Sin lugar a dudas que hay determinados apellidos que son difíciles de sobrellevar. En este aspecto, desde que Diego Armando Maradona debutó en el mundo del fútbol se convirtió en una estampa, una marca registrada. En la actualidad, pese a que el astro falleció hace casi dos años, sus hijos deben convivir con ello a sol y sombra.
Un ejemplo de esta situación es lo que vivió Dalma Maradona, la hija mayor de Diego y Claudia Villafañe, quien pasó de la felicidad al fastidio en un abrir y cerrar de ojos. Para empezar, el pasado domingo 24 de julio nació Azul, su segunda hija (la otra es Roma), como fruto del amor que comparte hace años con Andrés Caldarelli.
Sin embargo, tras ese nacimiento Verónica Ojeda y su pareja, Mario Baudry, le contaron a Jorge Rial que Dieguito Fernando le mandó un mensaje felicitándola por el nacimiento y que no le respondieron.
En este contexto, Dalma habló con LAM, el programa de Ángel de Brito, y no titubeó en lanzar misiles por doquier: “Lo que a mí me dolió muchísimo fue que Rial dijo: ‘Lo que le molestó a Verónica es que Dieguito le mandó un audio a Dalma y nunca le contestó’, y yo, gracias a que ella le contó esto a Rial, yo tengo que contar que estuve internada, que me tuvieron que hacer una transfusión de sangre”.
Tras ese dato, de Brito quiso saber más sobre el tema. “No me dieron el alta porque estaba anémica y no me podía levantar de una silla. Yo tengo que explicar todo esto para contar el motivo por el cual no tenía el teléfono a mano para contestarle a ella. Tengo que contar que me tuvieron que hacer una transfusión de sangre porque ella le quiere contar un chisme a Rial”.
“Nació Azul, yo tenía que estar dos días más internada por la cesárea, pero al otro día, me empecé a sentir muy mal, estaba débil, pálida, y un médico me hizo unos estudios de rutina, y salieron unos valores tremendos, horribles. Ahí me vinieron a hablar y me dijeron que me tenían que hacer una transfusión de sangre”, cerró.