A raíz de las recientes declaraciones de Martita Fort, la hija de Ricardo, quien reveló que transitaba un cuadro de depresión ("Estuve tirada en la cama sin ganas de comer, salir y llorando todos los días) y del relato de Karina La Princesita ("No es algo que solamente me debe pasar a mí. Supongo que a la mayoría de las personas entienden que son cosas que te pasan por lo que sufriste en el pasado"), GENTE se comunicó con dos especialistas para intentar comprender cómo se desatan estas situaciones de salud mental.
Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno de salud mental en el que se experimenta "un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) o una pérdida del disfrute o del interés en actividades". Actualmente, es la principal causa mundial de discapacidad y afecta a más de 300 millones de personas.
"La depresión está conectada con una sensación de poco valor de uno mismo. La persona que la padece no se siente valorada. Por eso, la depresión está tan ligada a las dificultades o fallas en la autoestima. Un niño se constituye a través de la mirada positiva y aprobatoria del otro. Cuando esto no se ha dado en los primeros años, hay un déficit al narcisismo", explica Elvecia Trigo, psicóloga especialista en psicoanálisis de niños y adolescentes.
Los niños, los adultos mayores y los hombres: los invisibilizados
Aunque la depresión suele asociarse con los adolescentes y los adultos jóvenes, lo cierto es que no son ellos los únicos que pueden padecerla. Los niños -muchas veces invisibilizados a la hora de hablar de trastornos de salud mental- son uno de los grupos etarios que también pueden padecer depresión.
"Como no pueden verbalizar con palabras, los chicos se expresan a través del juego, de los gestos o de las actitudes. Quienes padecen depresión no quieren salir, tienen mala conducta o rechazan jugar. Con ellos se aplica una técnica llamada "la hora del juego" donde el especialista evalúa con juegos en los que se los hace escribir o dibujar", indica Mel Gregorini, psicoterapeuta cognitivo-comportamental.
"Mostrarle a un chico que está haciendo bien las cosas le va armando una columna vertebral de autoestima" Elvecia Trigo (psicóloga)
Los adultos mayores conforman otro grupo etario que puede padecer depresión, muchas veces naturalizada como parte de la vejez. "Perder la energía vital hace que decaigan. Este decaimiento tiene consecuencias somáticas en la parte clínica-médica. La quinta edad -de los 80 para arriba- tienen bastantes problemas con la depresión: se les han muerto seres queridos, su círculo quizás ha fallecido. En estos casos son muy buenos los centros de abuelos, la terapia grupal para gente mayor y todo lo que tenga que ver con la reunión social. Es fundamental", afirma Mel Gregorini.
Pese a que cada vez se habla más de la terapia, todavía existe un fuerte tabú a la hora de visibilizarlo públicamente. Y, quienes más lo padecen, son los varones.
"Parecería que el hombre que va a terapia no es bien visto todavía. La mujer se ha dado cuenta de que ir a terapia es lo mejor que le puede pasar, por eso sigue avanzando. El hombre continúa relegando el espacio y, en muchos casos, se niega la posibilidad de conocerse a sí mismo" Mel Gregorini (psicoterapeuta)
La depresión: distintos tipos, causas y efectos
Muchas patologías están interconectadas. "Hoy en día podes tener, en un mismo paciente, momentos donde atraviesa varios cuadros. Va teniendo distintas instancias donde va atravesando todos los escenarios habidos y por haber: la angustia, la tristeza, la depresión, las fobias", confirma Elvecia Trigo.
–¿Qué tipos de depresiones existen?
–Existen distintos tipos. Hay depresiones que presentan síntomas más leves: se trata de pacientes que, apenas empiezan a trabajar en terapia, comienzan a hacer conexiones y suben rápidamente la "barra de la autoestima". Sin embargo, hay depresiones que están en otras estructuras, como la borderline. Estos pacientes tienen un "yo" muy frágil y perciben el mundo desde un lugar de mucho temor, se sienten invadidos y no toleran la incertidumbre. Muchas veces se confunden con fobias. Cualquier estímulo externo puede desestabilizarlos: si les va mal en un examen, es posible que se metan en la cama por días o no quieran bañarse. Por último, están las estructuras psicóticas donde el paciente tiene una depresión mucho más grave llamada melancolía. En estos casos, el sujeto tiene instalado dentro un personaje que, de alguna manera, lo tortura todo el tiempo. Tiene pensamientos suicidas.
–Usualmente, el cuerpo somatiza todo lo que callamos. ¿Qué síntomas físicos presentan los pacientes?
–El paciente depresivo llega al consultorio con alteración de funciones: insomnio, aumento o disminución del apetito, poco deseo sexual, dolores musculares y muchos problemas gastrointestinales.
Depresión y ansiedad: dos caras de una misma moneda
Muchas veces, cuando se habla de depresión, surge o aparece el concepto de ansiedad. Aunque no son lo mismo, pueden darse de forma conjunta. "La depresión y la ansiedad son primas hermanas: son dos caras de una misma moneda. El ansioso llega a un nivel de ansiedad tan alto que no puede eliminar los factores ansiógenos. Por lo tanto, termina diciendo "no puedo". Ahí empieza a aparecer la depresión: "no puedo, la vida no tiene sentido, la ansiedad me gana" o al revés: el depresivo empieza con un cuestionamiento y surge la ansiedad", resume Mel Gregorini.
–¿Existe un factor hereditario? ¿Tiene cura?
–Para la psicología actual, lo hereditario tiene, aproximadamente, un 25% de incidencia. Existen familias que tienen un patrón de conducta depresivo o ansioso, a veces adictivo. Pero no hablamos de algo directamente genético. Todas las patologías mentales uno las puede sobreponer. Una persona puede llegar a curarse si hace un tratamiento y si es estimulada de manera adecuada. Hoy existen muchas herramientas que permiten que esa persona vuelva a ser la misma.
El efecto pandemia
Según un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Psicológicas y la Universidad de Córdoba, en Argentina -durante el aislamiento- un 30% de la población sufrió depresión. En base a los resultados obtenidos, los investigadores determinaron que los grupos más afectados fueron las mujeres, los jóvenes y las personas con antecedentes de trastornos mentales.
Sin embargo, la suba en los casos de depresión no se reduce únicamente a nuestro país sino que, a nivel mundial, las cifras también escalaron después de la pandemia. Según la Organización Mundial de la Salud, "la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25%" durante la pandemia.
Sobre la cantidad de consultas recibidas después de la pandemia, Mel Gregorini confirma: "Durante la primera etapa del aislamiento las consultas no fueron tan altas. Ya en la segunda parte empezaron a aparecer cada vez más. Una vez que salimos y los pacientes pudieron acercarse al consultorio las consultas crecieron un 65%".
Guía de recursos si necesitás ayuda: dónde llamar
Ciudad de Buenos Aires
Salud Mental Responde
Teléfonos: 4863-8888/ 4861-5586
Horario de atención: lunes a viernes de 8 a 20 horas
Hospitales de la Ciudad de Buenos Aires
Hospital Laura Bonaparte (especializado en salud mental y adicciones)
Guardia telefónica adultos
4305-0091 al 96 – Interno 1155
Guardia telefónica de Niños, niñas y adolescentes (NNyA)
4912-3673 de lunes a viernes de 9 a 122 horas.
Hospital Elizalde (Atención de NNyA hasta 18 años)
4363-2200 internos 6209 – 6057 – 6024
Lunes a viernes de 9 a 15 horas
Provincia de Buenos Aires
Para toda la provincia de Buenos Aires
Subsecretaría de Salud Mental, consumos problemáticos y violencias en el ámbito de la salud
0800-222-5462
