En Rumania no hay Volkswagen Escarabajo que valga. Allí, el “coche del pueblo” es el Dacia 1300, creado por la automotriz rumana a partir de la licencia que le compró a Renault para replicar el mítico Renault 12. Este vehículo fue el que, en los años ‘70 y ‘80, puso al país sobre ruedas.
Modelo emblemático de Rumania durante más de tres décadas, el Dacia 1300 marcó la memoria colectiva de la nación. Fue el auto de todas las familias, el taxi siempre disponible en las ciudades del país y el protagonista de muchas experiencias que lo inscribieron para siempre en el patrimonio afectivo de los rumanos.
La economía rumana pronto lo adoptó y los clientes también ya que se apresuraron a comprar lo que era, a principios de los años 1970, el vehículo más moderno de Europa del Este y uno de los más accesibles, con un precio equivalente a 3.200 euros.
El Dacia 1300 y sus diferentes variantes fueron un éxito comercial en Rumania al punto de venderse dos millones de ejemplares, además se destacó por la longevidad de su producción que se extendió por 35 años (1969 a 2004).
Pasó nada menos que por seis evoluciones durante su vida y se comercializó hasta 2006, seis años después de que arrancara la fabricación del Dacia Logan, diseñado por Renault para su filial rumana que se integró al Grupo Renault en 1999.
La proyección del Dacia 1300 no se limitó a las fronteras de Rumania ya que se exportó ampliamente a los países del Este y también a algunos países de África, Oriente Medio y hasta Latinoamérica.
A mediados de los años 80, Dacia alcanzó un 98 % de componentes fabricados localmente. Esto ha facilitado la restauración de modelos antiguos con piezas originales, algo que agradecen los coleccionistas de este emblemático auto.