El caso Fernando Báez Sosa mantiene en vilo a toda la sociedad, teniendo en cuenta que el próximo 18 de enero se cumplirán 3 años de su asesinato. Es por eso que el país está al tanto de lo que sucede y quien se solidarizó fue Jimena Aduriz, madre de Ángeles Rawson, la adolescente de 16 años que fue asesinada hace 9 años atrás por el portero de su edificio.
La mamá de Ángeles utilizó su Facebook para dirigir una carta hacía los padres de Fernando Báez Sosa, pidiendo que tengan fortaleza para afrontar el juicio que se está llevando a cabo en Dolores: "Es una de las situaciones más revictimizantes sino la más cruel que puede vivir un ser humano y aunque se logre justicia, los hijos no vuelven", expresó en una parte de la carta.
"El juicio por el asesinato de un hijo es volver a vivir pero con más horror los momentos más crudos de esos instantes que nos cambiaron la vida. Es enfrentar al asesino, conocer detalles escalofriantes, ver videos de la muerte o de los instantes previos, escuchar a la defensa que en su estrategia intenta derribar la verdad, y todo eso manteniendo la templanza y en silencio", comenzó diciendo Jimena Aduriz en sus redes.
"Sólo le ruego a Dios que en este penar, Graciela y Silvino tengan la fortaleza para transitarla. Como tantos otros padres. Y como tantos otros que ni siquiera llegan a esta instancia o llegan y no tienen justicia", sentenció la mamá de Ángeles Rawson en su Facebook para darle su apoyo y fortaleza a la familia de Fernando Báez Sosa.
Así fue el cuarto día del juicio a los rugbiers
La particularidad de esta cuarta audiencia es que fue la primera en la que los acusados Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano Pertossi (21), Ciro Pertossi (22) y Lucas Pertossi (23) decidieron presentarse sin barbijos mostrando sus caras completamente descubiertas ante todos los presentes y las cámaras de televisión.
El primero en ser llamado por el Tribunal N°1 de Dolores fue Tomás Bidonde, el turista que presenció la brutal golpiza que recibió Fernando hasta la muerte. “Cuando lo veo de frente, le está pegando y golpeando al chico que después fallece. Recuerdo que ya casi al final le pega dos patadas en la cabeza, como puntinazos, y después recuerdo que lo agarra de la cabeza y le vuelve a dar dos o tres patadas”, dijo el muchacho refiriéndose a Máximo Thomsen como el principal agresor.
El joven también pudo señalar en la escena a Ciro Pertossi quien le habría pegado “en la espalda y a los costados del cuerpo”. Luego manifestó que habían otros dos chicos de espaldas a él que “eran de tez blanca y de contextura grande”, aunque no pudo precizar de quienes se trataba.
Al finalizar su declaración Bidonde fue consultado por la fiscalía por qué había decidido unirse a declarar en este juicio al que se presentó de forma individual, sin ser llamado por la justicia. “Estaba shockeado, estaba mal después de lo ocurrido. Un día prendí la tele y escuche al padre de Fernando y volví de entrenar llorando y dije que iba a llamar a Fiscalía. Mi mamá me dijo que no, pero después llamé y avisé lo que había visto”, argumentó el muchacho, que al terminar de declarar se unió en un abrazo con los papás de Fernando Báez Sosa.
Luego llegó el turno de Tatiana Caro, una testigo del hecho que estaba en el bar al lado del boliche Le Brique al momento de comenzar la pelea. "Yo me encontraba en Beerland, el restaurante que estaba al lado de Le Brique, me acerqué a saludar a uno de los patovicas, Chiqui Muñoz, y justo interceptó el momento en que sacaban a ambos grupos”, inidicó.
En su reconstrucción de la golpiza la mujer explicó que llegó a divisar a alguien "grandote y robusto", con complexiones muy similares a las de Lucas Pertossi, pegándole a Fernando. Luego el resto del grupo se unió y comenzó a pegarles patadas "hasta que no se levantó más". “Un chico rubio con camisa de colores más bien oscura continuó pegandole patadas en el cuerpo”, agregó con lágrimas en los ojos.
“Quedate tranquila que a este negro de mierda me lo voy a llevar de trofeo”, fue lo último que escuchó decir a uno de los rugbiers, mientras todos los amigos de Fernando intentaban sacarlo del lugar de conflicto.