decorar con frambuesas.
Carrot cake
Ingredientes para la torta:
- 1 taza de harina 0000
- 1/2 taza de harina de almendras (si no tienen, hacen todo con harina blanca)
- 1 cucharada de canela y nuez moscada
- 1 cdta. de bicarbonato de sodio
- 1 cucharada de polvo de hornear
- 1/2 cdta. de sal
- 1 1/2 taza de azúcar
- 3 huevos grandes
- 1 cdta. de vainilla
- 3/4 tazas de aceite de girasol
- 2 tazas bien apretadas de zanahoria rallada
Para la cobertura:
- 300 gramos de queso crema de los firmes
- 70 gramos de manteca bien pomada (blanda a temperatura ambiente)
- 1 1/2 tazas de azúcar impalpable
- 1/2 cdta. de vainilla
- 1/4 cdta. de canela
Preparación:
Para hacer la torta de zanahorias, primero prender el horno a 160 grados. Enmantecar y enharinar una tortera. Colocar en un bowl todos los ingredientes secos y reservar. Batir por aproximadamente cinco minutos en velocidad alta los huevos con el azúcar y la vainilla hasta que la mezcla esté blanca y cremosa. Agregar el aceite batiendo a velocidad baja.
Luego, con la batidora apagada, agregar los ingredientes secos y mezclar con una espátula. Por último agregar la zanahoria y mezclar una vez más para que todo esté unido. Hornear por una hora o hasta que al pinchar con un palillo salga seco.
Para la cobertura, unir los ingredientes en un batidor con el accesorio de la lira o a mano con una espátula. Reservar.
Cuando armen la torta, es importante que el bizcocho esté bien frío para que no se derrita la cobertura. Pueden decorarla rústica o con manga, como más les guste. Además pueden agregar frutos secos arriba o adentro de la preparación.
Agradecemos a Penguin Random House