No duda en levantar su voz para hablar de la igualdad de derechos, avivar su feminismo que se despierta ante las injusticias de turno, e incluso potenciar a otras mujeres cada vez que puede, ya sea en sus redes o arriba de los escenarios.
No es noticia que Anitta (30), la brasileña más escuchada en el mundo, que colaboró con Cardi B, Madonna y Diplo, suele posar para revistas como Vogue y GQ y llevó el twerking a su máxima expresión, nació en una favela, más precisamente en el barrio carioca Honorio Gurgel, de apenas 20 mil habitantes.
Hoy en día, con su emporio a cuestas (37 millones de oyentes en Spotify y con más de 65M de seguidores en Instagram), su mayor reto es seguir siendo aquella que tenía hambre de triunfar. Y que no se nubla por las reproducciones, ni se deja encantar por las mieles de tornarse inalcanzable. Sino todo lo contrario.
De hecho, asegura que guarda con muchísimo recelo su vida privada, en la que simplemente actúa como Larisa de Macedo Machado, ese su verdadero nombre. En esta selección de una reciente entrevista con Revista GENTE, la cantautora comparte diez principios rectores con los que surfea el éxito y la vida misma “para seguir inspirando”.
Ser responsable a la hora de comunicar
“La gente tiene muchas expectativas. Cuanto más grande seas, más expectativas generás. Todo el mundo está pendiente de lo que vas a decir o hacer. Cada vez que hay que comunicar, trato de ver cómo va a reaccionar el público y aquellos a quienes el mensaje no está dirigido”, asegura quien explica que aprovecha la atención que genera "para cosas importantes".
Por ejemplo, generar debate e instalar conversación. ¿Algunos temas? La deforestación (hizo videos en la Amazonia), la visibilidad de las disidencias (ha cantado con dragqueens, por caso) y la inclusión, como cuando sube al escenario con bailarinas plus size. "Paso de los estereotipos, nosotras tenemos el control", dispara.
Rebelarse ante los mandatos
“Cuando sos mujer, suelen esperar otras cosas de vos. Y te dicen ‘vas a ser así’, ‘vas a tener novio’, ‘tenés que comportarte así’. Y yo sólo quiero hacer lo que quiero hacer. ¿Por qué los hombres pueden hacer lo que quieran y las mujeres no?”, reflexiona quien jamás dudó en alzar la voz en contra de la desigualdad.
Tampoco lo hizo cuando se refirió al expresidente de su país, Jair Bolsonaro, a cuya gestión en su momento calificó como "terrible". No sólo "por su nula política con el medioambiente", sino por sus desafortunados dichos contra la comunidad LGBTIQ+.
Ser audaz: “Ante todo, necesité ser creativa”
Sus comienzos en la música los decretó en 2009, cuando, desodorante en mano –como micrófono, claro–, grabó un video que subió a sus redes sociales para llamar la atención de un pequeño canal de tele en Río de Janeiro.
“Lo puse para ver si ellos lo miraban, y así sucedió. Enseguida me llamaron. Yo tenía una vida simple y necesitaba ser creativa para hacer las cosas”, asegura Anitta en diálogo con GENTE.
Inventarse una realidad a pesar la pobreza
“Nacer en una favela, me hizo crear mis oportunidades. Cuando era pobre no tenía las chances ni la estructura para hacer lo que quería. Entonces me concentré para crearla. Si voy a una fiesta en una favela sé cómo comportarme porque vengo de ese lugar. Y si voy a la parte elegante de la ciudad, sé cómo cambiar. Hay dos personas, dos Anittas dentro de mí”, explica la artista.
Jamás aceptó que cambiaran lo medular de su origen, y lo explica así: "Mi esencia es la favela. Ella no sale de mí". Según cuenta, le han pedido más de una vez "ser más chic". Pero nunca se doblegó a que el mercado la formateara a piacere: "Yo dije, soy así, y quien quiera me acepta".
Romper los estigmas “a partir del esfuerzo”
Su interés por la música urbana y el funk (“era considerada para freaks”) hizo que debiera pasar por muchas situaciones malas. Romper los estigmas, asegura, fue “vital”.
Y lo explica así: “Tuve que romper muchos prejuicios. Subestimaron mi inteligencia y mi talento… sólo por el ritmo. Eso hizo que me sintiera mal, pero empecé a esforzarme y estudiar para comprender la cultura del otro lado del país, que nunca había conocido porque no tenía dinero”.
Mantener la humildad: “No soy la mejor”
Bastaron diez años de ese primer arranque para que las cifras exorbitantes generadas con su música en las plataformas digitales consolidaran su imperio.
“No soy la mejor voz, no creo que soy la mejor bailarina, ni la más guapa, pero sí creo que tengo un poco de estas cosas. Aún así me sorprende verme en las revistas que leía de chica, básicamente eso es algo que a veces me cuesta mucho creer que es real”, señala con los pies en la tierra.
Cultivar la autoestima: “Si no te gusta, no es problema mío”
“Antes me era complicado aceptar mi cuerpo. Principalmente porque, cuando estás muy pendiente de los comentarios de Internet y a lo que la gente dice, puede ponerte bastante triste lo malos que pueden ser algunos dichos. Así que me costó, hasta que un día pensé: 'Bueno, si yo no me gusto a mí misma, ¿quien más debería hacerlo?'. Y hoy en día pienso que 'si te gusta, bien, si no te gusta, no es problema mío'”, señala la intérprete de Bellakeo (con Peso Pluma) y Joga pra lua.
Luchar por la libertad de las mujeres: “Tienen que ser de la manera que les guste”
Ya ha dicho en otras oportunidades que el feminismo, para ella, es "tener la libertad de ser quien quieras ser". En diálogo con GENTE, se refiere especialmente a que "en los países latinos, los hombres siempre tienen una ventaja: más libertad para elegir las actitudes que quieren tomar, más libertad para ser de la manera que quieren ser".
Y puntualiza sobre la diferenciación que percibe incluso en el trato: "En Brasil sigue ocurriendo, también. Pero hubo una lucha fuerte en la que yo intenté hacer lo máximo que pude para que la gente entienda que las mujeres no deben tener un papel especifico en la sociedad, sino que ser de la manera que les guste”.
Usar su voz como un arma: “Ganar plata y estar en los charts es muy fácil”
Time y Forbes la consideran “la mujer más poderosa de Brasil”. Sin dudas, usar su voz y su tremendo alcance es uno de sus superpoderes: “Necesito subir las escaleras en un nivel de entretenimiento para luego poner todo eso en mi música”.
Y tiene más que clara su misión: “A mí me gusta hacer canciones no sólo para tener éxito, estar en los charts. Ganar plata y estar en los charts es muy fácil. Lo difícil es cambiar los pensamientos de las personas y de la sociedad, ir en sentido contrario al que va la gente".
Agradecer a las mujeres “generosas” que abren puertas
Anitta practica una sencillez casi zen y rompe paradigmas en cada respuesta. Como cuando habla de las colaboraciones, mostrando una verdad que no muchos son capaces de revelar.
“Hay pocos artistas tan generosos como Cardi B. La verdad que cuando quien colabora con vos tiene más popularidad, no siempre tienen el gesto de difundirte, subirte a su feed y promocionarte. Y ella lo ha hecho conmigo de una manera muy conmovedora. Está tan segura de sí misma que no necesita nada más”, concluye sin vueltas.
Entrevista: Karina Noriega
Fotos: Fotonoticias