Se cumplen 28 años de aquel 8 de abril de 1994 cuando un electricista que fue a colocar un sistema de seguridad a la casa de Kurt Cobain, en Seattle, Estados Unidos, encontró el cadáver del joven músico de 27 años, que se había suicidado de un escopetazo tres días antes.
Cabe recordar que Cobain en aquel entonces se había fugado de un centro de rehabilitación para las adicciones de la ciudad de Los Ángeles. Lo cierto es que, la muerte del líder de Nirvana generó mucha controversia y tristeza en la industria musical.
Asimismo, a pesar de que el fatídico hecho generó sorpresa, el círculo del cantante ya venía viendo una serie de indicios que anticipaban el trágico desenlace. Es que, lejos de tratarse de un episodio aislado, el artista estadounidense ya había manifestado sus tendencias suicidas: Había intentado quitarse la vida dos veces en ese el último mes.
Kurt Cobain fue uno de los dos miembros fundadores de Nirvana, junto con el bajista Krist Novoselic, y pasaron tres años desde su formación, en 1987, hasta que se sumó el último miembro que consolidó al trío, el baterista Dave Grohl, actual líder de Foo Fighters.
La escena del suicidio de Kurt Cobain
Aquel 5 de abril de 1994, Kurt Donald Cobain se encerró en el invernadero de su casa en Seattle, trabó la puerta con un taburete y comenzó a escribir su carta de despedida, dedicada a Boddah, su amigo imaginario de la infancia.
Luego dejó en el piso su billetera y su licencia de conducir, para que pudieran reconocerlo rápidamente. Posteriormente, se recostó en el suelo, apoyó la escopeta calibre 20 en su pecho, con la punta del cañón en su barbilla, y apretó el gatillo.
En ese marco, el cadáver fue descubierto recién tres días más tarde. Los forenses sólo pudieron verificar su identidad mediante sus huellas digitales. Sin embargo, el estudio toxicológico demostró más tarde que el artista tenía grandes dosis de heroína en su sangre.