Con el pasar del tiempo, ver a las casas reales europeas abrir paso entre sus filas a plebeyos y plebeyas se ha vuelto algo para nada inusual. Lejos quedaron aquellos años cincuenta y sesenta donde los matrimonios morganáticos (así se denomina a los que son entre alguien con linaje real y alguien sin esa descendencia) estaban terminantemente prohibidos en la realeza.
El sólo hecho de que un príncipe o princesa pensase en formalizar con alguien de menor rango era un auto atentado contra su posición en la corte real e incluso en la corona. Ya que, según la ley dinástica, el casarte con alguien con un rango inferior era motivo para quedar afuera de la línea de sucesión.
Sin embargo, como todo dogma, tuvo quienes se mostraron en contra y cuestionaron estas leyes a lo largo de la historia de las familias reales de Europa. De hecho, Sonia de Noruega fue la primera plebeya en casarse con un heredero al trono (antes hubo otro caso pero no de alguien que fuera a ser rey) y la primera en convertirse en reina en 1991.
El hito que marcó la monarquía noruega y que cambió todo en las casas reales de Europa
La historia de los royals noruegos fue el inicio de una nueva corriente entre los príncipes y princesas, que profesaba que "lo importante en un matrimonio es el amor". Nueve años tuvo que esperar Harald de Noruega para que su padre, el rey Olav, consintiera su boda con Sonia Haraldsen.
Es que, el heredero tuvo que amenazar a su padre con quedarse soltero o renunciar a su derecho al trono si no se aceptaba a Sonia, la diseñadora de modas, historiadora de arte y contadora que llegó al trono.
Ante la falta de herederos, y bajo la premisa de toda Familia Real a lo largo de la historia (retener el trono en la familia), Olav habló con el Gobierno y, finalmente, se dio el visto bueno a la unión entre el príncipe y la plebeya. Así, el 29 de agosto de 1968 se celebró el primer matrimonio morganático en la Catedral de Oslo.
Así, el caso de Noruega se prestó para cambiar las reglas del juego dentro de la corte y las coronas, tanto en el Occidente como en el Oriente. Otras casas reales que sentaron un precedente fueron las de Mónaco e Inglaterra.
Raniero III de Mónaco y Grace Kelly
Si bien el royal monegasco fue el primer príncipe en contraer matrimonio con una plebeya, las casas reales de Europa subestimaron la influencia del pequeño principado de Mónaco, considerado el "Las Vegas" de la realeza.
Grace Kelly tenía 26 años, 11 películas y algunas producciones para televisión a sus espaldas, incluido un Oscar a Mejor Actriz, cuando lo dejó todo por la vida de palacio al lado de Raniero III de Mónaco.
Se casó en 1956, convirtiéndose en la primera plebeya en formar parte de la realeza como princesa consorte. Además de ser protagonista de la primera boda real televisada.
Carlos III y Lady Di
Uno de los matrimonios morganáticos más populares de la realeza europea fue el del ahora rey Carlos III y Lady Di. La "princesa del pueblo", Diana Frances Spencer, conquistó a las masas inglesas por su innegable carisma.
Tras conocer a Carlos de Inglaterra en un instituto suizo en 1978, algunos años después, en el desesperado afán de Isabel II por casar a su hijo, el 29 de julio de 1981 Diana celebró su boda con el heredero al trono y pasó a ser princesa de Gales y a formar parte de la familia real de Inglaterra.
Matrimonios morganáticos contemporáneos que llegaron al trono
España: el rey Felipe VI y Letizia Ortiz Rocasolano
El rey Felipe VI conoció a la periodista española Letizia Ortiz Rocasolano en 2002 antes de comprometerse en 2003. A pesar del rechazo del entonces rey Juan Carlos I, el príncipe se salió con la suya y se casó en 2004.
El royal se convirtió en rey Felipe VI de España en 2014, luego de la abdicación de su padre, que convirtió a Letizia en la primera esposa de un rey de España que no pertenece a la realeza. La reina consorte dio a luz a las princesas Leonor y Sofía.
Países Bajos: el rey Guillermo y Máxima Zorreguieta
Por su parte, el rey Guillermo Alejandro se casó con Máxima Zorreguieta Cerruti en 2002 cuando todavía era príncipe heredero. Se convirtió en rey en 2013 tras la abdicación de su madre, que convirtió a Zorreguieta en la reina Máxima de los Países Bajos.
La monarca, nacida en Argentina, se ganó a su pueblo y al mundo, con su carisma y su personalidad. Sin embargo, el título más significativo que recayó sobre sus hombros es el de la reina fashionista de Europa por su inmensurable buen gusto y sus arriesgados y coloridos looks.
Dinamarca: el rey Frederik y Mary Donaldson
Frederik de Dinamarca, en aquel entonces el príncipe heredero al trono danés, conoció por primera vez a la especialista australiana en relaciones públicas Mary Donaldson en un bar mientras visitaba Sydney para los Juegos Olímpicos de verano de 2000.
Cuatro años después, el royal danés se casó con su gran amor el 14 de mayo de 2004, con quien tiene cuatro hijos juntos. Tras la sorpresiva abdicación de su madre, la reina Margarita, el príncipe asumió el trono a mediados de enero de 2024.
Actualmente, Mary de Dinamarca pertenece al grupo de monarcas de sangre plebeya que supieron ganarse el cariño de sus súbditos y que hoy ocupan un rol protagónico dentro de sus respectivas casas reales.
Reino Unido: el príncipe William y Kate Middleton
Aunque aún no asumió el trono, tras el reciente diagnóstico de cáncer de su padre el rey Carlos III, el príncipe William ve su asunción al trono más cerca de lo que esperaba.
Bajo ese marco, el pueblo británico se esperanza con ver a Kate Middleton ser coronada como reina consorte de Inglaterra. Es que, la plebeya es el recuerdo latiente de aquella princesa del pueblo que supo encarnar Lady Di, la madre del príncipe de Gales.
William conoció a Kate Middleton mientras estudiaba en la Universidad de St Andrews en Escocia. Se casaron en 2011 en la Abadía de Westminster en Londres y ahora tienen tres hijos juntos: George, Charlotte y Louis.
Fotos: Fotonoticias y Redes.