La muerte de Farrah Fawcett –considerada un ícono de los 70s–, pasó casi inadvertida. Aunque su lucha contra el cáncer se había hecho pública hacía años y algunos de sus tratamientos habían sido televisados, aquel 25 de junio de 2009, cuando falleció, también murió Michael Jackson. Y, eclipsada por el Rey del Pop, la muerte de la actriz de Los Ángeles de Charlie tuvo muy poca repercusión.
De hecho, en marzo del año siguiente, la Academia de artes y ciencias cinematográficas omitió sumarla a los homenajes de los artistas fallecidos para la 82° Edición de los Premios Oscar, hecho que causó un gran malestar entre sus fans. Sin embargo, para su familia, lo único importante era que el hijo de Farrah, Redmond –por entonces detenido en un penal de California–, pudiera despedirse de ella.
La eterna lucha de Farrah Fawcett y el cáncer
La actriz había sido diagnosticada con un cáncer colorrectal en marzo de 2006. Y, desde entonces, se había sometido a varias cirugías, quimioterapias y tratamientos experimentales para tratar de combatirlo. Aunque sus agentes de prensa habían anunciado que Fawcett llegó a curarse, meses más tarde, se supo que le encontraron un pólipo maligno en el mismo lugar dónde había sido tratada. Y, prácticamente sin descanso, tuvo que reanudar su lucha.
Así, después de realizarse un tratamiento de radioterapia, la actriz decidió viajar a Alemania para someterse a un procedimiento con células madres que no se realizaba en los Estados Unidos y que fue filmado para ser difundido por la NBC a modo de documental bajo el nombre de "Farrah's Story" (La historia de Farrah). Pero Fawcett sufrió una hemorragia durante una intervención menor que hizo que sus dolores abdominales se volvieran insoportables.
En abril de 2009, la actriz fue internada en un hospital de Los Ángeles, dónde le informaron que el cáncer había hecho metástasis en el hígado. En ese momento, se había informado que Farrah iba a salir adelante pero, dos meses después, fue a atenderse por una infección a raíz de un catéter que le habían colocado para suministrarle la medicación. A los pocos días, falleció en el Centro de Salud Saint John's de Santa Mónica. Tenía 62 años. Su pareja, el actor Ryan O'Neal, estaba a su lado. Pero su hijo sólo obtuvo el permiso de la penitenciaría para ir a su funeral.
La historia de Farrah Fawcett
Durante su juventud, Farrah fue considerada una verdadera sex symbol. Incluso, ya pasando los 40, se había animado a posar desnuda para la revista Playboy vendiendo cuatro millones de ejemplares y enamorando a los hombres de todo el mundo. Pero ella sólo amo a uno.
Después de un breve matrimonio con el actor Lee Majors, que oficialmente se extendió entre 1973 y 1982, Farrah comenzó su relación con O´Neal, con quien en 1985 tuvo a su único hijo. La leyenda cuenta que el amor surgió cuando el ex esposo de la actriz le pidió a Ryan que llevara a cenar a su mujer mientras él se iba de viaje para que ella no se sintiera tan sola... Y que el protagonista de Love Story, que ya cargaba con dos matrimonios, tres hijos y varios rumores de romances con famosas, como Barbara Streisand y Diana Ross, no pudo contener su instinto de conquistador.
Consciente de los problemas de su hijo, años antes de morir, Farrah redactó un testamento en el que dispuso que su fortuna fuera depositada en un fondo de inversiones controlado por dos albaceas, para que su hijo tuviera una asignación mensual pero no pudiera disponer del dinero en su totalidad. Algo que, de haber ocurrido, seguramente hubiera jugado en contra de la salud de Redmond.
¿Por qué no le dejó nada a Ryan O´Neal? Ella lo consideraba el amor de su vida. De hecho, tras un distanciamiento ocurrido en el '97, luego de que ella hubiese descubierto la infidelidad de su marido con la joven actriz Leslie Stefanson –con quien luego tuvo a su quinto hijo–, Ryan volvió a su lado ni bien se enteró de la terrible enfermedad que le habían detectado.
Sin embargo, la relación de ambos no había sido nada fácil. Y no sólo por las drogas, la problemática situación de su hijo y los rumores de infidelidades, sino también por lo difícil que fue para ambos llegar al ocaso de sus carreras.
Farrah Fawcett y el vacío que le hizo Hollywood
Después de conocer el éxito de la mano de la serie que protagonizó junto a Kate Jackson y Jaclyn Smith en 1976 y 1977, Farrah decidió abandonar Los Angeles de Charlie por diferencias económicas. Y, desde entonces, tuvo que pelear no sólo para lograr el reconocimiento que buscaba, sino también para lograr que los productores volvieran a confiar en una actriz que había roto un contrato tan importante.
Finalmente Fawcett logró dejar atrás a la chica sexy para empezar a interpretar papeles duros como los que hizo en la serie The Burning Bed (1984) o en las versiones cinematográficas de Extremities (1986). Pero, desde entonces, sus notas en las revistas tuvieron más que ver con sus escándalos personales que con sus logros profesionales. Y eso es algo que Farrah nunca pudo superar.
Farrah Fawcett y su inmortalización en Barbie
Farrah Fawcett, el ícono de los 70s y sex symbol, fue inmortalizada en plástico con su propia Barbie. La nueva muñeca de la colección Black Label dibuja la figura de la fallecida actriz posando en su famoso traje de baño rojo enfrente de una manta a rayas, como una recreación del icónico póster de los 70.