Mariana Lestelle, médica (M.P 81598), accedió a documentación facilitada por Romina Sicoli, la pareja de Cristian Zarate, quien murió en un quirófano después de haber sido intervenido por Aníbal Lotocki.
Para empezar, a cualquier paciente, se le hace un riesgo quirúrgico para evaluar su situación de salud. Por lo general, se piden análisis de laboratorio y un electrocardiograma. Con esos datos, el anestesista marca la dosis y establece el riesgo de la intervención.
Los antecedentes del empresario que falleció en una camilla de Lotocki y salieron en los estudios pedidos por el falso cirujano marcaban que debían estar más que atentos a cualquier cosa que pudiese salir mal.
“Todos los audios los mandaba la mujer de Lotocki, que según entiendo no es una profesional de la salud: hablaba de cuadro clinico, decía que hacía recetas y eso es ilegal”, marcó Lestelle.
“De los análisis de Cristian surgen: glucemia elevada, hepatograma patológico, coagulograma alterado. Además la cardiologa que firmó el electro recomienda monitoreo durante la cirugía. No hay constancia de anestesista hablando de riesgo ASA”, planteó la médica.
Según señaló Lestelle, Lotocki no pidió ningún estudio complementario ni puso el ojo sobre los valores que le dieron alterados al paciente. “Cristian no fue estudiado conforme a sus antecedentes, ni a sus resultados de laboratorio, operadores en plena pandemia por una cirugía electiva y en un lugar que no contaba con los recursos necesarios por si algo salía mal”, sentenció.
Y agregó: “Marco lo de la cirugía electiva porque no se permitían, en plena pandemia solo se permitían las cirugias de urgencia en centros de alta complejidad. Delitos por donde lo mires. Y de todo lo que digo tengo la documentación pertinente”.
De hecho, en este caso hay más que pruebas, ya que apenas fue la policía al lugar encontraron al falso cirujano modificando la historia clínica del fallecido.
La cámara de Casación consideró "inadmisible" el pedido de Aníbal Lotocki
En las últimas horas, Aníbal Lotocki sufrió un revés judicial. Y es que la Cámara de Casación porteña declaró “inadmisible” su pedido para que la Corte Suprema revise la inhabilitación de su matrícula médica.
El falso cirujano sostuvo que la prohibición de ejercer vulnera su derecho a trabajar y el estado de inocencia que se supone sobre cualquier imputado y/o procesado. “Se le impone un adelanto de pena que no corresponde y que le genera un perjuicio de imposible reparación ulterior”, apuntó la defensa, sin éxito en su intento de llegar al máximo tribunal argentino.
El fallo fue contundente: “Sólo se ha limitado a afirmar que la aplicación al caso de una medida cautelar como la aquí impugnada conculca derechos constitucionales, sin cumplir adecuadamente con la demostración de la existencia de una cuestión de carácter federal, ni con las exigencias propias de la articulación de un planteo de tales características”.
Lotocki puede volver a intentarlo mediante un recurso de "queja", pero su panorama judicial sigue complicándose.