Una triste noticia conmociona al mundo del deporte: la repentina muerte del jugador de fútbol Raphael Dwamena. El delantero de 28 años falleció mientras jugaba un partido en el que se enfrentaba su equipo el KF Egnatia contra el Partizani Tirana.
Este encuentro correspondía a la 13ª fecha de la Superliga de Albania. Raphael había jugado también en Levante y Zaragoza de España. Mientras se disputaba el partido cayó desplomado y, aunque fue trasladado al hospital, no pudo ser reanimado.
Desde la Federación Albanesa de Fútbol emitieron un comunicado en el que expresaron: “El futbolista Raphael Dwamena perdió el conocimiento durante el partido y, tras la primera intervención de los médicos en el terreno de juego, fue trasladado en ambulancia al hospital. A pesar de la inmediata intervención de los médicos especialistas y de todos los esfuerzos posteriores por devolverle la vida, lamentablemente el futbolista falleció”.
Debido al lamentable suceso, la Federación anunció que todos los partidos de la jornada fueron suspendidos. El Zaragoza y el Levante también manifestaron sus condolencias a través de comunicados en sus sitios oficiales.
Raphael Dwamena nació en 1985 y había iniciado su trayectoria profesional en el fútbol de Austria, para luego dar el salto al Zürich de Suiza. Además tuvo dos temporadas en el fútbol español, jugó en Dinamarca y volvió a Austria.
Llegó a sumar algunos partidos en la selección de su país durante 2017. Aquel año, Raphael Dwamena estaba en la cúspide de su carrera y debería haber pasado del FC Zurich al Brighton & Hove Albion de la Premier League a cambio de USD 15 millones.
Sin embargo el fichaje se cayó. “Hay algo mal en tu corazón”, le dijeron los médicos del club inglés, según contó él mismo en una entrevista con el periódico suizo Neue Zürcher Zeitung.
Para jugar debía contar con un desfibrilador pero luego de dos caídas a causa de una descarga eléctrica provocada por su marcapasos decidió sacárselo. Sin embargo decidió seguir jugando de lo que le apasionaba.
Raphael Dwamena no quiso abandonar el fútbol. Se volvió súper religioso y continuó ligado al deporte que tanto lo apasionaba. Falleció mientras jugaba un partido, haciendo lo que más lo apasionaba.