El piloto neerlandés Max Verstappen, tres veces campeón de la Fórmula 1 y una de las grandes estrellas de la máxima categoría, se encontró con un obstáculo inusual en su viaje de vacaciones a Algarve, Portugal.
A pesar de ser estar acostumbrado a maniobrar a velocidades vertiginosas en la pista, Verstappen no pudo ponerse al volante del codiciado Mercedes-AMG GT que había reservado para su viaje junto a unos amigos.
La odisea comenzó cuando el piloto de Red Bull, junto con un séquito de aproximadamente 20 personas, aterrizó en el aeropuerto de Faro.
Con planes de vivir unas vacaciones llenas de adrenalina, Verstappen no solo había alquilado 20 vehículos para su grupo, sino que también reservó el Autódromo Internacional do Algarve en Portimao para dos días de diversión automovilística.
Sin embargo, su entusiasmo fue interrumpido cuando se dirigió al mostrador de Sixt, la empresa de alquiler de autos elegida para la ocasión.
La sorpresa llegó cuando los empleados de Sixt le informaron a Verstappen que no podía conducir el Mercedes-AMG GT que había solicitado. La razón detrás de esta negativa se debía a un requisito de edad del seguro, que exigía que los conductores tuvieran al menos 30 años, y Verstappen, a sus 26, no cumplía con dicho requisito.
Según informó The Sun, el piloto de F.1 se mostró sorprendido ante la restricción, y un portavoz de Sixt afirmó que la decisión se basó en las normas establecidas tanto por la empresa de alquiler como por la aseguradora.
Buscando resolver la situación, la empresa de autos de alquiler le ofreció a Verstappen “otro vehículo Premium” como alternativa. Optando por un BMW Serie 5, el piloto de Red Bull y su representante, Raymond Vermeulen, continuaron con sus planes de vacaciones.
El Mercedes-AMG GT es un codiciado deportivo, con especificaciones que van desde los 476 CV hasta impresionantes 585 CV. La más poderosa acelera de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y su velocidad máxima es de 315 km/h.