Luego de la reveladora entrevista que dio la semana pasada, Silvana Flores apareció por primera vez en televisión para ponerle palabras al drama que vivió durante su relación con Diego, el hermano de Sofía Zámolo. La mujer, madre de una pequeña de tres años, lanzó duras acusaciones para su ex pareja y para la modelo a quien definió como una "manipuladora".
“Hubo situaciones de violencia durante toda la relación que empezaron siento sutiles y pasaron a ser graves. Hubo golpes, violencia emocional y económica. Hay distintas denuncias en la Unidad fiscal de Género de Tigre. Son dos expedientes y uno es por amenazas porque dijo que me iba a pegar un tiro”, comenzó a relatar este lunes en “Intrusos” con Flor de la V.
En uno de los hechos más crudos que le tocó pasar, ella se encerró en la habitación con la chiquita y él rompió la puerta para ingresar y golpearla. “Yo me siento en riesgo de vida con Emma, me encierro en la habitación y el rompe la puerta para entrar. En ese momento abandona la casa y la noche vino el COT de Tigre, nos llevó a la comisaría y al otro día fui al Juzgado y me encontré con que había hecho una contradenuncia”, dijo.
De esa forma, la pareja tuvo varios ideas y vueltas. “Diego me había comentado lo de la casa en una pelea en septiembre de 2018. Me dijo ‘que bien que hice las cosas’ y me contestó que la había puesto a nombre de Sofía. Después quiso recomponer la relación y en noviembre me dijo que lo hizo porque su familia lo indujo a eso. Ahí me manda unos mails del padrastro en donde se ve que estaba hecho el cambio”, detalló.
Sofía Zámolo, involucrada en todo el escándalo
Según confió, ella sacó el tema a los medios porque en la Justicia va a quedar que la modelo desalojó a su hermano cuando en realidad la que ocupaba la propiedad era ella con su hija que ahora quedan en la calle. “Tuve muchos ataques y ella me hizo una denuncia por algo falso que quedó archivada por falta de pruebas”, dijo al hacer referencia a la conductora y su rol en esta historia.
“En febrero del año pasado vino a buscar a mi hija en el marco de un régimen de comunicación. Fue después de la muerte de la madre y estaba totalmente desencajada. Yo pensé ‘acá me pega’. Venía con un ímpetu de clavarme la mirada y empezó con que no le había dado el pésame”, cerró.
“La familia, cuando hice la primera denuncia de violencia, me hizo la cruz y después me vinieron a buscar para que lo ayudara a que entre a un grupo de adicciones. Si yo no lo hacia público, en el expediente iba a quedar que ella estaba desalojando al hermano. Yo perdí lo que invertí, lo que puse y lo que compramos”, manifestó.