El Obelisco porteño se convirtió, una vez más, en uno de los sitios preferidos de los hinchas para esperar la caravana de la Selección Argentina. Sin embargo, la algarabía trajo consigo numerosos destrozos, pintadas y hasta enfrentamientos con fuerzas policiales.
Se estima que la "marea humana" que tomó la Ciudad de Buenos Aires tuvo alrededor de 4 millones de hinchas que desbordaron desde tempranas horas de la mañana los alrededores del histórico monumento de CABA.
La Avenida 9 de Julio se vio inundada de personas felices a la espera de ver pasar a 'La Scaloneta' con al Copa del Mundo. Pero el hecho de que hubo una multitud apasionada derivó en que el Obelisco y sus alrededores sufrieran destrozos y pintadas con aerosol.
Tal y como pasó el domingo en los festejos tras ganar la copa del Mundo, un grupo de hinchas recurrió al vandalismo, arrancaron las rejas que cubren el monumento para mantenerlo resguardado, lo pintaron y hasta forzaron la puerta e ingresaron en el interior del monumento.
Los destrozos de la Avenida 9 de Julio
Los destrozos estuvieron acompañados por una montaña de suciedad que los hinchas dejaron al paso, al arrojar latas, paquetes de comidas, papeles, cartones, entre otros desechos, en las calles porteñas. También se destrozaron semáforos, el jardín vertical BA Verde, ubicado sobre el frente del Obelisco, y la infraestructura del metrobus.
Sobre el final de los festejos, cientos de hinchas protagonizaron este martes por la noche graves incidentes al enfrentarse a los efectivos de la Policía que intentaban evacuar a las personas que todavía estaban en la zona del Obelisco. El operativo de seguridad dejó un total de 14 detenidos y 21 efectivos heridos, de los cuales nueve fueron hospitalizados.
Cuando la mayoría de la gente ya se había retirado del lugar, algunos agresores comenzaron a arrojar piedras y botellas contra los pocos uniformados que se encontraban en el ingreso al histórico monumento de la Ciudad de Buenos Aires, quienes, a su vez, respondieron disparando balas de goma.
Cabe señalar que, si bien durante la mayor parte de la jornada se vivió un clima de fiesta, también hubieron hechos de robo a comercios y actos desaforados de algunos de los asistentes que atentaban contra su propia vida, además de alterar el orden público.