Rosalía fue la primera headliner en brindar su show en esta edición del Lollapalooza. Este concierto es el que inicia la gira de festivales que mantendrá ocupada a la cantante durante los próximos meses, y que la llevará a recorrer gran parte del mundo.
Con su grupo de bailarines, todos con cascos al estilo Motomami, apareció en escena lista para brillar y coronar la noche. Si bien el show es en esencia similar al que realizó en el Movistar Arena en agosto del año pasado, tiene algunas diferencias, como el look elegido. Con el pelo suelto con efecto mojado y un vestido a cuadrillé celeste y blanco, estilo country, corto adelante y largo atrás, se destacó entre el blanco y negro que reinó durante la primera parte del show. Su vestuario tenía un mitón a tono del vestido, calzas y botas altas negras.
Sin embargo, al tercer tema tuvo que pedirle a su vestuarista que le cosiera el vestido. Y así, en pleno escenario, mientras le arreglaban el outfit, expresó con la voz quebrada que apenas aterriza en Buenos Aires le entristece saber que se tiene que ir para seguir con sus compromisos profesionales. El público argentino la invitó a quedarse, pero ella solo rió y explicó que tiene que seguir.
"Saoko", "Bulerías" y "La fama" fueron las canciones que abrieron el show. Las visuales se mantuvieron en línea a lo que mostró en el Motomami World Tour: pensadas para la generación Z, en formato TikTokero y en primera persona.
Rosalía tomó la posta de la cámara y bajó a cantar con los fanáticos que la esperaron todo el día al rayo del sol en la valla del escenario. El momento elegido fue cuando entonó el hit "La noche de anoche", su featuring con Bad Bunny.
Con las pantallas ya en rojo, todos los celulares se levantaron cuando llegó el turno de "Despechá", que terminó con una sorpresa: una versión remixada de sus estrofas y, tal vez, el próximo challenge de moda que verás cuando scrollees en tu red social favorita.
"LLYLM", la colaboración de la cantante con una marca de gaseosa, fue una de las novedades en su repertorio, y eligió unas visuales con montañas y nieve para acompañar la canción.
Al igual que en el show de agosto, eligió el remix de The Weeknd, "Blinding Lights", para homenajear a su colega y amigo. Poco después, tuvo cierto aire de diva que generó una reacción agridulce en el público. Se sentó en el piano a tocar "Hentai", pero dijo que uno de los pedales del instrumento estaba mal, se levantó y dijo que hasta que no lo arreglen no iba a cantar. El público le pidió una versión a capella y se generó un momento íntimo que le terminó sumando al concierto.
Todavía en el piano, deslizó sobre las teclas los acordes de "Candy". Hasta que sonó la pista, sus bailarines volvieron a escena y le limpiaron la cola del piano para que pudiera pararse y bailar desde allí, jugando como buena bailaora con los ventiladores y la cola de su vestido ya arreglado.
Después de subirse a una moto hecha de bailarines en "Motomami", volvió a sus raíces flamencas al cantar "Pienso en tu mirá", uno de los primeros éxitos, que con un memorable video logró cautivar a todo internet durante meses. De hecho, pidió que los argentinos lo canten tal como ella recordaba, a viva voz.
Promediando el final, en "La Combi Versace" repitió la coreo de poner la cara y el micrófono en el piso y cantó desde allí. Enseguida volvió el perreo de la mano de "Con Altura", su colaboración con J Balvin que presentó la primera vez que vino a tocar en el marco del Lollapalooza.
Una de las perlitas fue cuando leyó un cartel que decía "Rosalía vas a contramano". Ella supo inmediatamente que se trataba del viral de Fabián Show y copió el pasito de su tocaya con gracia.
Otra de las novedades fue el cover de su setlist, "Héroe" de Enrique Iglesias. Desde el publico, algunos millennials cantaron y celebraron el momento a los gritos. Para romper con la solemnidad, las palmas de "Malamente" sonaron en los parlantes y todos los presentes se sumaron a coro.
En "Chicken Teriyaki" volvió la performance de los monopatines y también fue de las más replicadas en las redes sociales.
Durante todo el show, Rosalía cantó sin bajar el nivel en ningún momento y bailando con todo sin que su voz temblara. Las visuales también se llevaron el final del espectáculo, cuando se fue de escena y continuó la transmisión desde el backstage, aún con las percusiones del final de "CUUUUuuuuuute" sonando.
