Laura Kukuk, una joven alemana de 30 años, irradia pasión por los coches clásicos. Ingeniera de profesión es parte del jurado en el prestigioso Concorso d'Eleganza Villa d'Este. “Detrás de cada coche hay personas especiales y su historia. Esa es la fascinación que me mueve”, afirma.
A pesar de su juventud se ha convertido en una experta internacionalmente reconocida. Junto a su padre, lidera la empresa de ingeniería Kukuk en Overath, cerca de Colonia, realizando viajes por todo el mundo para evaluar la originalidad y rareza de vehículos.
Desde joven, Laura mostró una curiosidad técnica. Sus pasantías en un preparador de Porsche y en el equipo de carreras Kremer Racing antes de estudiar ingeniería mecánica y tecnología del automóvil demostraron su determinación. “Tenía dudas de si podría hacerlo. Pero pensé que si era realmente buena en esto, llegaría hasta el final”, reflexiona.
Después de prácticas en McLaren Automotive y un año en Inglaterra, se unió al negocio familiar, eligiendo explorar la historia y el alma de los coches clásicos en lugar de diseñar vehículos anónimos.
Una de estas historias trata de un Porsche 934 Turbo RSR amarillo brillante, de 1976, que en su día compitió en las 24 Horas de Le Mans. En el sur de Inglaterra, Laura debía examinar el coche de carreras para el posible comprador. Él quería viajar con ella en un jet privado, pero ella tomó un vuelo regular porque ser independiente es importante para ella al momento de hacer su evaluación.
El cliente llevó a su mujer y a sus hijos a la cita. “Lo primero que hicimos fue scar el motor y a todos se les puso la piel de gallina. Fue bonito sentir ese entusiasmo de toda la familia”, recuerda. “Después, cuando me tumbé debajo del coche y vi las marcas de desgaste, inmediatamente se reprodujo ante mis ojos una película de cómo el auto rozaba con la pista en Le Mans”.
Laura y su padre son conocidos mundialmente por sus métodos de evaluación científica de coches clásicos. Utilizan escaneo 3D, medición del grosor de capas de pintura, ultrasonidos y espectroscopia. La combinación de conocimientos históricos, meticulosidad y artesanía destaca en cada evaluación.
“En un Porsche 911 Carrera RS 2.7, la chapa tiene un grosor de 0,88 milímetros. Para la versión aligerada son solo 0,80 milímetros. Hay que determinar científicamente esta pequeña, pero decisiva diferencia de 0,08 milímetros en una evaluación”, explica.
A pesar de toda su experiencia y las técnicas aplicadas, sus análisis no siempre son bien recibidos. “Soy joven, mujer, rubia y a veces comunico hechos desagradables. No todo el mundo lo lleva bien, exactamente en ese orden”, se ríe.
Su amor por lo que hace se evidencia cuando habla de valoraciones de clásicos, convirtiéndose en un monólogo apasionado lleno de términos que solo los expertos comprenden.
Laura Kukuk, una fuerza disruptiva en la industria automotriz, sigue dejando su huella con cada motor que evalúa y cada historia que descubre.
