El 13 de marzo de 2023, Pilar Tellería (19) hizo historia: se convirtió en la mujer más joven en cruzar el Río de la Plata. Su travesía -que comenzó en Colonia del Sacramento y culminó en Punta Lara- duró 12 horas, 18 minutos y 40 segundos.
"En mi cabeza era algo re sencillo, después me di cuenta que no. En cuanto supe que existía la posibilidad de ser la más joven en lograrlo se me metió en la cabeza que tenía que hacerlo", confiesa.
La historia de Pilar Tellería y su férrea convicción: "Persevera y cruzarás"
Aunque su vínculo con la natación arrancó cuando tenía 11 años, la verdadera vocación llegó tres años después. "A los 14 probé aguas abiertas y a los 15 complementé con largas distancias y me di cuenta de que era esto. Uno de mis profesores me ofreció ir a probar con algunos chicos y me encantó. La primera carrera fue de 800 metros contra otros nenes de mi edad", cuenta.
Antes de concretar el cruce del Río de la Plata, la gran hazaña en lo que va de su carrera, Pilar tuvo un intento previo en el que se vio obligada a abandonar. "El río no te deja cruzarlo hasta que no aprendés a respetarlo", explica. Es que, para alcanzar la meta que se había propuesto, los entrenamientos no alcanzaban: Pilar debió prepararse mentalmente para dominar la corriente.
–¿Qué te motivó a volverlo a intentar?
–Me incentivó Coco, un señor de 82 años que hoy es como mi abuelo. Él cruzó el Río de la Plata a los 41, dio la vuelta al mundo navegando y fue Presidente de GEBA. Siempre estuvo relacionado con la natación. Lo conocí en el CENARED (Centro Argentino de Excelencia Deportiva, de Ituzaingó, donde estrena) porque le dolía la espalda y empezó a hacer natación. Cuando me enteré que había un hombre que había cruzado el río nadando dije que lo quería conocer y apenas nos vimos me dijo 'lo vas a intentar de nuevo'. El día del cruce él fue en la embarcación guía. Fue increíble, apareció en el momento indicado.
-¿Por qué creés que el segundo cruce -a diferencia del primero- se pudo concretar?
–En el primer cruce no estaba mentalmente preparada. De ese intento a este apareció Coco, empecé a ir a la psicóloga deportiva y sumé clases de yoga. Aprendí a mirar mis errores sin juzgar para no condicionarme. Aguas abiertas es un deporte distinto porque es para disfrutar: estás con la naturaleza y eso te obliga a conocerte a vos mismo. Tenés que ir a favor del río, respetarlo.
-Le pediste permiso al río antes de ingresar... ¿cómo fue esa situación?
-Me metí al agua y le empecé a hablar como si fuese una persona porque tiene tanta energía que es más que una persona. Le hablé y le dije 'hola río, te acordarás de mí porque ya lo intenté. Vengo más preparada, muchísimo más respetuosa. Aprendí a respetarte, sos un desafío enorme'.
Para lograrlo, Pilar Tellería también necesitaba conseguir sponsors que la acompañaran en la travesía. Por lo tanto, compartió un video en TikTok contando su historia para comenzar la búsqueda. Para su sorpresa, la repercusión fue total. "Yo no tenía ni mil seguidores, pero me grabé igual. Lo subí y a las horas me empezaron a aparecer un montón de seguidores. Minuto a minuto subían las reproducciones. Me dio un poco de vergüenza, pero llegamos a mucha gente y conseguí sponsors. Por suerte explotó", resalta al rememorar el éxito que tuvo al arriesgarse.
Pilar Tellería: así dominó su mente para su desafío marcial
–¿En qué piensa alguien para nadar 12 horas?
-Lo ideal es buscar un estado en el que no pienses en nada, pero es medio difícil. Trato de entender que no hay que estar ni siempre bien ni siempre mal para no gastar energía. Por momentos se ponía aburrido, entonces me agarraba de algún pensamiento. Las primeras horas me puse a pensar en qué le iba a regalar a Agustín, mi entrenador, cuando terminara el cruce. Después empecé a poner en práctica algo que había hablado con Mariana, mi profesora de yoga: dejar pasar los pensamientos.
–¿Qué fue lo más difícil durante el cruce?
–Me habían avisado que los últimos 10 kilómetros se ponían heavy. Yo creía que conmigo iba a ser distinto pero en el fondo sabía que tenía que estar lista. Durante el cruce, cuando llegué a esa instancia, me di cuenta de que se ponía difícil. Las últimas cuatro horas ya veía la costa pero me faltaba. Lo disfruté muchísimo, pero se me complicó.
La preparación previa: el lado B del cruce
Para poder cruzar a nado el Río de la Plata hay que atravesar dos procesos. Por un lado, es necesario pedir autorización a la Prefectura y respetar las reglas impuestas por la Asociación de cruce a nado del Río de la Plata. Por el otro, el nadador debe probar -con el acompañamiento de un profesional- qué plan de alimentación y preparación física es el adecuado para afrontar el desafío.
"Mi nutricionista se especializa en todo lo que es largas distancias, entonces encontramos rápido el plan. En las salidas previas fuimos probando qué me caía mal para evitarlo. Antes del cruce nadé 37 kilómetros en el Río Uruguay y chequeamos todo", explica.
-¿Qué requisitos se exigen para poder cruzar el Río de la Plata?
-Se chequea todo, hay un fiscal. No podía agarrarme de la embarcación que me guiaba y si me tiraban la botella para que me hidratara tampoco podía dejar que me arrastrara. No podía hacer nada que me favoreciera. En cuanto a la indumentaria, la malla es hecha especialmente para aguas abiertas y la gorra tiene que ser naranja para que se vea.
–¿Con qué te alimentaste durante el cruce?
-Mi entrenador -que iba en la embarcación que me seguía- me pasaba membrillo o duraznos cortados en pedazos chiquitos para que pueda hacerlo rápido. También me daban pastillas de sal y cosas más específicas para no deshidratarme. Frenaba cada media hora para tomar agua porque hacía mucho calor, pero descansar es peor. De hecho, se hace lo más rápido posible porque tenés que cambiar de estilo y empezás a usar músculos que no estabas usando hasta ese momento. Cortás la cadencia, el ritmo con el que venís.
Los próximos desafíos de Pilar Tellería
Pilar Tellería forma parte de un selecto grupo de mujeres que alcanzó la meta que ella se propuso. Hasta el momento, solo siete -incluyéndola- pudieron cruzar el Río de la Plata a nado. La primera fue Lilian Harrison en 1923 y ella, cien años después, la última.
Aunque a sus 19 años logró una enorme gesta, aún tiene otros objetivos por delante. "Aguas abiertas está en los Juegos Olímpicos pero es distinto a lo que hago porque son distancias mucho más cortas y de muchísima más velocidad. También está el circuito mundial -que tiene carreras de entre 7 y 10 horas-; a eso apunto", confirma con una sonrisa. Mientras re afirma en su mente que no hay cosas imposibles, ya está lista para una nueva proeza.
Fotos: Diego García
Edición de video: Cristian Calvani