La separación de la periodista Fernanda Iglesias fue muy polémica y se volvió casi pública luego de que ella decidiera contar la situación en LAM. Actualmente, la panelista confesó, ante las consultas de Yanina Latorre, que había logrado "soltar" a su ex pareja y se encuentra en uno de sus mejores momentos personales.
"Yo estoy pasando el proceso, no es que ya está y que estoy bien, pero bueno estoy para escuchar y contarlo. Mi dolor es que el también quiso separarse y no me rogó, fue todo lo contrario. Es doloroso y por eso ahora agradezco que el fuera tan fuerte y no haya querido volver", comenzó contando la periodista.
"Yo me mandé cualquiera cuando me separé pero no estoy arrepentida porque uno hace lo que siente en momentos así, le pediré perdón si es necesario. Hay gente que me amenazó con contar cosas, gente que no entendió mi dolor, siempre hay alguno, pero no importa", señaló, sorprendiendo a todas sus colegas.
Además, antes de cerrar explicó que su manera de ir sanando fue "soltarlo y darse mucho amor a su misma" y lo logró haciendo cosas que le gustan y cuidándose.
La dura infancia de Fernanda Iglesias y su rol como mamá: "La libertad es lo que más le inculqué a mis hijos"
Aunque cada noche la vemos en su silla de angelita en LAM (América TV). En un rol combativo que asegura le divierte, Fernanda Iglesias no duda en responder que su punto de quiebre son sus hijos.
"Trato de protegerlos mucho, además, no les gusta que hable de ellos", cuenta en una íntima charla con Revista GENTE, donde se sincera sobre aspectos de su vida que poco habla en lo cotidiano, como su rol de madre y la dura infancia que la atravesó.
Fernanda (50) es madre de dos: Ema que tiene 18 años -fruto de su relación pasada- y ya se prepara para experimentar por primera vez la independencia al mudarse sola a un departamento, y, Jeremías, a quien tuvo con Pablo Nieto, con 12 años transita la etapa adolescente.
"Yo saltaría para protegerlos como loca. Cualquier madre haría eso. Hay muchos famosos que muestran más a sus hijos, que lucran con sus hijos. Yo jamás podría hacer eso. Los muestro en redes si ellos me lo permiten, siempre les tengo que pedir permiso, es su privacidad", insiste sobre la privacidad que maneja con la vida de sus hijos.
La periodista se detiene a recordar una conversación que tuvo con su hija, donde la joven le reprochaba por no haberla involucrado más en los medios cuando era chica. "Yo le respondí que yo quería que tuviera una infancia normal. Prefiero que me reproche porque no la llevé, a que me reproche por haberla llevado y que la pasó mal. Su infancia era fundamental para mí, que la viviera a pleno y no que fuera a trabajar, me parece un horror", expresa contundente.
Ahora pasa mucho más tiempo con su hijo menor, con quien vive y además se ha convertido en su refugio en medio del proceso que atraviesa tras su separación. "Ahora estoy más abocada a Jere, y a Ema medio que la solté. Obvio, si ella me necesita, sabe que yo estoy. Pero la solté, ya es de la vida ella, ya es una persona libre. Separarse de la madre es re importante, y poder tomar decisiones. La libertad es lo que más le inculqué a mis hijos", confiesa sobre su sentir al acompañar a sus hijos en dos etapas -y edades- completamente diferentes.
- ¿Cómo sos como mamá?
- Soy muy permisiva, soy cero de poner límites. No me importa cómo les va en la escuela. A mí lo que me importa es que sean buenos compañeros, que tengan amigos, que sean buenas personas, que hagan los que les gusta. A mi hija siempre le decía: 'el secundario es un trámite, porque tu vida va a empezar a los 18 años, ahí vas a empezar a hacer lo que te gusta', porque ella sufría la secundaria..
Le decía que tratemos de pasarla lo más rápido posible. No le pedía notas, no le exigía nada. Insistía en esto que su vida comenzaría cuando hiciera lo que le gustara y ahí, iba a ser feliz. Y con mi hijo también, soy muy libre de habla. Hablamos de sexo, de temas que son tabú, yo los normalizo en casa, porque son cosas normales. Para mí es mejor hablarlo, que sepa que lo puede hablar conmigo.
- ¿No sos entonces una mamá gallina o mamá celosa?
- No, para nada. Y tampoco soy celosa de la nueva esposa del papá de Ema por ejemplo. Al contrario, me encanta el vínculo que tienen, re confío para que viva con ella. Tampoco soy celosa de pensar que me pertenece, cero. Cuando era más chica de pronto sí le pedía que me mande la ubicación, pero ahora ya no.
Ahora estoy tranquila, sé que ella se sabe cuidar sola. Y Jere también, ahora va y viene solo del colegio. Confío en ellos.
- Y, ¿en qué se parece cada uno a vos?
- Para mí no se parecen mucho a mí. Pero a ver... Ema, es una versión mejorada de mí. Es muy justiciera también, pero después es mucho más amable... es una nena que siempre va a querer quedar bien. No es como yo, que por ahí tengo mala onda a veces. Ema siempre está de buen humor, tiene mala onda a veces, pero conmigo (risas), en confianza. Pero siempre, cae bien.
Y Jere, se parece mucho al papá. Es muy competitivo, muy obsesivo, quiere sacarse siempre 10 en todo. Es muy inteligente, pero de mí, siento que no sacó mucho, porque yo soy más relajada, y él, es más tenso. Quiere que todo salga bien, es muy exigente consigo mismo.
- Ahora que Ema se va a vivir sola, ¿te da nostalgia?
- La verdad que no, no tengo esa nostalgia. Para nada, al contrario. Quiero que viva su vida. La vida con los padres no es la vida para mí. Por más que les des libertad, me encanta que ahora pueda decidir todo sobre su vida, a qué hora vuelve, a qué hora sale.
Yo cuando empecé a vivir sola, ahí sentí que comenzaba mi vida, por eso lo veo de esa manera. Ella está re contenta, y obvio la voy a ayudar con todo. Me encanta que lo pueda hacer, y si se quería quedar en Europa, yo la re apoyaba también.
- ¿Cómo llevás la crianza compartida siendo una mujer separada?
- Yo soy muy autoritaria en ese sentido. Tomo las decisiones sobre mis hijos yo, y la discuto a muerte. Hasta que no se hace lo que yo quiero no me quedo tranquila (risas).
Con Pablo como yo ya tenía una hija y él era primerizo, me seguía a mí en todas las cosas... Yo por ejemplo no soy de castigar a los chicos. Soy más de explicarles y hablarles bien. Entonces yo me impongo mucho con ese tema.
Con el papá de Ema también, siempre me impuse con todo lo que tenía que ver con la escuela y las cosas que hacía aparte.