Charlene de Mónaco se ha convertido en 2022, y por tercera vez, en el miembro de la realeza europea que más dinero gasta en ropa y joyas en un solo año. En los últimos 12 meses, la esposa del príncipe Alberto rompió récords y ha invertido en su vestuario y complementos algo más de 739.541 euros.
Este presupuesto fue utilizado en adquirir 105 piezas nuevas de su guardarropas, según un estudio realizado por UFO No More, la web especializada en moda de las casas reales que cada año analiza el coste y el presupuesto de sus roperos. La princesa del pequeño reino europeo ya fue la que más dinero invirtió en 2019 y 2020, y el 2022 repitió en el primer puesto.
Es sorprendente la cantidad de dinero que ha invertido Charlene de Mónaco, ya que la princesa recientemente retomó su actividad después de 16 meses de baja por “agotamiento emocional y físico”. Durante el mes de junio, la princesa volvió a mostrarse en la ciudad noruega de Oslo junto a su marido Alberto, de 64 años, y sus hijos Jacques y Gabriella, en el que fue el primer viaje oficial fuera del Principado de Mónaco desde su recuperación.
La princesa monegasca ha captado la atención de los medios por sus estilismos desde su boda en 2011. Tanto por sus elecciones de color, como el blanco impoluto que elegiría para el Día Nacional de Mónaco, celebrado el 19 de noviembre. En 2020 se llevó todas las miradas con su nuevo corte de pelo estilo punk, con una parte de su cabeza rapada.
En la segunda posición del listado, y a bastante distancia en si hablamos de dinero gastado, se encuentra Olympia de Grecia, nieta de Constantino de Grecia, que ha invertido 227.604 euros en 51 piezas nuevas de su guardarropa. La primogénita de Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller vive en la ciudad de Nueva York y ha logrado ser imagen de firmas de lujo, como Tory Burch y Dolce & Gabbana, además de desfilar en la semana de la moda de Copenhague en 2018.
En su perfil de Instagram, la modelo cuenta con 271.000 seguidores, muestra un una vida de lujo entre fiestas y ostentación y un escaparate de grandes marcas de lujo como Tiffany, Louis Vuitton o Aquazzura, de la que acaba de ser nombrada embajadora. Es imposible contar la cantidad de dinero que cuestan sus colaboraciones con estas marcas, aunque sigue sin superar el monto total de la princesa Charlene de Mónaco.