Ómicron posee una amplia variedad de síntomas que los especialistas no habían percibido antes en las variantes previas. La diarrea y la sudoración nocturna son los principales. Además, están los otros que ya se habían registrado como las náuseas, la fatiga, la pérdida del olfato y el gusto, que supieron ser muy comunes en Delta y Gamma, no son frecuentes en la identificada en Sudáfrica.
Ahora, a esta numerosa lista se agregó un síntoma que los científicos definieron como "oculto" debido a que solo puede ser descripto por la persona que lo padece y no todos tienen esa mala fortuna.
Se trata del "tinnitus" o, dicho en criollo, "la sensación de un sonido de timbre u otros ruidos en uno o en ambos oídos". La Asociación Británica de Tinnitus identificó un "posible vínculo" entre el virus y este problema que afecta a un porcentaje de entre un 15 y un 20 por ciento de la población.
"Un estudio realizado por audiólogos de la Universidad de Manchester encontró que el 6,6% de los pacientes informó haber desarrollado tinnitus después de la hospitalización por COVID-19", escribieron en un comunicado desde la institución en un artículo que fue publicado el diario británico The Mirror. Y añadió: "Sin embargo, es importante recordar que el tinnitus puede aumentar durante los períodos estresantes".
El tinnitus puede ser una realmente molesto debido a que genera que la persona escuche sonidos que no son externos y, por ende, no son oídos por los otros. Además, como no son producidos en el mundo exterior, apagarlos no es nada fácil.
Los especialistas del Servicio Nacional de Salud (NHS) de Gran Bretaña consideran que el coronavirus puede hacer que el oído interno se inflame y cause el tinnitus. Además, puede ser un posible efecto secundario de las vacunas contra el coronavirus. El organismo lo identificó en el 1,5% de los 317.043 informes de efectos secundarios.