Archie Harrison, de cuatro años, es el hijo mayor de Meghan Markle y el príncipe Harry. Junto a su hermana, Lilibet, de dos años, es uno de los más mimados de la Familia Real Británica. Por eso, con la llegada de la Navidad, no es raro que le cumplan todos los deseos.
Los duques de Sussex afrontaron estas fiestas en su mansión de Montecito, ubicada en el estado estadounidense de California. Lejos del rey Carlos III y el príncipe William, disfrutaron al máximo a sus hijos. Meghan fue quien habló hace poco de la personalidad de su primogénito, quien, pese a su corta edad, tiene una gran pasión: la fotografía.
La actriz retirada reveló que el pequeño Archie pidió para Navidad una de las cámaras más sofisticadas y costosas que existen en el mercado. "Le compré una, pero me dijo que no era una Leica", declaró la esposa del príncipe Harry en un evento de Netflix.
Luego, agregó cuál fue su respuesta ante el pedido del pequeño: "Le dije: '¡No vamos a comprar una de esas! Ni siquiera por Navidad'", expresó la antigua protagonista de "Suits". No está de más remarcar que una de estas cámaras puede valer 600 euros; mientras que el costo de las profesionales ronda los 19 mil euros.
Las declaraciones de Meghan Markle resonaron mientras presentaba "The After" ("El después"), un cortometraje protagonizado por David Oyelowo y dirigido por Misan Harriman. De hecho, este último es quien inmortalizó a los duques en sus retratos oficiales.
Acerca de cómo nació la inquietud del niño por hacer fotos, Markle hizo hincapié en que su bisabuela, la histórica Isabel II, solía llevar una cámara en su bolso. Ahí nació la afición del niño, aunque en realidad parece tenerlo en sus genes.