Balcarce 681 fue el sinónimo de refugio para Fito Páez durante muchos años. Allí fue criado por su abuela, Zulema Ramírez de Páez, y su tía, Josefa Páez. En esa casa también vivió su papá, Rodolfo, hasta el día de su muerte. Todo cambió el 7 de noviembre de 1986, mientras el rockero estaba brindando una serie de conciertos en Río de Janeiro, Walter De Giusti asesinaba a su abuela, su tía y a la empleada doméstica, Fermina Godoy, que estaba embarazada de siete meses.
El hecho fue descubierto por el esposo de Fermina. Ese día su mujer no llegaba a su casa luego del trabajo y se preocupó por si habría tenido algún inconveniente con su embarazo. La buscó en el hospital más cercano y no había rastros de ella. Luego fue a la casa de Páez y cuando entró vio la fatídica escena: radio encendida, su esposa cubierta de sangre con varias marcas de las puñaladas que le propició su asesino. Cerca encontró a Josefa completamente acuchillada y a Delia con un tiro en la cabeza. El hombre llamó a la policía y no quedó incriminado en la causa por falta de mérito.
Una vez que el caso tomó notoriedad pública fue muy comentado. Lo cierto es que Fito se encontraba en uno de sus momentos más álgidos de su carrera. Según lo que informó la policía que investigó la escena del crimen los ingresos a la casa no habían sido violentados. El móvil del robo no pudo ser comprobado ya que lo único que faltaba en la casa era un viejo reproductor de casettes que pertenecía al músico y un collar de perlas. Un dato que llamó la atención fue la aparición de una bolsa con marihuana que trataron de adjudicársela al músico y así vincularlo con el narcotráfico.
Un año más tarde fueron detenidos Walter y Carlos De Giusti. Ambos trabajaban como plomeros y eran muy conocidos en el barrio. De hecho, habían sido compañeros de Páez en el colegio Dante Aligherli. Los hermanos habían ido a trabajar a la casa del músico y ese día asesinó a las mujeres. Los hombres fueron descubiertos por unos policías que investigaban el caso. Ellos llegaron a él por Paola, una mujer travesti, quien tenía una relación sentimental con Walter y había recibido como regalo el collar de Zulema.
Una vez detenido, Walter confesó los crímenes. De hecho, contó que había matado a otras dos mujeres una semana antes del triple crimen. Durante el tiempo que estuvieron buscando al culpable de los asesinatos de la calle Balcarce, el asesino ingresó como agente de policía. El 24 de agosto de 1987, fue condenado a reclusión perpetua. Su hermano Carlos recibió libertad condicional.
La entrevista que Walter De Giusti le brindó a GENTE desde la cárcel
El equipo de revista GENTE visitó en el año 1994 la cárcel Coronda, ubicada a 43 kilómetros de la ciudad de Santa Fe. Allí el acusado del asesinato de las mujeres, rompió el silencio sobre el caso. En esa ocasión explicó que todo había sido armado por el jefe de policía que lideró el caso.
"Todo es culpa de la ambición de un jefe policial que en esa época necesitaba una rápida escalera para su ascenso: esclarecer crímenes que no podían quedar en el olvido, sobre todo porque se trataba de parientes de una figura como Fito Páez. No se olvide de que yo fui policía. Sé muy bien que siempre hay hechos de sangre que urgen aclarar como sea", manifestó sin vueltas Di Giusti a este medio.
El periodista que entrevistó a Walter lo increpó ante sus intentos de ser persuadido para que crea que la causa había sido armada. Ante esto, contestó firme y manteniendo su postura original: "Lo único que puedo decirle es que mi declaración fue armada con las horripilantes fotos del caso que me mostró la policía, y que me hice cargo de todo para desvincular a mi hermano".
En esta línea, agregó: "Le digo más: como en el lugar del hecho los expertos en dactiloscopia no encontraron huellas, ese jefe policial me hizo decir que, después de la masacre, nosotros (en ese momento también culpaban a mi hermano) lavamos toda la casa y después nos bañamos".
Ante la consulta de por qué no apeló su caso para presentar las pruebas que lo considerarían inocente, explicó: "Porque tengo mi familia afuera. Sobre todo mi hermano, que está por recibirse: estudia Ciencias Económicas, y con todo lo que pasó, ya vivió su calvario".
Si bien el músico no ha dado grandes declaraciones sobre el asesino, muchos aseguran que ambos fueron juntos al colegio. De hecho, en la serie El amor después del amor se cuenta este trágico hecho y quien interpreta a Páez confiesa que le "suena" el nombre del asesino.
De Giusti contó en diálogo con GENTE que solo una vez había visto a Fito. De ese encuentro, relató: "Mi hermano y yo nos peleamos con él y su abuela". "Éramos los plomeros de la casa, y ellos no podían entender por qué cuando estábamos nosotros había agua y cuando nos íbamos, el agua desaparecía. Otra incongruencia del caso: en realidad, a raíz de eso, la familia no nos hubiera abierto la puerta de su casa nunca más", fue su justificación.
Para concluir, Walter De Giusti aseguró que le gustaría hablar con Fito. "Lo invitaría a conversar de un montón de cosas que desconoce. Pero, ¿quién va a escucharme? Además, éste no soy yo: son mis ruinas".
Según la terapeuta del penal que dialogó en ese entonces con este medio, explicó: "De Giusti tiene componentes psicopáticos y cierta tendencia a una desestructuración psicótica. Su defensa está tan estructurada, que es muy difícil penetrar en él. Cuando advierte que puede ocurrir eso, pide un cambio de terapeuta. Hay en él mucha confusión: empieza hablando de los primeros filósofos y termina hablando como si él mismo fuera un filósofo". Luego agregó sobre su biografía: "Su vida también fue muy confusa: trabajó como policía, combatió en las Malvinas, consumió drogas... Pero algo es seguro: es plenamente consciente de sus actos".
Los últimos años de vida de Walter De Giusti
Walter De Giusti fue diagnosticado con VIH en la cárcel. "Nunca me preocupé por saberlo, pero creo en lo que dicen las autoridades", comentó el detenido sobre su estado de salud. Respecto a si recibía tratamiento médico explicó que "no lo necesitaba". "Yo por el momento me arreglo con un buen régimen de comidas que me recetó el dietólogo", detalló.
En el año 1996 su defensa solicitó reducir la pena a 25 años. Como contrajo VIH en prisión, su abogado consiguió una condena domiciliaria ya que alegaron que estaría perdiendo la visión por el virus.
Dos años después fue visto manejando su auto por las calles de Rosario. También frecuentaba bares y restaurantes de la zona. Reingresó a la prisión y a los pocos días se descompensó. Estuvo internado y murió el 12 de junio de 1998.
La palabra de Fito Páez a horas de la muerte de su tía y su abuela
Cuatro días después del asesinato, Fito se presentó a declarar en la fiscalía de Rosario sobre el asesinato de sus familiares. A la salida, dialogó con este medio y comenzó explosivo: "Al primer zarpe me levanto y me voy. No estoy de ánimo para contestar preguntas insolentes".
"Ellas dos eran mis madres", aclaró el músico. Luego explicó: "Cuando estás acostumbrado a ver tanta gente, no podés decir que todos te quieren. Supongo que debe haber algún loco al que no le gusta lo que hago. Pero nunca al punto de cometer semejante atrocidad por venganza. Vos sabés que a mí hay cosas que no me gustan. Por ejemplo, cómo se mueven los políticos. Yo estoy en otra: lo mío es un mensaje de amor".
Respecto a si tenía teorías sobre lo sucedido, declaró: "No sé qué pensar. No puedo decir nada por el lío terrible que tengo en la cabeza". "Lo único que tengo ahora es mi música. Estoy confundido. Estoy desamparado. Me mataron a mi familia", concluyó envuelto en dolor.
Arte de portada: Gustavo Ramírez
Fotos: Archivo Grupo Atlántida
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