Este mediodía Kate Middleton (42), la esposa del príncipe William (41), se volvió tendencia en el mundo entero por publicar una foto en la cuenta de Instagram de la corona británica editada por ella misma.
Si bien, la imagen buscaba tener un mensaje positivo sobre su persona, ya que la princesa había estado desaparecida de la esfera pública por meses debido a una operación, se terminó por desviar toda la atención del público al mal uso del fotoshop.
El diario inglés Daily Mail realizó un punteo con las modificaciones realizadas a la foto original, la cual aún no ha querido ser mostrada por la cuenta oficial de la corona.
En principio, se utilizaron tantos efectos que el brazo derecho de su hijo George terminó por dejarlo completamente artificial y también hizo desaparecer gran cantidad de pelo de su hija Charlotte, el cual se ve muy borroso en su hombro derecho.
Como si esto no fuera poco, también borró partes de su propia mano derecha y movió de lugar el cierre del saco de su hija. En cuanto al espacio en que fue tomada la fotografía lo que más llamó la atención de los usuarios fue el ventanal en el que se encuentran, el cual tiene sus bordes con pequeños picos.
El descargo de Kate Middleton y las especulaciones
Debido a su mal uso de Photoshop que dejó en ridículo a toda la familia real, Kate Middleton debió salir a aclarar lo ocurrido.
“Como muchos fotógrafos aficionados, de vez en cuando experimento con la edición. Quería expresar mis disculpas por cualquier confusión que haya causado la fotografía familiar que compartimos ayer. Espero que todos los que celebran hayan tenido un muy feliz Día de la Madre”, argumentó.
Pero para muchas personas esta explicación no fue suficiente y algunos especuladores aseguran que la princesa aplicó estos retoques estéticos para ocultar su estado de salud actual.
Ya que a diferencia de otras oportunidades Kate se encuentra sentada en una silla, hecho que podría significar que aún no se encuentra del todo recuperada para caminar.
La operación de abdomen de la monarca fue un duro golpe para toda la familia, ya que fue en la misma semana que se conoció que el rey Carlos III sufre de un severo cáncer que lo alejó de sus funciones.
Así el Príncipe William debió estar pendiente de dos frentes, el del delicado estado de salud de su esposa y el rápido deterioro de su padre, que podría llevarlo al trono antes de lo esperado.