Contra el pronóstico de la mayoría de los encuestadores, Sergio Massa ganó las elecciones presidenciales de este domingo, aunque no logró alcanzar los votos necesarios y se tendrá que enfrentar al economista ultraliberal Javier Milei en el balotaje que se realizará el próximo 19 de noviembre. A 40 años del regreso de la democracia, el país votó en un clima de paz; los argentinos fueron a votar pese a la inmensa incertidumbre por la crisis económica, con una de las inflaciones más altas del mundo.
Con el 98,51 % de las mesas escrutadas, Massa obtiene el 36,68 %, seguido por Milei, con el 29,98 %, y la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, la gran derrotada de la jornada, que sumó apenas un 23,83 %. El cuarto puesto fue para el cordobés Juan Schiaretti (6,78%) y Myriam Bregman (2,70%), del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, resultó en último lugar.
Anoche, en el búnker electoral de Unión por la Patria (UxP), en el Complejo C del barrio porteño de Chacarita, reinaba un efervescente ambiente de fiesta, con la presencia multitudinaria de militantes, sindicalistas e integrantes de organizaciones sociales. Los militantes del Frente Renovador, partido de Massa, fueron los primeros en festejar y la ola fue creciendo a medida que el tiempo corría con los números a favor del oficialismo en la cresta.
El ministro de Economía mejoró su performance principalmente en la provincia de Buenos Aires, donde el gobernador Axel Kicillof logró su reelección, y en la gran mayoría de las provincias del norte.
Massa llamó a la unidad nacional y el fin de la grieta
“Voy a convocar a un Gobierno de unidad nacional el 10 de diciembre como presidente, convocando a los mejores, sin importar su fuerza política, y no sobre la base de acuerdos partidocráticos”, afirmó Massa al hablar ante los cientos de militantes congregados en su búnker electoral. En un mesurado discurso, el ministro de Economía agradeció a quienes le dieron este domingo su voto, pero llamó también a quienes no fueron a sufragar u optaron por otros candidatos.
“Es importante que tengamos capacidad de abrir una nueva etapa institucional en la política argentina”, expresó visiblemente emocionado. El líder del Frente Renovador, tercera fuerza de peso dentro de la coalición peronista Unión por la Patria, aseveró que “La grieta se murió y empieza una nueva etapa desde el 10 de diciembre en mi Gobierno”.
Reconoció que la situación económica, atravesada por múltiples desequilibrios, es “compleja” y está “llena de desafíos y dificultades a enfrentar”, un escenario pese al cual muchos han visto en UxP “la mejor herramienta para empezar a construir una nueva etapa en la historia política argentina”.
En todo memento intentó hablar quienes no lo votaron: “Quiero hablarle a los argentinos y argentinas que votaron a Myriam y a Juan” y luego siguió abriendo el juego de los otros sectores, pero sin nombrarlos. “Sepan que, como presidente, desde el 10 de diciembre no les voy a fallar”, aseguró.
También prometió construir “reglas claras frente a la incertidumbre”, “más orden, más seguridad, no improvisación”, con desarrollo productivo, con federalismo y mayor participación de las provincias, y con empresarios y trabajadores sentados a una misma mesa. “Necesitamos un país que aumente sus exportaciones con valor agregado para fortalecer sus reservas, para consolidar su moneda”, enfatizó.
En caso de ser presidente, Massa dijo que trabajará por mejorar el ingreso de los asalariados, de aquellos que aún están en la “economía popular” y de los jubilados.
En otro pasaje de su discurso, Massa se definió como un referente a quien “no le gusta insultar ni destruir al otro” y planteó que “cree en el diálogo y en los consensos”. “Aun valiéndome críticas, me he movido así toda la vida y así me voy a mover el 10 de diciembre como presidente de la república”, planteó.
“Quiero que sepan que voy a trabajar a lo largo de los próximos 30 días en consolidar la idea de que ese gobierno de unidad nacional es posible. Decirle a cada argentino que voy a ser el presidente del trabajo y de la seguridad, ese es mi mayor compromiso”, precisó al tiempo que invitó a su familia y a su compañero de fórmula, Agustín Rossi, de subir al escenario.
“Este no es un país de mierda, como dicen. Este es un gran país y lo vamos a poner en el lugar que se merece”, aseguró.
En las últimas horas, recibió la llamada de “muchos presidentes y dirigentes de otros países que miraban con enorme interés” la elección de este domingo y que saben que él quiere “una Argentina integrada”, que cree en el multilateralismo y que es “garante de estabilidad y de seguridad respecto de las relaciones con el mundo”.
Javier Milei, el nuevo líder de la oposición
El candidato ultraderechista logró pasar a la segunda vuelta de los comicios, proclamó que ha hecho una “elección histórica”, y apeló a los votantes de Juntos por el Cambio para vencer al candidato oficialista. “Haber hecho la mejor elección de la historia para el liberalismo en Argentina nos llena de orgullo”, destacó Milei, quien recordó que logró armar su movimiento en “solamente dos años” y este domingo cosechó un triunfo que también le permitió obtener 40 diputados y ocho senadores.
Los libertarios cerraron el ingreso al hotel y montaron un escenario vallado, que da a la avenida Córdoba. Los militantes colocaron globos sobre Maipú, un guiño para sumarse al festejo por haber llegado al balotaje y el cumpleaños del candidato.
“Todos los que queremos un cambio tenemos que trabajar juntos”, dijo Milei pensando en el balotaje del 19 de noviembre y apelando a los votantes de Bullrich.
Milei esperó el resultado de las urnas en el Hotel Libertador, donde armó su bunker de campaña, junto a su pareja la artista Fátima Flores, su hermana Karina y sus principales colaboradores. Media hora después del cierre del acto electoral, Guillermo Francos, vocero del candidato y posible ministro del Interior, se acercó a los medios de prensa para decir que “no hay números, no hay ningún dato concreto”, aunque adelantó: “siempre pensamos que iba haber una segunda vuelta”. Pese a su cautela, los fanáticos del ‘León’ liberal festejaban la vitoria con la presencia del diputado de la ultraderecha brasileña, Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario Jair Bolsonaro, y representantes del partido español Vox.
Respecto al acto electoral, Francos dijo que se realizó “con normalidad” pese a que admitió que se realizaron diferentes denuncias por diversas “trapisondas” como “robo de boletas” y “otras truchas”. Mientras tanto, el líder de La Libertad Avanza (LLA), permanecía en una de suit del piso 16 que reservó para esperar los resultados.
La crisis de Juntos por el Cambio
“No hemos logrado con los objetivos”, dijo Bullrich. Eran las 22.20 y el rosto de Mauricio Macri y de los demás integrantes de Juntos por el Cambio que estaban en el mismo escenario era de una clara derrota, clima que apenas mitigaba la victoria en la Ciudad de Buenos Aires de Jorge Macri, primo del expresidente.
“El populismo ha empobrecido al país y no soy yo quien va a venir a facilitar que vuelva al poder quien ha sido parte del peor Gobierno de la historia reciente de Argentina”, apuntó Bullrich en alusión al candidato ganador de la primera vuelta. También dijo que “los valores (de la coalición) no están a la deriva, ni se venden, ni se compran, ni se van a negociar”.
La exministra de Seguridad perdió casi 1,8 millones de votos con respecto al resultado obtenido por JxC en las primarias de agosto. “Nunca vamos a ser cómplices del populismo y de las mafias que destruyeron este país”, zanjó entre tímidos cánticos de apoyo y aplausos de los adherentes que acudieron al búnker opositor.
Bullrich reconoció que su espacio político “no logró los objetivos que quería” para estas elecciones, pero ratificó que “los valores de su causa” continúan siendo “fuertes” pese a su derrota de este domingo.
“Los valores de la transparencia y de la lucha contra la corrupción son los valores que llevamos a dentro. Quizás esos valores hoy hayan quedado dormidos, pero nosotros los vamos a despertar todos y cada uno de los días de nuestra lucha para una Argentina productiva y sin pobreza”, explicó. Respecto sobre su futuro, Bullrich admitió que “serán otros los que avancen” para que el debilitado frente opositor recupere el poder en Argentina.
¿Habrá una implosión de lo que supo ser la principal alianza opositora del país? ¿Qué posición tendrá el radicalismo? Esas son apenas dos de las preguntas que se hacían anoche en el búnker de JxC.
Por la mañana, al ir a votar, Macri adelantó “un escenario de balotaje”. Si bien no citó las fuerzas políticas que competirían en esa eventual segunda vuelta, rozando con sus declaraciones el límite de lo que permite la veda electoral. Durante la campaña, el fundador del PRO tuvo varios gestos cordiales con Milei.
La crisis del Gobierno
A punto de cumplirse cincuenta días para el fin del actual gobierno, el ánimo del oficialismo quedó expuesto durante las votaciones del presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El primer mandatario votó en el barrio porteño de Puerto Madero, en la sede de Universidad Católica Argentina (UCA), el mismo lugar donde sufragó hace cuatro años cuando fue electo mandatario, pero esta vez no hubo público ni militantes aplaudiéndolo, tampoco hubo quien le pida una selfie. Llegó sin más compañía que la de un fotógrafo personal y la custodia presidencial.
Fernández se mostró ofuscado cuando un periodista le preguntó sobre su futuro después del 10 de diciembre. Una repregunta sobre el mismo eje tensó más la situación. “Voy a seguir como un ciudadano” y luego aclaró que hablar de su futuro político es algo que “ahora no importa”. Tampoco quiso explayarse sobre el panorama electoral: “No puedo, no puedo”, repitió varias veces al excusarse a responder y poner como escudo la veda electoral. “Me encantaría poder contestarles, pero no puedo, no puedo”, insistió.
Por su parte, la vicepresidenta, que votó en Santa Cruz, tomó distancia de quien su compañero de fórmula hace cuatro años. “Han sido públicas y notorias las diferencias que hemos tenido de funcionarios que no funcionan, en el 2020, hacía apenas un año (del inicio del mandato), que era necesario alinear precios, salarios, tarifas, jubilaciones y no fui escuchada”, dijo a la prensa. Luego reivindicó sus dos mandatos presidenciales que, en su opinión, son “muy bien recordados” hasta el punto de que, gracias a ellos, en 2019 el peronismo ganó en primera vuelta.
Pese a que no ejercerá ningún cargo público después del 10 de diciembre, cuando concluya el actual mandato, Cristina negó que vaya a dejar la política. “Ustedes son muy jóvenes, hijos de la democracia. Hay una costumbre como de que se puede hacer política solamente si estás en la boleta”, respondió a los periodistas que le consultaron sobre su futuro y agregó que no quiere ser aforada (gozar de inmunidad política). “En 2015 terminé mi mandato (como presidenta). No quise fueros ni los quiero ahora. No sólo con un cargo se puede hacer política”, insistió.
Unos 35,4 millones de argentinos estaban convocados a las unas este domingo para elegir presidente y vicepresidente, y además renovar 130 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y 24 de los 72 del Senado, y designar 43 representantes argentinos para el Parlamento del Mercosur (Parlasur, cuerpo legislativo del bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).