Osvaldo Laport y Viviana Sáez lograron conseguir emplazarse desde hace más de treinta años en un verdadero paraíso en la zona norte del gran Buenos Aires. Un chalet de estilo colonial ubicado en la localidad bonaerense de General Pacheco es el oasis en el que logra desconectarse del gran caos de la ciudad.
La casa fue pensada y armada en familia para el disfrute de la familia. En el interior, el espacio de encuentro es la cocina en donde todos comparten ricas recetas y deleitan sus paladares: el actor cocina tortas fritas, la actriz hace tortas y Jazmín, la hija de la pareja, prepara postres.
“La filosofía de nuestro hogar es vivir de vacaciones y lo ponemos en práctica desde el desayuno hasta nuestros ensayos. Cada rincón remite a una puesta en escena”, le contó el actor hace un tiempo a Caras.
El terreno fue elegido por el padre Laport que le dijo a su hijo “este tiene que ser su lugar” y él decidió seguir al pie de la letra comprando de inmediato comprando la propiedad.
El parque de la casa, un espacio para el relax
Sabiendo que es un gran cocinero, el actor uruguayo disfruta también agasajando a sus seres queridos con un rico asado que prepara en el asador criollo que tiene en el jardín. Lo que se transforma en un punto clave para recibir amigos, tomar una copa de vino y adentrarse en extensas charlas alrededor del fuego.
Además, cuenta con una piscina y una decoración a base de plantas flores y accesorios como una pajarera antigua que le da el toque cálido a uno de los extremos de la pileta.
El terreno es tan grande que le permite a Viviana cultivar diversas verduras en la huerta que es cuidada en conjunto junto a Laport.