La Patagonia siempre estuvo ahí. Aunque, en el último tiempo, el interés por hacer turismo en esa zona se intensificó con ciudades como Villa La Angostura, San Martín de Los Andes y El Bolsón liderando el ranking. La experiencia de viajar en avión es seductora: permite ahorrar tiempo (fundamental en un recorrido de más de 1500 kilómetros), ganar días de vacaciones y, si se encuentra alguna oferta de las miles que emiten las agencias de turismo o las aerolíneas, el pasaje de avión podría salir incluso más barato que el combustible.
Pero la posibilidad de viajar en auto no deja de ser tentadora. Un road trip sin checkin ni horarios y con la posibilidad de conocer distintas ciudades y pueblos del país que rara vez se visitarían en otras circunstancias. Ya lo decía Spinetta, rutas argentinas hasta el fin.
Saliendo desde Buenos Aires por el acceso oeste, agarrando la ruta 5 y luego la 35 a la altura de La Pampa y finalizando el viaje por la 152 se llega a General Acha, la segunda plaza hotelera de la provincia luego de Santa Rosa. En la secretaría de turismo local explican que se trata de un destino intermedio, un lugar de paso donde se descansa antes de continuar hacia otro lugar.
La estética de los pueblos al costado de la ruta en una mañana de domingo no se puede copiar tan fácil: los pájaros, la iglesia, las campanadas de la iglesia, las panaderías, el olor de las panaderías, el sol fulgente, la calle desierta, los árboles, el sonido de las chicharras, los monumentos, la calle sin autos, la calle casi sin gente, la estación de tren abandona devenida a centro cultural, esa sensación de quietud que indica allí, en la grandeza de ese silencio, nada puede pasar.
Así se llega a General Acha
El clima de Acha no difiere del resto de la provincia. El aire es seco, caliente y tiene fuerza: golpea. La mejor parte del día es el atardecer, cuando el sol se despide con un cielo violeta, lila, rosa o naranja. “Los turistas eligen mucho descansar acá por la tranquilidad del lugar. Además, es el paso obligado si vas al sur y es la última parada antes de la ruta del desierto”, cuentan desde la Secretaría de Turismo de General Acha y destacan este último punto: es la última parada antes de la ruta del desierto.
Así se conoce a la ruta provincial 20, que cruza La Pampa de este a oeste. El nombre radica en las características del terreno: sin rotondas, sin curvas, sin conectividad ni estaciones de servicio donde descansar en alguna parte del recorrido. A través del vidrio principal del auto, desde el asiento del conductor, se ve lo siguiente: el camino, el celeste cielo, vacas y algunas ovejas. “Son alrededor de 230 kilómetros donde no hay nada”, sostienen. Y es verdad.
General Acha y el sueño de ser la capital de la provincia
Con propuestas gastronómicas y culturales sobre las que hacen foco, en el gobierno local advierten que desde hace varias temporadas lideran sobre otros departamentos de la provincia el límite a nivel alojamiento ante un fin de semana largo o en época de vacaciones. A partir de la visita frecuente de turistas también hubo un incremento edilicio en la localidad: las construcciones vanguardistas, sobre todo en la zona más alejada del centro, tienen similitudes arquitectónicas con obras de Nordelta y con barrios cerrados del conurbano bonaerense.
'La nueva moderna', el antiguo almacén de ramos generales donde ahora funciona también 'El Galpón del Edén', es uno de los sitios históricos de la zona: en sus inicios se trataba de un negocio donde comercializaban productos y maquinaria para el campo, pero ahora se convirtió en una boutique donde los enlozados y productos de decoración son protagonistas.
Laguna de Utracán
Los fines de semana en General Acha, fuera de la temporada de verano, son tranquilos y se aprovechan para realizar actividades en contacto con la naturaleza. La laguna de Utracán es uno de los principales puntos turísticos cuando se visita la ciudad: la reserva natural posee un camping, una playa y una laguna de agua clara en la que está permitido ingresar.
A pocos minutos ahí está el mirador Quetré Huitrú, un espacio utilizado por los vecinos para realizar diversas actividades durante el día. Desde hacer deporte hasta aprovechar los rayos del sol para estudiar o trabajar al aire libre, contemplando la quietud de la laguna que solo se mueve ante el impulso del viento.
Detrás de la calle General San Martín y a dos cuadras del boulevard Maipú está la estación de tren, que ahora funciona como museo. En la fachada se observan dos banderas argentinas, el color óxido de la galería, una puerta y las rejas de la puerta. Más allá las vías: abandonadas y cubiertas de pasto. Como otros pueblos de Buenos Aires y del interior, la estación de General Acha dejó de funcionar entre el período de 1990 y el 2000 tras la privatización del servicio ferroviario en Argentina.
La antigua estación de trenes de General Acha. Ahora es un espacio cultural.
Una noche en General Acha
La propuesta hotelera de General Acha se sigue ampliando. En la ciudad hay hoteles, cabañas y complejos. Los precios varían según la temporada (alta o baja) y, por lo general, durante el verano es cuando alcanzan el límite de ocupación los hospedajes. Además, es una actividad que cada vez se elige más para realizar en un fin de semana y cambiar la rutina: el desayuno, la pileta, la vida en el campo, el olor al pasto recién cortado, el pueblo y sus luces, el cantar de los grillos en la noche y, más allá, la ruta.