El actor estadounidense Ashton Kutcher reveló que viene luchando hace poco más de un año contra la vasculitis, una rara enfermedad autoinmune, que le afectó a la visión, la audición y el sentido del equilibrio.
La noticia se dio luego de que el medio Access Hollywood -portal especializado en noticias de celebridades- difundiera un video donde el protagonista de 'Amigos con derecho' hablase de su lucha.
En general, las vasculitis pueden afectar a personas de todas las edades, aunque algunos tipos son más frecuentes entre ciertos grupos de edad.
La vasculitis afecta las arterias -grandes, medianas o pequeñas-, los capilares, las venas o una combinación de todos los tipos de vasos sanguíneos. Puede afectar la totalidad de un vaso sanguíneo o solo parte de él.
Asimismo, puede afectar vasos sanguíneos que irrigan una parte del organismo, como la cabeza, el nervio o la piel; o vasos sanguíneos que irrigan varios órganos diferentes, en cuyo caso se denomina vasculitis sistémica. A su vez, la vasculitis puede afectar la piel pero no los órganos internos -denominada: vasculitis cutánea-.
se desconoce qué es lo que desencadena la vasculitis. En algunos casos, la vasculitis se conoce como vasculitis primaria. Sin embargo, cuando los desencadenantes de la enfermedad son infecciones, toxinas, ciertos virus (especialmente los de la hepatitis) y fármacos, se denomina vasculitis secundaria.
Causas de la vasculitis
La vasculitis puede producirse a causa del cáncer u otra enfermedad que cause inflamación. Presumiblemente, la inflamación se produce cuando el sistema inmunitario identifica erróneamente como extraños los vasos sanguíneos o partes de ellos y los ataca.
Por otra parte, las células del sistema inmunitario, que causan la inflamación, rodean e infiltran los vasos sanguíneos afectados, dañándolos. Los vasos sanguíneos dañados se agujerean, se estrechan o se atascan.
En ese sentido, como consecuencia, se interrumpe el flujo sanguíneo a los tejidos irrigados por los vasos dañados. Los tejidos privados de sangre quedan dañados de forma permanente o se mueren.
Sintomas de la vasculitis
Los síntomas de vasculitis pueden ser consecuencia del daño directo a los vasos sanguíneos o del daño indirecto a los tejidos -como nervios u órganos- cuyo aporte de sangre se ha visto interrumpido o reducido -isquemia-.
Los síntomas varían dependiendo del tamaño y la ubicación de los vasos sanguíneos afectados y el grado de lesión causado a los órganos afectados.
- Piel: una erupción de manchas de color púrpura azulado (hemorragias) o ronchas (púrpura), urticaria, pequeñas protuberancias (nódulos), manchas minúsculas (petequias), coloración moteada causada por vasos sanguíneos superficiales dilatados (livedo reticularis) o llagas (úlceras) en la parte inferior de las piernas
- Nervios periféricos: entumecimiento, hormigueo o debilidad en la extremidad afectada
- Cerebro: confusión, convulsiones y accidentes cerebrovasculares
- Tracto digestivo: dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómitos y presencia de sangre en las heces
- Corazón: angina e infarto de miocardio
- Riñones: hipertensión arterial, retención de líquidos (edema) e insuficiencia renal
- Articulaciones: dolor o hinchazón articular
A su vez, la inflamación también puede causar síntomas generales como fiebre, sudores nocturnos, cansancio, dolores musculares, hinchazón de las articulaciones, inapetencia y pérdida de peso.
La vasculitis puede causar complicaciones serias que requieren tratamiento inmediato. Por ejemplo, pueden sangrar (hemorragia) los vasos sanguíneos dañados en los pulmones, en el cerebro o en otros órganos. El efecto sobre los riñones progresa rápidamente, dando lugar a insuficiencia renal. Los problemas oculares pueden producir ceguera.
El pronóstico depende del tipo de vasculitis y de su gravedad, así como de cuáles sean los órganos afectados. Si están afectados los riñones o el corazón, el pronóstico tiende a ser peor.
Tratamiento de las vasculitis
Si la causa es evidente, se trata. Por ejemplo, si la vasculitis es causada por una infección, el tratamiento de la infección trata la vasculitis.
Debe interrumpirse el tratamiento con los fármacos que causen la vasculitis. Otros tratamientos dependen del tipo y gravedad de la vasculitis y de los órganos afectados. Pero en general el objetivo del tratamiento es impedir que el sistema inmunitario continúe dañando vasos sanguíneos.
Si se afectan los órganos vitales, como los pulmones, el corazón, el cerebro o los riñones, suele ser necesario el tratamiento hospitalario de urgencia. A veces es necesario que los cuidados sean proporcionados por un equipo de especialistas (expertos en campos como la inflamación, los trastornos pulmonares o los trastornos renales).
Los tratamientos típicos incluyen altas dosis de corticoesteroides, otros medicamentos que inhiben el sistema inmunitario (inmunosupresores, como la ciclofosfamida y rituximab).
Los tipos leves de vasculitis, como los que solo afectan a la piel, requieren poco tratamiento, posiblemente solo una estrecha vigilancia o tratamiento sintomático.