Este jueves 5 de enero se llevó adelante la cuarta audiencia por el crimen de Fernando Báez Sosa. En esta oportunidad quienes se presentaron a dar testimonio fueron un joven turista que asistió a la víctima en los primeros minutos de haber ocurrido el hecho, también dieron su versión los policías que se hicieron presentes en el lugar, un taxista y amigos de la víctima.
La particularidad de esta cuarta audiencia es que fue la primera en la que los acusados Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano Pertossi (21), Ciro Pertossi (22) y Lucas Pertossi (23) decidieron presentarse sin barbijos mostrando sus caras completamente descubiertas ante todos los presentes y las cámaras de televisión.
El primero en ser llamado por el Tribunal N°1 de Dolores fue Tomás Bidonde, el turista que presenció la brutal golpiza que recibió Fernando hasta la muerte. “Cuando lo veo de frente, le está pegando y golpeando al chico que después fallece. Recuerdo que ya casi al final le pega dos patadas en la cabeza, como puntinazos, y después recuerdo que lo agarra de la cabeza y le vuelve a dar dos o tres patadas”, dijo el muchacho refiriéndose a Máximo Thomsen como el principal agresor.
El joven también pudo señalar en la escena a Ciro Pertossi quien le habría pegado “en la espalda y a los costados del cuerpo”. Luego manifestó que habían otros dos chicos de espaldas a él que “eran de tez blanca y de contextura grande”, aunque no pudo precizar de quienes se trataba.
Al finalizar su declaración Bidonde fue consultado por la fiscalía por qué había decidido unirse a declarar en este juicio al que se presentó de forma individual, sin ser llamado por la justicia. “Estaba shockeado, estaba mal después de lo ocurrido. Un día prendí la tele y escuche al padre de Fernando y volví de entrenar llorando y dije que iba a llamar a Fiscalía. Mi mamá me dijo que no, pero después llamé y avisé lo que había visto”, argumentó el muchacho, que al terminar de declarar se unió en un abrazo con los papás de Fernando Báez Sosa.
Luego llegó el turno de Tatiana Caro, una testigo del hecho que estaba en el bar al lado del boliche Le Brique al momento de comenzar la pelea. "Yo me encontraba en Beerland, el restaurante que estaba al lado de Le Brique, me acerqué a saludar a uno de los patovicas, Chiqui Muñoz, y justo interceptó el momento en que sacaban a ambos grupos”, inidicó.
En su reconstrucción de la golpiza la mujer explicó que llegó a divisar a alguien "grandote y robusto", con complexiones muy similares a las de Lucas Pertossi, pegándole a Fernando. Luego el resto del grupo se unió y comenzó a pegarles patadas "hasta que no se levantó más". “Un chico rubio con camisa de colores más bien oscura continuó pegandole patadas en el cuerpo”, agregó con lágrimas en los ojos.
“Quedate tranquila que a este negro de mierda me lo voy a llevar de trofeo”, fue lo último que escuchó decir a uno de los rugbiers, mientras todos los amigos de Fernando intentaban sacarlo del lugar de conflicto.
A continuación el taxista de Villa Gesell, Marcos Acevedo, se acercó al estrado para contar la secuencia fatal que presenció aquel 18 de enero de 2020. “A Fernando lo sacaron del boliche de buen modo, él quería volver a ingresar, pero el patovica se negó. Entonces cruzó la calle. Lo vi tomando un helado, mientras sacaban a otros chicos que estaban exaltados", comenzó diciendo el hombre sobre el nítido recuerdo de aquel día.
"Había uno de camisa oscura, que estaba muy fuera de sí. Al principio se quedaron sobre la vereda. Fueron camino a la Avenida Buenos Aires, pero no llegaron. Volvieron y fueron derecho a Fernando y a otros chicos que estaban ahí. Recuerdo que empiezan a pegarle sin mediar palabra, le decían: ‘Negro de mierda’ y un montón de barbaridades más”, continuó.
También señaló que habían dos personas de sexo masculino, que no podía llegar a precizar si se trataban de amigos de Fernando, que intentaban ayudar al joven. Desde su perspectiva durante la golpiza "la persona (Fernando) estaba inconsciente o no podía ni siquiera defenderse". "Era como que quería pedir ayuda, pero no podía. Un chico de camisa blanca le pegó tres o cuatro piñas a Fernando y después un chico de camisa oscura le pegó patadas”, concluyó.
Pasadas las 12.40 del mediodía fue convocada Virginia Pérez Antonelli, una adolescente de 17 años en aquel entonces, que le práctico RCP a Báez e intentó salvarle la vida. “Vi un chico tirado en el piso y me acerqué. Un chico de mi edad estaba arrodillado al lado de Fernando preguntando si alguien sabía hacer RCP", recapituló.
"Como yo había hecho un curso en la Cruz Roja me acerqué con otro chico, un civil, y le tomé el pulso. Como no tenía, le empezamos a practicar. El chico se fue, pero llegaron dos o tres policías. Como hacer RCP cansa mucho y yo soy muy menudita, yo los iba instruyendo con mi voz para que lo hicieran ellos. Mientras tanto, yo le sostenía la cabeza a Fernando y le decía que por favor se quede conmigo”, sumó sobre la trágica vivencia.
Pasaron los minutos y se presentaron en el lugar los bomberos que según su relato le aplicaron electro shock con un desfibrilador y minutos después el SAME. Durante la declaración Virginia mostró una foto que tomó en el momento que intentó reanimar a Fernando. “En la imagen se ve mi mano y rastros de sangre que tenía yo, porque cuando le sostuve la cabeza, se lo llevan, saco las manos, tenía sangre por el golpe, por la patada que le dieron”, describió el cuerpo de Fernando luego de la golpiza.