Evelyn Botto sabe que su voz la puede llevar adonde quiera. Es locutora, conductora, actriz de doblaje y cantante. Forma parte de la mesa del nuevo Perros de la calle y explora su lado artístico con sus performances en Sex. Todo lo hace con carisma y seguridad, aunque llegar a estar plantada así no fue un camino fácil.
“Siempre me gustó hacer cosas con la voz, pero no pensé que se podía unir todo tan de la manera en la que se une todos los días. Se dio de una manera muy espectacular, es increíble eso”, le cuenta a este medio, mientras se prepara para la producción de fotos en el estudio de GENTE.
Según cuenta, eligió estudiar locución tras la experiencia de la hermana de un amigo del barrio, Dakyta, actriz de Casi Ángeles, quien también terminó siendo su amiga. Se anotó apenas terminó el colegio y para los 21, ya estaba con carnet en mano trabajando en Los 40 y Coca-Cola FM. Sin embargo, su primera experiencia llegó poniéndole la voz a la radio de Jesse James, una bailanta histórica de Isidro Casanova.
“La radio de boliche me ayudó a sacarme la locutora, porque en la carrera te enseñan una idea cuadrada. De hecho, cada vez que voy a dar una charla o algo, los veo a todos muy en esa todavía. Te enseñan la base y después vos tenés que romperla. Yo una vez que tuve el carnet hice cualquiera, pero a mí me enseñó a hablar relajada: el poder presentar una canción como una amiga tuya y no una persona así, toda institucional, rígida”, reflexiona sobre su trabajo.
Al mismo tiempo, parte de esas experiencias laborales la curtieron en la vida: “Yo con las herramientas que tenía sobrevivía, seguía trabajando, y pienso ahora cómo hubiese respondido un montón de cosas... y digo ‘qué bronca’, porque eran tipos más grandes diciéndome una cosa a mí, que tenía 21 años y estaba recién empezando. Obviamente, no tenía para responderles. Ahora estoy lista. También aprendí cuáles son las batallas que hay que pelear y cuáles no”.
Mientras relata sus comienzos de manera apasionada, arriesga y prueba un labial sobre el maquillaje que ya tenía hecho. “Hice un loco, acabo de arruinarle el maquillaje. Hice una combinación muy extraña. Igual con el maquillaje siempre me la juego porque aprendí que hay que hacer para equivocarse y aprender. Y después las cosas te salen mejor”, sentencia.
Y así se mueve en la vida también. Cuando José María Muscari le propuso formar parte del elenco de Sex, no lo dudó: “Nunca se me ocurrió decirle que no”, dice. Lo mismo le pasó cuando la contactó Pablo Zuca, director artístico de Urbana Play, para sumarse al equipo de Perros de la calle. La pandemia los obligó a empezar por videollamada y ella teína un rol más secundario, pero terminó sentada en la mesa con Andy Kusnetzoff, Lizy Tagliani y Harry Salvarrey.
“Cuando entré sentí que se equivocaron. Y el primer año para mí fue difícil, porque yo no me sentía merecedora de ese espacio, entonces eso te genera un autoboicot que es tremendo y no terminaba disfrutando de todo lo bueno que me estaba pasando. Me costó mucho darme el permiso de disfrutar”, explicó. “Yo estaba avasallada por la oportunidad”, expresó, sincera.
-¿Y ahora como te sentís al aire?
-Este año se armó un grupo en el que fluye todo y como te digo, cada uno tiene su papel. Y siento que Andy sabe qué pies darme para que yo brille, y yo también sé cómo responder a las ideas que tiene. Estamos construyendo esto en grupo y pasan cosas muy locas al aire.
-¿Cuál fue el primer paso que diste para empezar a disfrutar?
-Fingir muchísima demencia. Por un lado, todos te dicen: "qué espectacular todo lo que está pasando", y vos sabés que es espectacular todo lo que está pasando. Pero sentía como una culpa media extraña, como que me iba muy frustrada todos los días porque había programas en los que ni hablaba. Primero, porque Lizy es una topadora hermosa, hasta Andy lo sintió. Creo que fue muy bueno, porque él venía de un programa de muchos años, de un formato, y habían pasado muchas cosas en el medio, 20 años básicamente. Y Lizy nos dio vuelta a todos. Era pasar del horror a la risa, de decir una barbaridad que solamente ella puede decir, a romperte de ternura y llorar porque te diste cuenta de algo. Entonces durante ese año aprendí mucho de ella y su forma de hacer humor y creo que nos hizo bien a todos. Ella después se fue, vino Ronnie (Arias), también aportó lo suyo, después se fue y entró fija Sofi (Martínez). Y ahora los cuatro estamos como muy, muy cómodos, y ahora siento que tengo un lugar para hacer humor después de tanto tiempo, que a mí me encanta.
Según recapitula, la marcó mucho ver programas de humor tipo Videomatch, Cha cha cha, Todo x $2, Mad TV o Saturday Night Live. “Me encanta hacer reír, a mí me gusta: necesito que haya un chiste. Es un problema que tengo”, señala con su cuota inamovible de humor.
“El humor fue una herramienta de supervivencia. Tengo recuerdos de cuando estaba en el colegio y estaban las chicas lindas y nosotras, el resto. El humor se convierte en un arma de seducción. Yo creo que ahí es donde más me hice graciosa”, reflexiona. Esta parte de su personalidad la ayudó a redefinir su vínculo con su cuerpo. “Yo tuve varios estadíos y lo sigo trabajando para poder disfrutar. Y en ese momento, el humor me dio herramientas. Nunca haciendo humor como si yo fuera una cosa horrible, jamás”, explica mientras vuelve a elegir un labial para arriesgarse de nuevo.
Y profundiza sobre su sentir: “Yo no me puedo definir por cuánto peso, pero cuando crecés con todos mensajes que te dicen otra cosa, el daño es tan grande que el trabajo es todos los días. Entonces, de verdad estoy más fuerte: me amo y me beso y hay otros días que respiro profundo y me evito. Es muy sinuoso el camino”.
Sin dudas, Sex fue un antes y un después: "La idea de tener que ponerme en ropa interior adelante gente que no conozco... respiré profundo y dije que sí, pero no lo pensé. El día del estreno me puse la ropa que me gustaba, pero tampoco me miré mucho para salir", recuerda sin arrepentimientos.
Destaca que en escena aprendió a mirar más a los ojos a la gente, y a entender que la actitud lo es todo. "La sensualidad y la sexualidad pasan por otro lado", asegura. "Hay gente que es hermosa porque irradia una luz que va más allá del envase, y a mí me permitió darme cuenta de que puedo ponerme lo que quiero, sentirme bien conmigo y que los de afuera son de palo", pone sobre la mesa como una gran verdad.
Y como Kali Uchis canta en Moonlight, cuenta que ve una muñeca cuando se mira en el espejo, kiss, kiss: "Mirarse al espejo y decirte a vos lo linda que estás, es tan lindo... y no todos lo pueden hacer la verdad, porque no llegaste a este lugar de casualidad".
Fotos: Alejandro Carra
Videos y edición: Martina Cretella y Miranda Lucena
