A poco de que la corona británica sufriera un verdadero cimbronazo con el anuncio de Kate Middleton (42), quien comunicó que padece cáncer y se está sometiendo a un tratamiento de quimioterapia preventiva" desde el mes de febrero, mucho se ha escrito acerca de cómo la familia real maneja públicamente sus escándalos.
Sus movimientos fueron más que cuestionados no sólo por el silencio reinante sobre la desaparición por 80 días de la princesa de Gales, sino por las polémicas estrategias que llevaron adelante, como cuando la futura reina de Inglaterra debió reconocer que había manipulado digitalmente una foto junto a sus hijos. Un sinfín de desaciertos que, sumados a la incertidumbre respecto a la salud del rey Carlos III –de quien sí comunicaron en tiempo y forma su estado de salud–, desgastaron fuertemente la credibilidad de la monarquía en Gran Bretaña.
Si durante su reinado la reina Isabel II (1926-2022) debió afrontar desde acusaciones de racismo y denuncias de abuso sexual (príncipe Andrés) a la trágica muerte de Lady Di, la corta gestión de Carlos está en el foco de la polémica.
Según los expertos, los publicistas de la familia real no logran acallar fácilmente versiones y disparatadas teorías que aún hoy continúan. La última indica que el propio video en el que Kate hizo pública su enfermedad "habría sido creado con inteligencia artificial". Si bien la BBC, responsable de la grabación difundida el 22 de marzo, explicó que se trató de una producción propia, la "bola de nieve" parece imparable.
Consultada por revista GENTE, Eugenia Garavani, experta en realeza y colaboradora de Vanidades y Caras México, analizó cómo se mueve la corona holandesa y la propia Máxima Zorreguieta en comparación con las torpezas de la familia real británica a la hora de bajarle el tono a sus escándalos.
El eterno carisma de Máxima Zorreguieta, clave para la estabilidad de la corona holandesa
"Yo creo que en la corona holandesa saben lo que tienen en Máxima, porque ella les devolvió cierta relevancia...¡La verdad es que nadie hablaba de ellos! Pasaba como con los reyes de Suecia, que no generan nada interesante. La reina argentina llegó a darle un giro de 368 grados a una monarquía parlamentaria constitucional", explica Eugenia Garavani.
La también escritora fantasma enfatiza que en el caso de Holanda "eran puras mujeres en un verdadero matriarcado, hasta que de repente Beatriz tiene tres hijos varones y el mayor (Guillermo Alejandro) eligió a una latina para casarse". No es noticia que el carisma de las mujeres de la monarquía es vital para conquistar a la opinión pública y seducir a los medios de comunicación.
El "efecto Máxima", en ese sentido, se puso a los holandeses en el bolsillo. La periodista, que también imparte cursos de historia, expone las máximas cualidades de la porteña criada en Recoleta y que se educó en el Northlands: "Ella es muy carismática, es toda risa, y es una persona que todo el tiempo sonríe con la mirada. No teme a estallar en carcajadas o bailar salsa en el Caribe. Le pone sabor a todo, algo que no es menor".
Cómo el casamiento de Guillermo con Máxima logró dejar de lado el polémico pasado de Jorge Zorreguieta
La redefinición de la identidad de la Casa de Orange, asegura la experta, tuvo como partida "cuando el foco del mundo estuvo puesto en ellos con el compromiso de Guillermo con Máxima. Fijate que les importó muy poco lo que pasaba con el papá de ella, Jorge Zorreguieta (1928-2017). Realmente fue un tema muy serio y muy rasposo".
Recordemos que el padre de Máxima –fallecido en 2017 como consecuencia de un linfoma complicado con una infección respiratoria– fue funcionario de la dictadura militar en Argentina. A raíz de eso no pudo presenciar el casamiento de su hija, celebrado el 2 de febrero de 2022. A fines del año anterior, el Parlamento holandés determinó que Jorge Zorreguieta no participara de la boda tras el reclamo de organismos de derechos humanos.
Aunque hubo "suficientes motivos para abrirle una causa", la corona holandesa decidió no investigar el rol que tuvo Jorge Zorreguieta durante la represión. Según comunicó en 2012 un portavoz del Ministerio Público holandés, entre las pruebas aportadas "no se hallaron indicios lo suficientemente sólidos como para afirmar que el padre de la princesa Máxima estuvo implicado de manera concreta en desapariciones de personas durante el régimen de la dictadura presidida por Jorge Rafael Videla".
Recordemos que el parlamento de ese país estuvo a punto de no aprobar la boda y Máxima fue sometida durante meses a una rigurosa investigación por orden de la reina Beatriz. Un gran escándalo que los de Orange pudieron dejar atrás sin mayores consecuencias. Garavani lo explica así: "Aún con algo tan fuerte, dijeron 'vamos a arreglar esto de la mejor forma posible, porque esta chica nos está trayendo mucha atención a la corona'. Como dice Brian Tracy en su libro, lograron convertir lo negativo en positivo".
La construcción de la reputación pública de Máxima y su punto fuerte: "Es una mamá gallina"
La experta en realeza señala por qué Máxima se ganó a todo el mundo: "Por su carácter, por su forma de ser tan cercana y tan abierta. A ella no le importan demasiado los protocolos, da entrevistas y si llegás con un micrófono te habla igual. Además, conquista a las mujeres de su país por cómo se muestra con sus hijas, Amalia, Ariane y Alexia".
Garavani continúa: "Es una mamá muy latina, una "mamá gallina", que comparte con ellas, las defiende, se muestra protectora y no duda en hacerles muestras de cariño en público, muy diferente a lo que pasa con la reina Letizia Ortiz, a quien se la ve fría y poco afectiva con Leonor y Sofía".
Recordemos que no son pocos los difíciles asuntos públicos que superó la corona holandesa: lograron bajar la difusión mediática del bullying que sufría Amalia, la heredera al trono, y salieron ilesos de las osadas fiestas escolares de la más rebelde de las tres, la princesa Alexia, que revolucionó el colegio UWC Atlantic College de Gales con la fiesta queer durante su graduación del bachillerato.
Cómo se recompuso la corona inglesa a otros escándalos durante el reinado de Isabel II
El mayor escándalo de la casa Windsor al que podemos remitirnos es la muerte de la princesa Diana (31 de agosto de 1997). Eugenia Garavani retoma el hecho, en comparación con el presente, y dice: "La corona estaba pasando por un tema de imagen muy difícil, estaba siendo muy afectada por el divorcio de los príncipes, querían salir a flote pero no había nadie que los ayudara a tener algo de resplandor. Ya todo eso te daba una idea cómo las malas decisiones de Diana afectaban a la institución, que es lo que más le molestaba a la reina, que Diana fuera tan impulsiva y tan rebelde".
La periodista consultada por GENTE se refiere también al pedido del pueblo de que la reina diera muestras de que Diana le importaba. En ese momento, fue vital el rol del primer ministro Tony Blair, quien se sentó con la monarca a decirle que creía que había cosas que debían cambiar. "Le dijo que había que modernizar a la monarquía, que debía cambiar de actitud y ser más abierta, y ahí empezó a evolucionar, a ser más cercana, y cambió detalles de sus apariciones, como vestirse de distintos colores", apunta Garavani.
Según su lectura, el rol de Harry y William fue fundamental: "La corona sabía que ellos eran atractivos para la prensa y levantarles el perfil era un modo de darle un aire más joven a la casa real. Era una demostración de que con el nuevo siglo venían nuevas formas. De hecho, un gran gesto de la reina en el sentido de la evolución de la corona fue permitirle a su hijo casarse con Camila, el amor de su vida".
Fotos: Archivo Grupo Atlántida