Los niños no viven al margen de lo que se encuentra pasando en el mundo. Observan, escuchan, leen. Lo que sucede también forma parte de su realidad, no solo de la de los adultos, y en este sentido, los adultos, especialmente padres y docentes, al ser figuras de apego, tienen la responsabilidad de velar por su desarrollo intelectual, moral y emocional.
Por eso, cuando preguntan en casa acerca de la guerra de Rusia y Ucrania, debemos darle respuesta a sus inquietudes. Según la especialista en educación y oradora TEDx, Laura Lewin, al evadir el tema de la guerra podemos dejarlos expuestos a comentarios ajenos (compañeros, adultos, la tele, redes sociales) que podrían generar más miedo y angustia.
Al hablar con los chicos, por supuesto cuidando su edad y madurez, y adaptando lo que decimos para no generar una sensación que los pesadumbre o angustie, les mostramos que estamos disponibles para conversar con ellos de cualquier otra situación que les genera angustia en el futuro, generando un vínculo de confianza.
Primero es importante preguntarles qué saben ellos, o qué han escuchado, y cuáles son sus dudas sobre el tema para arrancar desde ahí. Resulta siempre más efectivo comenzar desde las preguntas de los chicos, en vez de comenzar a hablar del tema con información que tal vez no tenían pensada ellos o no necesiten saber. Laura Lewin también recomienda que antes de hablar con ellos, se debe tener en cuenta qué queremos que sepan o comprendan.
Las propias emociones sobre la guerra es sin lugar a dudas algo que puede influir notoriamente en los más chicos. Si la guerra nos genera mucha angustia, será mejor permitirle a otro adulto hablar del tema para no trasladar estas emociones a los más chicos.
Demasiada información puede generar en niños más pequeños ansiedad o incluso miedo. Es por esto que las palabras de un adulto serán el mejor remedio para calmarlos. Ellos están aprendiendo a transitar una situación que les genera desconcierto, y debemos enseñarles a hacerlo. Esto es, estar calmos y cuidar lo que decimos (oyen todo, aun cuando pensamos que no están escuchando).
Para Laura Lewin autora de libros de educación como Que enseñes no significa que aprendan: neurociencias, liderazgo docente e innovación en el aula en el siglo XXI, toda crisis nos genera una oportunidad de aprendizaje. Así podemos explicarles que cuando dos personas, o dos países en este caso, no pueden resolver sus problemas a través de las palabras, se genera un conflicto, que puede derivar en una guerra.
Como adultos debemos educarlos en cuestiones emocionales como la amistad, el aprender a disculparse, trabajar la empatía, negociar, comprender las razones del otro. Debemos enseñarles que, aunque sean chicos, pueden ser constructores de la paz. Que pueden ser amigos de otros chicos, aunque sean o piensen diferente.
La importancia de hablar sobre la guerra entre Rusia y Ucrania en las escuelas analizado por especialistas
La escuela, por otro lado, no puede estar ajena a lo que pasa a nivel local, regional, nacional e inclusive internacional. Los alumnos merecen recibir información válida que los ayude a comprender lo que está sucediendo en este momento sin parcialidades, y sin respuestas vagas o tendenciosas. Es un tema que puede ser tratado interdisciplinariamente en historia, en construcción ciudadana, en geografía, en economía, lengua y hasta en arte.
Se puede, además, promover debates, acompañarlos en estos debates, siempre con honestidad ideológica, sin parcialidades, permitiéndoles pensar por ellos mismos. La idea es aprender de lo que ocurre para pensar un mundo mejor, para desarrollar el pensamiento crítico sin dejar de contener a los chicos, mantenerlos informados y acompañarlos en su formación integral.