Silvia Dupuy interrumpe unos segundos la entrevista con GENTE para abrir su cartera y de alli saca un juguete: es el perrito Zuma de Paw Patrol, una serie animada para niños creada en Canadá. “Le falta la colita porque Lucio se la mordió”, explica Ramón Dupuy y agrega: “Era el programa de dibujitos favorito de Lucio y este muñequito viaja con nosotros a todos lados desde hace 2 años”.
El 26 de noviembre del año 2021 Lucio Dupuy, de 5 años, fue asesinado por su madre Magdalena Espósito Valenti y su pareja Abigail Páez. En el juicio -que se llevó a cabo en noviembre del 2022- se pudo recrear cómo fue el último día de vida de Lucio: fue a la escuela normalmente y volvió a la casa 17.30 junto a Valenti y Páez.
Dos horas después, a las 19.40, ambas salieron de la casa (solas) y 20.40 regresó Abigail, quien declaró haber encontrado a Lucio agonizando luego de ser golpeado y abusado por un ladrón. Este relato se descartó casi de inmediato -la autopsia demostró que el niño fue torturado y golpeado entre las 18 y 19 horas, cuando sólo ellas estaban en la casa con él- y ya estaba muerto cuando Páez lo llevó al hospital Santa Evita de Santa Rosa. “La policía fue a la casa de ellas y la puerta estaba cerrada con llave… ¿Qué ladrón cierra antes de irse?”, se pregunta Ramón mientras apura un café y se alista para las fotos de GENTE.
Silvia y Ramón Dupuy son los abuelos de Lucio. Ellos se convirtieron en la voz del pequeño y lucharon para que se promulgara la ley Lucio -que presentó el diputado nacional de La Pampa, Martín Maquieyra, y se aprobó el 13 de abril del 2023- y por eso fueron elegidos Personajes destacados de Gente del 2023. “Fue un gran honor que nos hayan convocados y sabíamos que alguno nos iba a criticar por estar en la fiesta y la tapa de la revista pero a nosotros eso no nos preocupa porque tenemos un objetivo mayor: lograr que la ley se apruebe en todas las provincias del país -aún quedan 6 con media sanción- para que no haya más Lucios en la Argentina”, dice Ramón.
-Me gustaría que me cuenten cómo era Lucio
Silvia Dupuy: Yo siempre quiero recordarlo como era antes de que la madre -no perdón, la voy a llamar como corresponde: la progenitora- se lo llevara a vivir con ella y te puedo asegurar que era un niño feliz. Lucio tenía en casa -y sigue teniendo- un mueble con todos sus juguetes: era fanático de los autos, el fútbol, los muñequitos de Paw Patrol y sacaba todo… Podía pasar horas jugando con sus cositas.
Ramón Dupuy: a nosotros nos queda ese sentimiento de culpa, que nos va a acompañar siempre, de no habernos dado cuenta de lo que ellas le hacían, de cuánto lo maltrataban pero te juro que -las pocas veces que pudimos verlo durante el año y pico que estuvo a cargo de ellas-Lucio nunca nos contó el infierno en el que vivía.
Silvia Dupuy: Yo le preguntaba: “¿Sos feliz?” y me respondía que si, no nos daba ninguna señal de alarma. Ahora, con el tiempo, lo analizo, y pienso que, tal vez, él se refería a lo que sentía cuando estaba con nosotros, a ese momento puntual…
Ramón Dupuy: vos pensá que ella se separó de nuestro hijo Crisitan y, cuando Lucio tenía 1 año 3 meses, nos lo dejó para viajar con su pareja -que ella era Abigail Páez- de mochilera: durante casi 2 años, no lo vió. Lucio vivió todo ese tiempo con nuestro hijo Maxi, su tío, porque Cristian, su papá, estaba instalado en Luján por trabajo, y con nosotros. Recuerdo que para el cumpleaños número 3 de Lucio -el 5 de julio del 2019- Cristian le suplicó a Magdalena que venga a verlo, a saludarlo. Te juro que ese día el nene casi no la reconoció: hacia tanto tiempo que no la veía que la llamaba “señora”.
-En el 2020 Magdalena Espósito Valenti reclamó la tenencia de Lucio y cambió todo
Ramón Dupy: Claro, en esa época ellas estaban instaladas en Córdoba pero, cuando empezó la cuarentena estricta, volvieron a La Pampa, se quedaron en Santa Rosa -nosotros vivimos en General Pico- y empezaron los trámites judiciales para que Lucio viviera con ellas: Magdalena quería la cuota alimentaria que tenía que pasarle Cristian y, para eso, necesitaba vivir con Lucio. No es que le interesaba estar con el nene, necesitaba ese dinero para mantenerse en pandemia, cuando no podía trabajar porque estaba todo cerrado. La culpable de que Lucio volviera a vivir con su progenitora fue la jueza Pérez Ballester que firmó la autorización con total irresponsabilidad, sin pedir un informe psicológico de Magdalena o consultar con otros especialistas como una trabajadora social, por ejemplo.
Silvia Dupuy: nosotros le hemos suplicado a Magdalena que Lucio siguiera viviendo con nuestro hijo Maxi o con nosotros, te juro. A mi un día me bloqueó del celular-mucho antes de que pasara todo- porque me trajo al nene, después de estar varios días con ella y le dije algo que le cayó mal. Ese día me bloqueó del celular y jamás me volvió a hablar: me enterró viva, me odiaba. De hecho, El poco diálogo que tuvimos después de ese episodio, fue porque Ramón hizo esfuerzos inhumanos para poder seguir en contacto con Lucio.
Ramón Dupuy: A mi también me tenía bloqueado, ¿eh? Pero, cada tanto, me mandaba un mensaje: “Hola Ramón, Lucio quiere llamarte pero necesito pedirte $3000 porque no llego a fin de mes”. Y yo ahí sabía qué hacer: la llamaba mi hija Cinthia, ella le transfería la plata y podíamos hacer una videollamada con Lucio. Ojo, yo sé que eso está mal, que era una extorsión, que no deberíamos haberlo permitido pero era la única forma de poder ver y hablar con Lucio. Era una llamada cortita, con ella siempre al lado vigilando y, una vez que colgaba, me volvía a bloquear. Así fue durante más de un año.
Lucio Dupuy: los dibujos a través de los cuales pidió auxilio
-¿Recuerdan cuándo fue la última vez que vieron a Lucio?
Ramón Dupuy: la última vez que lo vi fue para el Día del Padre, en junio del 2021, él llegó con una camperita azul, entró corriendo a casa, con una sonrisa y me abrazó… (Se queda en silencio y llora)
Silvia Dupuy: esos son los recuerdos que nos quedan y un poco de culpa porque, ese día, Cristian nos dijo que había hablado con Magdalena y ella le había prometido que, una vez que Lucio terminara el jardín, le iba a dar la tenencia del nene. En ese momento pensamos: en diciembre ya vive con nosotros y estábamos chochos. El 26 de noviembre lo mataron…
Ramón Dupuy: hay que ver si hubiera cumplido… ¿Cuántas veces prometió que nos dejaba a Lucio para siempre y después se arrepentía?.
Silvia Dupuy: si, tenés razón…. Yo lo vi una vez más Lucio después del Día del Padre. Fue en julio. Tenía un turno médico en Santa Rosa y le pedí permiso a Magdalena para llevarlo a pasear pero me dijo que estaba engripado y no podía salir, asi que fuimos a visitarlo a su casa. Llegamos con mi hija Cinthia y él estaba en la cama pero… ¿Te digo la verdad? Ni siquiera estaba resfriado. Ellas lo que no querían era dejarnos solas con Lucio, necesitaban escuchar lo que él nos contaba. Hoy me doy cuenta de eso. Ese día Magdalena no estaba, Abigail le cocinaba y acotaba cuando nosotros le hacíamos alguna pregunta: tenía un control total sobre la charla. A veces pienso que, si lo hubiéramos podido llevar a la plaza, Lucio nos habría contado la pesadilla que vivía.
-¿En el jardín nunca sospecharon que Lucio era un niño golpeado y abusado?
Silvia Dupuy: ese tema es clave y, por eso, estoy tan contenta que la ley Lucio obligue a los docentes a denunciar cualquier situación extraña que vean en sus alumnos. Cuando mataron a Lucio, yo me acerqué al jardín, pedí hablar con su maestra y le pregunté si había notado -durante ese año- algún comportamiento raro en mi nieto: ella me aseguró que no, que Lucio era un nene súper alegre y hasta lideraba a su grupo de compañeros. “Nunca lo vi golpeado, jamás notamos nada”, me dijo.
Ramón Dupuy: claro, pero cuando llegó el juicio, un año después, declaró la profesora de gimnasia y dijo que Lucio, varias veces, no podía hacer algunos ejercicios porque le dolía mucho la espalda. ¿Eso les pareció normal en un nene de 5 años? ¿Nadie pensó por qué podía dolerle? No sólo eso: otra maestra contó que en todos los dibujos de Lucio las personas aparecían sin ojos y los especialistas aseguraron que es algo típico de los niños que son abusados. En el juicio se analizaron esos trabajos que hizo en la escuela y dijeron: “Lucio pidió auxilio a través de estas imágenes”. Pero, a la gente que nos cuestiona porque no notamos que ellas abusaban de nuestro nieto, quiero explicarles que nosotros no sabíamos nada de todo ésto: en el juicio supimos de la existencia de los dibujos y jamás lo vimos golpeado.
-Era imposible que ustedes pudiera percibir lo que vivía Lucio con tan poco contacto con él
Ramón Dupuy: si, yo me culpo mucho por no haberlo descubierto porque estoy seguro de que habría evitado lo que pasó, pero es real: durante más de un año casi no nos dejaron visitarlo.
Silvia y Ramón Dupuy: así supieron la peor de las noticias
Silvia y Ramón estaban en la ciudad de Luján cuando se enteraron de que habían asesinado a su nieto. “Si hubiese estado en Pico, yo estaría preso, no acá, porque ese día hubiera hecho un desastre”, asegura Ramón con la voz quebrada.
Ramón Dupuy: primero nos llamaron y nos dijeron que habían entrado chorros y lo habían violado y golpeado. Esa fue la versión que dieron ellas. Pero, gracias al policía que después de declarar las acompañó hasta la casa, salió todo a la luz: llegaron y la puerta estaba cerrada con llave. “¿A quién le diste las llaves de tu casa?”, le preguntó a Abigail y ese fue el momento en que ellas se quebraron, empezaron a contradecirse y terminaron detenidas.
Silvia Dupuy: yo recuerdo perfecto el momento en que nos enteramos porque mi hija nos llamó llorando a eso de las 21 horas para contarnos todo. Bueno, lo que se había difundido hasta ese momento y sin saber que Lucio ya había muerto. Ahí Ramón me miró y me dijo: “Ellas le pegaron, estoy seguro”. El lo supo de inmediato, lo sospechó. Viajamos esa misma noche y fue la más larga de nuestras vidas. Es más, recuerdo que en un momento hablé con la mamá de Magdalena y le pregunté qué noticias tenía: me contestó, muy tranquila, que no sabía nada. Fue mi hijo Maxi el que nos comunicó que Lucio había muerto, lo supimos cuando ya estábamos camino a Santa Rosa.
Ramón Dupuy: cuando llegamos ellas ya estaban detenidas y nunca más pudimos verlas.
-¿Es verdad que la mamá de Magdalena Espósito -y también abuela de Lucio- tiró a la basura todo lo que tenía de él en su casa?
Silvia Dupuy: Es verdad. De hecho, así fue como nosotros recuperamos mucha ropa y juguetes de Lucio. Los vecinos nos conocían y, cuando veían que ella sacaba sus pertenencias y las ponía en la basura, nos llamaban y nosotros saliamos, a las apuradas, a buscar todo. Ella no conservó ni un recuerdo de su nieto.
El juicio a Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez
-¿Ustedes estuvieron presentes cuando ellas declararon ante el juez?
Ramón Dupuy: No nos dejaron. De hecho, a mi me trataron como un delincuente en el juicio, me rodearon de policías - tenían terror de que yo la matara- pero a mi el abogado me advirtió: “Abigail Páez te va a provocar de alguna forma para complicar el juicio y lograr que se alargue, que te traten de violento a vos o lo que sea. No caigas en esa trampa, tolerá todo”. Y tenía razón. ¿Sabés lo que hizo (Abigail) Páez el día en que yo declaré? Entro a la sala, sonrió y me guiñó un ojo… ¿Vos podés creer semejante nivel de hijaputez?
-¿Están conformes con la condena que recibieron las asesinas de Lucio?
Ramón Dupuy: Sólo queremos que les sumen el agravante de “odio de género” y que cumplan sus condenas por separado, cada una en una cárcel diferente. Hoy en día, si bien aseguran que están en diferentes pabellones -no tenemos la información oficial que lo confirme, es lo que nos dijeron-, viven de luna de miel: comen juntas, realizan actividades en el mismo lugar, comparten el patio. Todo eso nos parece muy injusto asi que estamos intentando que las separen cuanto antes.
-Ustedes crearon la Asociación Civil "Todos por Lucio Abel Dupuy" y trabajan para localizar y proteger a aquellos chicos que estén pasando po la misma situación que su nieto
Ramón Dupuy: si, es asi. Nosotros no pudimos salvar a nuestro nieto pero intentamos proteger a otros chicos. Formamos esta asociación y estamos trabajando, en todo el país: yo recibo muchísimos mensajes de abuelos, tíos y hermanos preocupados por situaciones de maltrato en sus familias. Te aclaro que la nuestra es una fundación sin fines de lucro, todos colaboramos gratis mientras mantenemos nuestros trabajos.
-¿Qué les gustaría decirle hoy a Lucio?
Silvia Dupuy: a mi sólo me gustaría abrazarlo fuerte, darle muchos besos y decirle que lo amo con locura pero creo que él hubiera preferido estar con Ramón, porque era su abuelo favorito.
Ramón Dupuy se emociona, se le llenan los ojos de lágrimas y concluye: a veces sueño con volver a verlo jugar con la pelota o convertirse en corredor de autos, que era algo que lo apasionaba… Hoy sólo espero que esté en paz y nos perdone por no haber podido salvarlo.
Fotos: Diego García
Para colaborar o tener más información sobre la Asociación "Todos por Lucio Abel Dupuy", podés contactarte al teléfono 2302-530948.
