Corría 2001 y los televisores de un hotel de Nueva York se encendieron con la caída de las Torres Gemelas. Diego Leuco (33), quien por aquel entonces tenía 11 años de edad, intentaba descifrar junto a su padre, Alfredo Leuco (68), qué era lo que ocurría. Hasta que el segundo pegó un grito: “¡¿Dónde está la cámara?!”. Claro, el hombre, periodista de sangre, andaba desesperado por intentar grabar lo que transmitían lo que veía desde los medios locales. Al cabo de unos segundos, casi sin pensarlo, dedujo que se trataba de un hecho sin precedentes y, tomando de la mano a su hijo, partieron caminando buscando llegar lo más cerca posible de los incidentes.
El atentado a las Torres Gemelas y ese espíritu aventurero de buscar la noticia fue lo que encendió una llama en Diego, que aún hoy no se ha podido apagar. “Hay una frase que dice Nicolás Wiñazki que es muy cierta. ‘Cuando hay disparos y todos corren en sentido opuesto, sólo dos tipos de personas van hacia los disparos: los médicos y los periodistas’. No es lo único que aprendí de mi viejo…”, comenzó recordando Leuco a GENTE en una entrevista en la que se adentró en la hermosa relación que tiene con su papá.
"Yo soy el más calmo, si querés, y él el más pesimista. Y eso nos complementa un montón"
Desde el comienzo de su carrera periodística Diego Leuco tuvo el apoyo de su padre, una de las figuras más consolidadas en los medios , y por ende, un gran desafío continuar su legado. “Con mi papá tenemos una relación espectacular. Somos muy distintos… quizá en una época yo era más parecido, pero en los últimos años creo que me he vuelto más como mi mamá (Silvana Gagliardi)”, aseguró quien desde hace dos fin de semanas brilla en la Peña de Morfi, como nuevo conductor.
“Si nos tuviera que describir yo soy el más optimista, el más calmo si querés, y él es el más pesimista, y nos reímos mucho de eso. Aunque para mí eso nos complementa un montón”, continuó hablando sobre la excelente relación con su padre, hoy colega. “Disfrutamos mucho de trabajar juntos, de hacer todos los días ese pase en Radio Mitre, que a la gente también atrapa creo yo”, indicó el periodista.
El día que Diego descubrió las fotos de su padre en el Archivo de Atlántida
Nuevos vientos, la misma pasión
Durante el último verano Diego decidió abandona Telenoche, el histórico programa de eltrece, para adentrarse en el mundo del streaming. Una apuesta enorme en la que lo acompañó gran cantidad de público, que día a día se prenden a la trasmisión de Antes que nadie, programa de streaming que conduce junto a Micaela Vázquez, Martín Dardik y Yoyi Francella.
Esta oportunidad laboral había sido buscada por Leuco hijo durante mucho tiempo, e incluso lo había anticipado a GENTE: "Me gustaría que en un futuro me llegase la posibilidad de animar un magazine o un ciclo de entretenimientos. A mí me funciona la improvisación al aire, cantar, imitar. Es lo que más me define. Quienes laburan conmigo saben que soy así. A veces no se puede... y en el noticiero es más difícil (risas), pero mi verdadero yo es más divertido que serio", había comentado.
En esta decisión también fue muy respaldado por su familia. "Mi papá está super contento de que yo haga lo que me gusta, pruebe y tenga esa inquietud que herede de él, sin dudas”. Incluso, en el primer Gran Rex que realizó Antes que nadie, Alfredo Leuco se mostró entre las primeras filas disfrutando del trabajo de su hijo y riéndose de sus ocurrencias, junto con "mi adorable madre Silvana".
"Mi papá es de los que se ponen zapatos dos números más chicos para disfrutar cuando se los saca (lo define). Pasa que admiro su ética. Es un tipo puro, noble y de plenas convicciones. Cueste lo que cueste. Muy pocos tienen sus agallas. Era crítico cuando nadie lo era. Me pone orgulloso. Y trato de heredar y honrar eso", expresó en aquella entrevista con GENTE Diego Leuco, y sin poder dejar de lado su humor agregó: "Lo único que espero no heredar es su pelada".
Entrevista: Leo Ibáñez
Fotos: Christian Beliera
Arte: Gustavo Ramírez
Producción general: Mariano Caprarola
Video: Fabián Uset
Edición: Cristian Calvani