Carla (49) y Julieta (46), Julieta y Carla. Rubia y morocha, morocha y rubia. Ellas son Ángela (Carla Peterson) y Vera (Julieta Díaz) en No me rompan. La actriz soltera sin hijos súper exitosa, la madre de dos niñas y emprendedora. Un día cualquiera en el Hotel Intercontinental se animan a una producción de fotos para GENTE. Se ríen y acatan las indicaciones del fotógrafo sin problemas. Enojadas, sexies, risueñas, tocando el piano, improvisando un tema. Y hasta sugieren posar dándose un pico. La energía que emanan contagia al resto: los chistes y las risotadas inundan el aire.
Ya estrenada, prometen que la película (en cartelera desde el jueves) ayudará a liberarse de mandatos. Y también a cambiar la forma de hacer humor sobre temas femeninos. Y ellas disfrutan. Julieta, con un conjunto negro y una camisa con transparencias, Carla, con un vestido animal print blanco y negro y bucaneras. “Cuando uno pone una foto ya hay una mirada de 'está más vieja'. Y ¿qué es estar más viejo? ¿Cuál es la pelea que estamos intentando dar? Ganarle al tiempo es imposible”, dice Carla al reflexionar sobre uno de los temas que trata la película que encuentra a dos mujeres que parecen opuestas pero que en realidad tienen mucho más que ver de lo que aparentan en un grupo de autoayuda para controlar la ira. “Chicos, me comí unos ravioles, ¡no voy a tener un hijo a los 50!”, suma Julieta, después de que Carla cuente que todavía algunos periodistas le preguntan si está en sus planes darle un hermano a Gaspar, el hijo que tiene con su pareja, Martín Lousteau.
Además de recorrer los diferentes estereotipos que muestra la película, las actrices se animan a un ping pong donde cuentan cuáles fueron sus reacciones más extremas. De decir muchas malas palabras al volante (en el caso de Carla) a estampar un melón contra una pared (en el de Julieta) y también recuerdan las preguntas más incómodas que les hicieron alguna vez. Como cuando Díaz, a sus 20, tuvo que responder si tenía una relación amorosa con Adrián Suar por ser una de las musas de sus series o Peterson aún hoy sigue siendo interpelada sobre una segunda maternidad. Así, sin restricciones, hablan con este medio.
A pocas semanas de la muerte de Silvina Luna, quien se realizó un tratamiento estético con Aníbal Lotocki que le habría traído secuelas que resultaron letales, No me rompan (con guion de Jazmín Rodríguez Duca y dirección de Azul Lombardía) parece linkear de alguna manera con los riesgos de las cirugías estéticas. El personaje de Carla, Ángela, acepta someterse a un tratamiento para parecer más joven a cambio de 300 mil dólares. Un médico que conociendo el riesgo del procedimiento lo desestima y las cosas, que pueden salir mal, salen mal. La fecha de estreno no es más que una coincidencia: hace 6 años que arrancaron con el guion. Pero el film no deja de poner de manifiesto una temática que resurgió con más fuerza a raíz del pedido de justicia por Silvina y que pone a esas exigencias y parámetros de la belleza en el centro de la escena.
-Es loco que justo estrenan en medio del pedido de justicia por Silvina Luna y Mariano Caprarola y No me rompan, de alguna manera, toca el tema de la estética.
Julieta: La peli de lo que está hablando es de los mandatos culturales, ¿no? Y sobre todo para las mujeres de cierta edad, pero bueno, es algo que en realidad entra en todos los géneros y edades. Parece que en algunas mujeres pesa más que en otras. En realidad, un poco lo que nos sucede a los personajes, creo yo, es que tanto el mío como el de Carla son muy opuestos, supuestamente. Ella es una persona pública, una celebrity, que tiene que sostener un montón de cosas que uno se imagina para tener una vida de ensueño. Y después yo que soy la mina casada con hijos que tiene su camino como emprendedora y también tiene que sostener un montón de cosas. Supuestamente son rivales, que fue un poco lo que nos quisieron hacer creer durante mucho tiempo, pero nos acosan los mismos mandatos, presiones, o diferentes pero de la misma índole.
-Sí, en un principio el personaje de Carla parece despreciar al tuyo.
Julieta: Y al mismo tiempo mi personaje al de ella. Dice que la gente famosa es insoportable. Pero en el fondo terminan siendo más parecidas de lo que uno podría imaginar y se necesitan.
Carla: Yo creo que corre también prejuicios que siempre ponemos delante del conocimiento de las personas. Con respecto al tiempo: es actual, sí, pero esto que surge ahora es la consecuencia de un montón de tiempo de no poner este tema en agenda o tratar de tapar este tipo de problemas. Más allá del caso particular trágico, que es la consecuencia de este problema, de tapar, de poner la mirada en otras cosas, en la película, que escribió Jazmín Rodríguez, hace un montón de años este problema ya existía. Y si lo tapás y lo tapás, estas son las consecuencias. La problemática es muy actual, pero siempre fue actual, lo que pasa es que no estaba contemplado, no estaba mirado, no importaba.
Julieta: Lamentablemente le tiene que pasar a alguien conocido.
Carla: Sí, que le haya pasado a alguien conocido es lo que hace que ahora todos hablemos y nos demos cuenta de que esto le puede pasar a cualquier persona y que ya le pasaba a un montón de gente, pero que estaba invisibilizado totalmente; y que también es la consecuencia de una cultura, de una manera de pensar la vida o de vivir desde un lugar bastante equivocado con respecto a las mujeres. Tiene que ver con la educación, con la cultura, con un montón de cosas y lamentablemente se ven estas consecuencias y hoy tenemos que hablar de nuestra película en el medio de un horror. Pero tal vez si antes hubiesen estrenado esta película también hubiese sido un tema actual.
-Claro, los temas relacionados con la estética vienen desde los '70, hay películas centradas en métodos para no envejecer. Algo que en la película sale muy bien reflejado. Incluso tu personaje (el de Carla) dice algo así como: “Con todas las cosas que me pongo, ¿no me voy a poner esto por 300 mil dólares?”
Carla: "¿Por qué no lo voy a hacer?". Es una sociedad muy corrida de lo natural.
Julieta: Sí, claro, y la belleza, además, también es como la fruta del postre de esa demanda. En realidad, no es solamente eso, además, como dice el personaje de Fito Páez en un momento: “Vos venís acá a actuar y yo vengo a apretar botones, acá no venimos a pensar”. Como esa presión también. Y que le pregunten al aire por qué no quiso tener hijos y toda esa perversión ahí con eso y después la parte de los medios, porque ahora con del tema de las redes sociales vivimos todos a través de los medios.
Carla: El like y el no like, qué te da un like y qué no te da un like, hay una confusión enorme. Viste que todo es juzgado también desde un “me gusta” o “no me gusta”. Qué sé yo, hay algo en mi personaje de querer ser joven toda la vida. Cuando uno pone una foto ya hay una mirada de “está más vieja”. Y ¿qué es estar más viejo? Cuál es la pelea que estamos intentando dar: ganarle al tiempo es imposible. Hay una crítica también de no permitir que el tiempo pase. Y si somos conocidas, menos. “¿Qué le pasó?”, “¿Por qué está así?” Como que hay algo de mirar como si la vida fuera todo el tiempo una foto feliz.
Julieta: Ay, totalmente.
Carla: Me parece que se llega a estos niveles de confusión grande donde la normalidad está mal vista.
Julieta: Lo hermoso de la película es que toma todos estos temas, pero con un humor que da un volantazo, ¿no? Corre riesgos con un guion así, protagonizada por dos mujeres, escrita por una mujer, dirigida por una mujer. Las cabezas de equipo son mujeres, aunque también está escrita y producida por varones... Hay algo ahí que es muy fuerte y es un proyecto desde la génesis de Jazmín y Carla y yo me sumé enseguida. Es muy poderoso.
La gente solamente con el trailer ya se mata de risa. Le tengo muchísima confianza porque puede tratar todos estos temas desde un punto de vista más femenino, pero también la mirada que tiene puesta de los varones... Acá está mi compañera que no me deja mentir. Tanto en el laburo de todos los días haciendo la película, como el de los personajes masculinos, es muy interesante. No es una mirada femenina agresiva o a la defensiva o que excluye, sino que muestra, y el humor, en ese sentido, es maravilloso porque sirve para decir un montón de cosas y es mucho más fácil porque no juzga, sucede y la película se permite unas locuras y unas cosas que las festejo un montón. Y quizás voy a sonar exagerada, pero me gusta decirlo porque lo siento así, creo que es un antes y un después en las mujeres en el cine de humor.
La maternidad será elegida o no será
-También tiene esto de los contrastes y los mandatos, ¿no? Y es divertida desde un punto de vista mucho más liviano, ya que expone que, más allá de los avances que hemos hecho, la mujer sigue detrás de las rutinas domésticas de los hijos. A ustedes, como madres, me imagino que las interpelan este tipo de personajes.
Carla: La película habla de este modelo único en el que la mujer tiene que tener hijos, sí o sí, que tiene que ser madre y eso es un modelo que se repite y es tan falso. Como también la mirada del Instagram. No es así. No todas las mujeres tienen que ser exitosas o todos en su trabajo tienen que ser mega exitosos, digamos, como que pone todas esas cosas desde cómo se vende. Absolutamente todo vende hoy. No está ni bien ni mal, pero ¡vivimos con una presión! Si vende cremas tiene que ser la número uno y si no es así hay cierto destrato. En el caso de mi personaje, por sostener ser la número uno, ya no entra tampoco en ese molde, por qué no reírnos de las cosas que nos pasan. Muchas veces nos pasa que cuando son comedias solamente protagonizadas por hombres van muy por los costados de las cosas que a nosotras nos hacen reír. Creo que encontramos otro camino bastante grande que permite que nos riamos también de este mundo femenino en el que queremos sostener. Yo creo que a los hombres también les causa muchas cosas porque viven con nosotras.
Julieta: Nos acompañan y también padecen el modelo. Aunque tienen más beneficios, claramente, y viven menos cosas difíciles -es todo estadística y data dura, no lo digo yo-, pero es verdad que sufren un montón y aparte sufren desde ese lugar de presión del hombre, que también tiene un montón de mandatos. Con respecto a lo que sucede con las mujeres, también, como cuando el personaje del abogado habla con Carla y le dice: “Bueno, ya sé que no se puede hablar del cuerpo del otre, pero estás muy linda, no sé por qué te hiciste eso en la cara”. No sabe cómo va a reaccionar la mina. Si le va a decir: “Ay gracias” o “¿Por qué me hablás así?”, “¿Porque hablás de mi cuerpo?, mi cuerpo es mi cuerpo”. Y el pibe como queriendo tirar una buena onda, es un buen tipo ahí tratando de hacer su trabajo por dos mangos. Y es como: “Yo soy un poco machirulo, así que ¿cómo hago acá?”. Ese tipo de cosas está bueno que la película las vea. Siento que es una película amorosa y piadosa, como diciendo: “Estamos todos re atravesados acá”, pero las protagonistas son dos mujeres.
-Y muestra cómo esas dos mujeres se pueden encontrar, ¿no? Porque al principio pareciera como que están en dos polos opuestos.
Julieta: Divide y reinarás, sabés las veces que... ahora no, pero hace 10 o 15 años, a lo mejor me decían: “Qué difícil ¿no? Es difícil trabajar con otras actrices, porque las mujeres son bravas”. Y nada que ver.
Las preguntas incómodas y los mandatos propios
En la película, Ángela y Vera se encuentran en un grupo de autoayuda para controlar la ira. Las dos, a su manera, estallan. Una, por una exposición en un programa del prime time donde tiene que sostener una entrevista junto a su expareja (Esteban Lamothe) quien la acusa de no querer tener hijos, la otra tras un encuentro con la primera novia de su marido y una insinuación sobre su look y su trabajo. No dejan de ser dos mujeres que reaccionan a estímulos y que éstos las llevan a decir "basta". Sobre preguntas incómodas e imposiciones culturales -la de estar siempre bella, bien vestida, poner una sonrisa en cualquier momento, ser madre y exitosa al mismo tiempo, no envejecer ni enojarse-, la película hace una relectura donde la mirada femenina se impone desde el humor.
-Parte de la historia de Ángela se cruza con tu vida, Carla, en esto de la imposición y de que te pregunten cosas incómodas.
Carla: Sí, es como normal y tenés que aceptarlo porque son reglas de no sé qué juego. Solo de uno llamado de audiencia
Julieta: O un juego de otro.
Carla: Claro, un juego de otro en el que vos te metés, también hubo muchos cambios. Pero ahí ya nos ponemos a hablar de qué pasa en los medios. Todo cambió y va a cambiar y supongo que irá por otro camino.
Julieta: Sí, creo que todos tenemos una responsabilidad: las mujeres, los hombres, nosotras como actrices y como personas en los medios. Y estamos ahí buscando la manera.
Carla: Y tal vez antes vendían más las peleas entre mujeres. Ahora ya no venden.
Julieta: No, es que ahora venden las mujeres aliadas.
Carla: También a veces ves algunas cosas que decís: “Mirá la publicidad que hicieron para hacer de cuenta que el mundo cambió y ahora son todos feministas”. No es verdad tampoco. Pero bueno, no es una película feminista. Es una película femenina, de hombres y mujeres. De la vida, una película real. Las cosas que parecen un chiste son muchas veces cosas que realmente nos dicen. No es simplemente un guion.
Julieta: Claro, hay muchas cosas que nosotras hemos acotado a los guiones, para Ángela.
-Muchas veces ciertas preguntas en torno a la intimidad dañan, sobre todo lo vinculado a la maternidad. Capaz una no quiere o no puede. Quizá al estar en el medio se ven expuestas a tener que contestar esas preguntas ante millones de personas.
Carla: Hay actrices que cuentan eso, como Jennifer Aniston que ahora empezó a hablar.
Julieta: Que tomaron la decisión de sentarse a dar una nota y hablar de esto para decir: “Basta”.
Carla: Son súper exitosas, todo bárbaro, pero buscan eso y ella cuenta el dolor que le provocaba cuando le hacían estas preguntas. Para mí hay que dar vuelta la hoja y hablar igual de los hombres. La belleza, por ejemplo, la belleza le corresponde solamente a las mujeres... También a los hombres, pero una está acostumbrada a decir: “Mirá, ¿qué le pasó?”, “¡Qué se hizo en la cara!”, y ves que hay cuatro tipos en el mismo panel y nadie se pregunta nada.
Julieta: “¿Está panzón? ¿pelado?". A los hombres no se les nota que se les cae la cara porque los tapa la barba.
Carla: Las mujeres tienen que estar lindas, estar bien vestidas. A ver, ¡qué se puso!, ¡uy! Pero el hombre no importa. Está ahí sentado, es un señor. Estamos también acostumbrados a que sea así.
Julieta: Y nosotras mismas estamos acostumbradas.
Carla: No queremos cambiar absolutamente nada. No. Sino hablar de esto también, abordar esas zonas.
Julieta: Es una película hecha con mucho amor y muy divertida que habla de esos temas y creo que es la mejor manera de hacerlo desde nuestro lenguaje. No somos ni políticas, ni médicas, ni abogadas, ni amas de casa. Bah, sí somos también amas de casa. Aunque hay gente que labura en las casas, digo, hacemos ese laburo también. De eso sabemos, pero hay un montón de cosas que no sabemos. Lo que sabemos es hacer películas, te pueden gustar más o menos. Como me dijo mi viejo una vez: “Vos sabés hacer pan. Después te puede gustar uno más que otro”.
Carla: También está re bueno cómo se fue haciendo y progresando esta película, cómo fue todo el recorrido, el camino, desde que le surge una idea a una amiga y confía en esa idea y llama a otra y confía en esa idea, vienen otras dos y trabajamos y trabajamos y se fue uniendo un montón de gente. No sabíamos cuándo se iba a estrenar pero fue creciendo esa idea y tuvimos que cuidarla y sostenerla y finalmente hicimos una película desde otro lugar. No es que llamó una productora y nos ofreció un guion, sino que fue algo que fuimos empujando.
Julieta: Fuimos trabajando el guion, después se sumó Azul y empezamos a trabajarlo con ella.
Carla: Sí, sabíamos que queríamos que la dirigiera una mujer porque iba a ser más fácil el camino con una directora y tenía que ser una directora que entendiera mucho de humor y que supiera, además de dirigir todo lo técnico, que se la jugara en una comedia que era bastante disparatada o corrida de las comedias naturalistas o no sé cómo llamarlas, sino hacer algo que realmente queríamos que fuera casi exagerado. Es exagerado también esta manera de vivir en donde todos tenemos que ser jóvenes. Es exagerado parecer de 30 a los 50, e innecesario, sí. La ciencia avanza, pero hay algo que no cambia y no va a cambiar. También pudimos convocar a actores que se prendieron. Nos daba mucha alegría y nos sorprendía mucho que quisieran participar (además de Fito y Lamothe, participan: Nancy Dupláa, Salvador del Solar, Cecilia Dopazo y Martín Garabal)
Julieta: Claro, que se quisieran sumar y se rieran tanto.
Carla: Y con personajes que eran chiquitos, y que los hicieran crecer tanto.
Julieta: Se apropiaron de los personajes.
Carla: Todos los que participan están brillantes. Es raro también hablar así de tu película, pero la verdad es que están brillantes y me río y me río de cada chiste.
Julieta: Nos han dicho que se han reído los varones.
Carla: Y los niños, también.
La madre emprendedora o la actriz exitosa
Tanto Carla como Julieta viven la misma dictomía: tienen una carrera de muchos años en la actuación y ambas son madres. Carla, de Gaspar Lousteau (10), y Julieta, de Elena (8), fruto de su relación con Brent Federighi, de quien separó años atrás. Otro de los mandatos que pone de manifiesto No me rompan es el de la maternidad y el equilibrio entre querer llevar adelante un emprendimiento y ser "exitosa" pero sin descuidar a los hijos.
-¿Con cuál de los personajes se identifican más?
Julieta: Bueno, yo con las dos, la verdad que sí, siento que las dos somos un poco las dos. Creo que yo, como mamá, tengo mucha suerte y creo que Carla también. En mi caso, si bien estoy separada del padre de mi hija, tengo un compañero de crianza -pero no de pareja- muy presente y con mucha espalda. Me acuerdo cuando nos separamos, Elena tenía 3 años. Yo le dije: “La tenés tres y yo cuatro días”. Y me dijo: “No, tres días y medio, vos y tres días y medio, yo”. O sea, no quería ceder ni un poco eso y es una suerte hoy. La cantidad de mujeres que crían solas a sus hijos sin el padre, que se las tomó primero, o los que están ahí y no hacen nada, son un montón. Después en todo lo demás sí, con Vera un poco con los malabares del laburo. Ángela es un alter ego un poco de nosotras dos, de Azul, de Jazmín, que también son actrices.
Carla: A mí me pasa lo mismo. En mi casa me veo identificada y el recorrido que hemos hecho en la tele a través de nuestro trabajo también fue cambiando un montón. Hasta la televisión se pone vieja. Ahora hay plataformas, le pasa el tiempo no solo a las personas. A Ángela le pasa que quiere hacer otra cosa, ya no está más para esas novelas en donde trabaja y está grande, pero no sabe cuál es el camino. Cuando empezamos a escribir esta película hasta existían las discográficas: era otra cosa, todo era distinto. Cambió el mercado y todo quedó antiguo.
Julieta: Debería haber dos o tres novelas por canal todavía en esa época.
Carla: Sí, todavía hacíamos series y estaba el prime time.
Julieta: Nos agarró la cuarentena en el medio y después hicimos alguna serie.
Carla: Pero hasta eso teníamos que ir viendo: que no éramos solo nosotras a las que les pasaba el tiempo. Es hasta antiguo que alguien te haga ese tipo de reportajes, como el que le hacen a Ángela Trigal, aunque lo siguen haciendo, pero está más cuestionado alguien que pregunte esas cosas.
Julieta: Sí. Hay una perversión igual en general con la intimidad y el morbo con las cosas difíciles ¿no? También el del minuto a minuto, o sea, es el vale todo.
-¿Les pasó alguna vez de sentir que tenían que dar estas explicaciones sobre temas incómodos o muy personales?
Carla: A mí me siguen preguntando si voy a tener otro hijo o si te ponés un vestido un poco apretado te dicen: “Esa pancita”, “¿hay un bebé?”. Si tengo como 98 años. Ya no funciona, pero viste siempre que hay un poco de pancita, hay un bebé.
Julieta: Chicos, me comí unos ravioles, ¡no voy a tener un hijo a los 50!
-Además, ¿por qué tenés que tener un hijo sí o sí?
Carla: No sé cuál será el morbo de tener hijos. Pero siempre nos pasa. Todo lo que está en la película nos pasa. A todos. No solo por ser famosa porque soy actriz sino a todos.
Julieta: Claro, pasa con la intimidad. Le pasa a un montón de gente, en otras cosas, mujeres que, a lo mejor, no tienen ganas de tener pareja. Y es como: “Ay, está sola” o “Ay, ¿no vas a tener hijos?” Hay un tema ahí de inmiscuirse.
-Lo que es interesante de la película es que ustedes ya pasaron la llegada de los 40. Entonces es otra la presión que quizá la de una mujer que está sola y llegando al “final” de su edad fértil.
Carla: Por eso también están los niños en la película. Las hijas de ella que ya ven el mundo desde otro lugar. Nosotros también chequeábamos eso, porque los chicos ya no miran cómo estás, si sos de esta forma o la ropa que te ponés. Tienen otra cabeza, no queríamos resultar antiguos para ellos. El mundo de los chicos ya no es el nuestro. No solo con el tema de tener hijos, eso de tener que casarse, todas esas cosas, ya no son de este mundo.
Fotos: Fabián Uset
Videos: Mailén Ascui
Edición: Miranda Lucena
Estilismo: @rominagiangreco @rfgstylecoaching
Pelo y maquillaje: @nanogmd Emmanuel Godoy
Agradecimientos: Max Jitric vestido y cinturón, Furman Jewels joyas (Carla Peterson) y Ampi Vera, Luciano Marra botas, Milagros Bonasso Joyería Contemporánea (Julieta Díaz)