Más de un millón de personas fueron al Obelisco a festejar el triunfo de Argentina en Qatar, que ganó su tercera Copa del Mundo, luego de una sangrienta final contra Francia. Las calles se llenaron de cánticos y alocados festejos en lo que fue una peregrinación hacia la Avenida 9 de julio donde se concentró la celebración que duró hasta la noche. Autos, caminatas, colectivos, con viajes gratis, trenes... cualquier medio servía para cantarle a Lionel Messi, a la Scaloneta y para sellar con instantáneas el mito: después de 36 años, Argentina es campeón mundial.
El calor de la tarde no frenó a ningún argentino. Algunos más preparados que otros traían sus heladeritas, termos y mochilas cargadas de todo lo necesario para sobrevivir durante más de 8 horas a la larga peregrinación al centro de la Plaza de la República.
Aquellos menos preparados compraban en los puestos ambulantes: agua, gaseosas, bebidas alcohólicas, choripán, matambre, hamburguesas y hasta un combo que no tenía nada que envidiarle a las grandes cadenas de comida rápida.
Con cánticos como "Muchachos", "Sabes lo que yo te quiero", "Decime qué se siente" y "El que no salta", la gente se contagiaba la alegría. Y así surgieron los momentos más insólitos, desde armar pogos con desconocidos, trepar a lugares impensados hasta cruzar por el medio del Metrobús.
Alrededor de las 19, todos los presentes pudieron ver por las pantallas aledañas al Obelisco entrevistas exclusivas realizadas a los jugadores de la Selección argentina en las que brindaban un mensaje de apoyo a todas las personas que durante horas aguardaban conocer cómo se encontraban sus ídolos.
Entre los recuerdos más emotivos que se hicieron presentes en la jornada el que más brilló fue el de Diego Armando Maradona, quien apareció reencarnado en camisetas, cuadros, estampas, pantallas y anécdotas que la generación del 70, 80 y 90 trasladaban a sus hijos, nietos y amigos.
Los medios internacionales que se hacían presentes en el lugar intentaban explicar la emoción que sentía un país entero que durante 36 años esperó volver a consagrarse como el mejor equipo del mundo, después de que muchos arremetieran contra ellos durante el primer y duro partido contra Arabia Saudita.
El himno nacional fue cantado con batucadas, golpes, aplausos y la voz quebrada de todos lo que se identificaban con los colores celeste y blanco del pueblo argentino.
Los festejos en el interior del país
No hubo ciudad ni pueblo más recóndito de la Argentina que no estuviera feliz por ser parte del país más futbolero del mundo. Desde La Quiaca a Ushuaia se hicieron visibles los mensajes de aliento a cada uno de los 26 jugadores que conformaban el equipo de Lionel Scaloni.
La locura mundialista en Rosario, tierra de Lionel, se hizo presente en el Monumento al Bandera, mientras que en Córdoba el gran caudal de gente se congregó en el Patio Olmos con canciones de la Mona Jiménez y Rodrigo. En cambio en Jujuy la celebración principal fue en plaza Belgrano, en Salta se pobló la plaza 9 de Julio y en Tucumán se eligió la plaza Independencia para reunirse en familia.
Algunos de los festejos más virales fueron los de la ciudad de Paraná, Entre Ríos, donde con un clima de carnaval se levantaron las banderas albicelestes. En Corrientes el epicentro se vivió en la Costanera, con gente refrescándose en el río y viendo cómo sus compatriotas del otro lado, en Chaco, Resistencia, vivían la misma emoción.
Los posadeños vivieron la consagración de Argentina con mucho amor e incluso una pareja se hizo conocida en redes sociales por comprometerse en el medio de la calle con un impactante show de luces.
La locura en La Rioja se propagó a la Plaza 25 de Mayo y en el día de hoy se decretó asueto provincial. Al igual que en Catamarca.