“Al pueblo de mi patria, a mis hermanas y hermanos de la Argentina, en nombre de mi esposa, Zulema Fátima, de mi hija, Zulema María Eva, y de toda nuestra familia quiero agradecer, desde lo más profundo de mi corazón, a todo el pueblo argentino por las muestras de afecto, de cariño y de amor que hemos recibido en estos dramáticos momentos de nuestra existencia”.
Con esas palabras, Carlos Menem (1930-2021) hablaba en cadena nacional para confirmar la muerte de su hijo, Carlos Menem JR. Era el 15 de marzo de 1995 cuando todo un país se conmocionaba al enterarse que el joven de 26 años había perdido la vida luego de que el helicóptero que manejaba se estrellara en la localidad bonaerense de Ramallo.
Si fue un accidente o un atentado es algo que hasta hoy no se puede determinar. Pero por las múltiples teorías que ponen en duda hasta de la versión oficial que indica que la caída al vacío se dio porque la aeronave chocó contra unos cables de media tensión que estaban a once metros de altura al costado de la Ruta Nacional 9, por el kilómetro 211,5.
Además de Carlitos, en el helicóptero viajaba Silvio Oltra (piloto de automovilismo y padre de la modelo Carolina Oltra), quien murió en el acto. El hijo del expresidente fue trasladado al Hospital San Felipe de San Nicolás, en donde murió producto de las lesiones que sufrió.
La hipótesis del “tercer atentado”
Mientras Menem confió en la versión oficial, fue Zulema Yoma quien planteó un punto de discrepancia y se transformó en la primera en hablar abiertamente de un “tercer atentado” tras los hechos ocurridos en la Embajada de Israel (1992) y en la sede de la AMIA (1994).
Y no se trató de una teoría alocada, sino que se basó una afirmación que le realizó quien por entonces era su marido y jefe del Poder Ejecutivo: “Menem me dijo que mi hijo tenía un tiro en la frente. Esa es la verdad”.
Para sumar a esta línea, hay un informe de la Gendarmería que data de 1997 en donde se especifica que el helicóptero tenía “perforaciones, deformaciones e irregularidades atribuibles a impactos de proyectiles de arma de fuego”.
Zulema planteó como dato clave que ese mismo día del accidente, el jefe de custodios de Carlos Menem JR. ordenó disminuir la cantidad de efectivos policiales que estaban a su cuidado. Tanto ella como Alejandro Vázquez, su abogado, sostuvieron haber escuchado una grabación en donde el joven de 26 años le pidió auxilio a su personal de custodia: “Huevones, contesten, me disparan, me disparan”.
Pero lo cierto es que la Justicia nunca avaló esta hipótesis porque dicha grabación nunca apareció, y tampoco hay testigos que afirmen haber escuchado disparos en esa zona comprendida entre San Nicolás y Ramallo. A su vez, el informe de Gendarmería fue descartado por el juez Villafuerte Ruzzo ya que no se pudo comprobar si los 18 impactos eran de ese día o ya estaban de antes. El cuerpo, de acuerdo a la autopsia, no tenía impactos de bala.
Así contó GENTE la muerte de Carlos Menem JR.
“Dios sabe por qué se lo llevó. Su destino estaba marcado y por algo pasó todo. Su muerte tiene que tener un sentido. Lo primero que quiero hacer apenas pase un poco de tiempo es viajar a la Meca con Zulemita. Necesito estar a solas con Dios. Una de las últimas cosas que me dijo fue que tenía que hacer algo, política”, afirmó Yoma en una entrevista con Revista GENTE publicada el 28 de marzo de 1995.
Por su parte, Menem declaró: “Aquella mañana tuve un presentimiento y le dije para qué iban en helicóptero, que era mejor en auto. Se fue contento. Parece que estaba escrito que tenía que ser así. Cosas del destino. El cariño de la gente fue excepcional, pero mi hijo no está y no hay nada que reemplace este dolor. Carlitos era todo para mí. La vida me dio todo y un día me quitó lo que más quería: mi hijo”.
Búsqueda de archivo: Mónica Banyik.